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EL CRUCIFIJO Y EL HUEVO DE PASCUA

Durante la Pascua, la mezcla de lo benevolente con lo horrible revela el antagonismo de la religión hacia la vida humana.


Para la mayoría de las personas que las celebran, las fiestas de Pascua y Semana Santa pasarán como todos los años, sin que nadie las analice en profundidad ni cuestione sus tradiciones o su significado. En parte, serán recordadas como una celebración básicamente agradable y alegre; pero también serán recordadas como fiestas religiosas, asociando la parte benevolente de la Pascua con un mensaje religioso, y eso es un grave error.

Las fiestas de Pascua de hecho muestran una enorme contradicción: el choque grotesco de la celebración secular de la felicidad, mezclado con la adoración religiosa del sufrimiento. Es hora de entender el verdadero significado de esta festividad, y cuestionar el mensaje de auto-sacrificio que siempre ha transmitido.

Las fiestas de Pascua muestran una enorme contradicción: el choque grotesco de la celebración secular de la felicidad, mezclado con la adoración religiosa del sufrimiento. La parte más agradable de la festividad de la Pascua es su lado secular; la fiesta, no de Jesús, sino del Conejo de Pascua.

Familias y amigos se reúnen, vestidos con sus mejores ropas nuevas, y disfrutan de banquetes familiares; los niños, entusiasmados, participan en búsquedas de tesoros, encontrando huevos de colores brillantes y cestas de chocolates. El ambiente de esta celebración secular es de una alegre benevolencia.

Sin embargo, esas tradiciones no tienen ningún fundamento en el sentido religioso de la Semana Santa; de hecho, esas fiestas son un legado de la era pre-cristiana. La palabra «Pascua» viene del nombre anglosajón de una diosa que personificaba la primavera. Fue esa fiesta pre-cristiana la que nos dio el Conejo de Pascua (un símbolo de la fertilidad) y los huevos de Pascua, cuyas marcas brillantes representan los colores de la salida del sol. La Pascua original celebraba el regreso del calor, de la luz solar, y de las hojas verdes después de un largo invierno. Era una celebración de la alegría de vivir en la Tierra.

Cuando los primeros misioneros cristianos trataron de convertir a los paganos, les permitieron mantener esta fiesta, pero acabaron inyectando en las ceremonias un significado completamente opuesto. El mensaje religioso injertado en la Pascua es la historia de la crucifixión de Jesús y de su resurrección de entre los muertos. La esencia de esa historia no es la alegría de vivir, sino la adoración del sufrimiento y del sacrificio. 

Todos somos pecadores, según el cristianismo, y Jesús eligió sufrir la muerte lenta y agonizante de una crucifixión para redimir nuestros pecados. Nuestro objetivo moral, nos dicen, debería ser seguir el ejemplo de Jesús. Así, el héroe de la moral cristiana – el santo – es la persona que renuncia a todos sus intereses y valores personales.

Para concretar el significado de este mensaje, considerad su efecto en un niño que está sentado en la iglesia el domingo por la mañana durante la Semana Santa. El niño seguro que tiene algunas posesiones que valora – una bicicleta, un juguete favorito, un libro – pero, le dice el sermón, Jesús renunció a los bienes materiales y eligió vivir en la pobreza. El niño tal vez ya sepa qué carrera quiere seguir – por ejemplo, crear un negocio y convertirse en un empresario de alta tecnología – pero, le dicen, Jesús se dedicó, no a sus propios objetivos y a sus intereses egoístas, sino a la misión establecida para él por Dios, aunque eso significara sufrir y morir. Si el niño tiene edad suficiente para empezar a pensar en chicas, le dicen que Jesús era puro porque rechazó la tentación «pecaminosa» del sexo. Y si ese joven comienza a cuestionar lo que le están enseñando, le recuerdan que Cristo, en vísperas de su crucifixión, renunció a sus dudas y puso su vida en manos de Dios.

El cristianismo le enseña al hombre a considerar como pecado todos los valores que hacen que su vida valga la pena vivir: sus posesiones, su carrera, su cuerpo, su mente independiente. Y durante todo ese tiempo, remachando ese mensaje, ahí está la omnipresente figura de Cristo en la cruz. Ese es el verdadero símbolo del mensaje religioso de la Semana Santa: no conejitos de chocolate, jamón glaseado o huevos de Pascua, sino el cuerpo destrozado de un hombre clavado en una cruz, sangre fluyendo de sus heridas, lágrimas corriendo por sus mejillas, espinas clavándosele en la frente. Es el símbolo máximo del sacrificio.

Debemos cuestionar una filosofía moral que nos dice que encontremos valor en la destrucción de las cosas que valoramos. La mayoría de la gente acepta este ideal, no sólo como el bien, sino como sinónimo de moralidad. Pero, ¿lo es? Debemos cuestionar una filosofía moral que nos dice que encontremos valor en la destrucción de las cosas que valoramos. Debemos rechazar la adoración del sacrificio en favor de una moralidad basada en el logro de valores: tal moralidad tendría como su ideal, no la muerte en la cruz, sino una carrera productiva, una plena e intensa relación romántica, y una mente independiente. Sería una moralidad basada en los requisitos del éxito y la felicidad en este mundo.

Sería una moralidad que nos enseña, en palabras de la filósofa Ayn Rand, «no a sufrir y a morir, sino a disfrutar y a vivir». Una moralidad de sacrificios o una moralidad de logros: ésa es la alternativa que representan durante la Pascua los símbolos opuestos del crucifijo y el huevo de Pascua. Tenemos que decidir qué símbolo – y qué ideal – escogemos, para vivir o morir por él.

- Robert W.  Tracinski

¿ERES UN SATANISTA?


¿ERES UN SATANISTA?
David D. Ondrejko

Esta es una pregunta un tanto ambigua, ya que hay distintas concepciones de lo que verdaderamente es el satanismo. 

La mayoría de los paganos no adoran a Satán o practican ritos satánicos. Algunos paganos practican algo llamado satanismo, pero es bastante alejado de la imagen de Hollywood acerca del satanismo. 

Estas personas tienden a valorar el placer como su motivación principal, o de encontrar cierta importancia en imágenes que han sido atacadas por la represiva iglesia cristiana. Para algunos de éstos, el usar la palabra “satanista” es un acto de resistencia contra la opresión.

Si lo que en realidad quieres saber es si nosotros sacrificamos niños y adoramos al Mal Encarnado, la respuesta es NO.

ECOS PAGANOS DE NAVIDAD


Celebrando a Mitra, Saturno y otros dioses de la luz

Las religiones antiguas establecieron fundamentalmente dos principios de culto, el de las divinidades masculinas asociadas con el Sol y la Luz (o el cosmos) y el de las divinidades femeninas asociadas con la Tierra y la naturaleza. Los dioses y los cultos proliferaron y encontraron diversas particularidades, pero la mayoría de las divinidades son variación de estas divinidades rectoras y de estos cultos fundacionales: los nombres cambian y se incorporan diversos ritos y elementos de sacrificio. pero generalmente se adoran avatares de estos mismos principios (lo cual nos habla de que quizás el fundamento de la religión y del misticismo no es más que la relación entre el principio masculino y el principio femenino del universo, es decir, las fuerzas de la creación, la conjunción de los opuestos).

Cuando un pueblo, o en ocasiones un nuevo gobernante, se impone sobre otro, suele también imponer su cultos, la divinidad y las creencias que lo acompañan (la historia no sólo es escrita por el vencedor, es sobre todo editada por éste). Pero la forma más inteligente e inocua de hacer esto no es inculcando un culto radicalmente distinto, sino sólo substituir, sutil y sincréticamente, el mismo culto que ya se tenía. Un ejemplo conocido de esto es lo que pasa en México: la Virgen María como reemplazo de la Tonantzin, ambas divinidades femeninas, a fin de cuentas diosas de la tierra, y terreno fértil para el cambio de culto. En Roma algo así sucedió, las fiestas de Saturno, las saturnalias, se celebraban después del solsticio (los días en los que el sol parecía detenerse y las noches eran más largas), como una especie de rito de fertilidad y bienvenida de la luz, puesto que el sol reiniciaba su ascenso hasta el solsticio de verano, venciendo siempre a la noche, atravesando el inframundo y renaciendo. En esta fecha también se celebraba justamente el Sol Invictus: una fiesta pagana cuyo actor principal era el Sol. El nacimiento de Jesús justo en esta fecha, post-solsticio, difícilmente puede entenderse sin su relación con la divinidad solar. Es innegable que encarna este arquetipo en la psique colectiva del hombre, y seguramente por ello los emperadores Aurelio y Constantino pudieron hacer la transición de estas fiestas de manera natural, sin demasiados sobresaltos.

Las saturnalias eran especialmente divertidas, ya que representaban una especie de comedia orgiástica de la realidad, invirtiendo el orden establecido y cumpliendo una profunda función catártica. Se hacían fiestas profusas, pero además los esclavos se convertían en los amos y los niños podían mandar en casa. Fiestas así nos hacen entender el origen, el sentido y el magnetismo de las fiestas religiosas, además de cuán lejos estamos con la Navidad moderna, que sin que nos demos cuenta, también ha reemplazado al dios antiguo, a Jesús, por otro dios más disperso, que ya no es necesario nombrar en todos lados (porque él mismo aparece en todos los mensajes) y al cual rendimos culto consumiendo innumerables objetos.

Existe también la teoría, que algunos ven como una conspiración anticristiana, de que el culto mistagógico a Mitra, la divinidad persa del Sol, y profesado por algunos romanos, es en realidad el origen del culto romano cristiano. Es decir, los iniciados adoraban a Mitra (y siguieron haciéndolo), mientras que para el pueblo se instituyó el culto a Jesús y todo el dogma de la Iglesia romana. Existe cierta polémica en torno al caso, pero según el investigador M. J. Vermaseren, el 25 de diciembre se celebraba el cumpleaños de Mitra. Otros consideran que en esta fecha sólo se celebraba el natalis Invicti, la fiesta del Sol, pero no ligada a Mitra.

Existe otra coincidencia: tanto Mitra, como Saturno eran dioses de la agricultura. Saturno, el viejo Cronos de la guadaña, caído en la melancolía, es una divinidad sumamente compleja que ha sufrido numerosas transformaciones, pero que en algún momento gozó la potestad de ser la divinidad principal (es decir, la divinidad de la luz), reinando en la edad de oro, según la mística griega. Luego fue destronado por Zeus, al fallar su intento teófago de devorar a sus hijos (Zeus obtuvo así la suprema égida y se convirtió en la divinidad de la luz)

Las conexiones entre las divinidades solares son innumerables y parecen obedecer a un cordón dorado en las mentes de la humanidad, un principio de correspondencia que por momentos nos hace asombrarnos y creer en que los mayas conocieron a los egipcios y cosas por el estilo. Sin embargo, otra explicación igualmente plausible es que hay un contenido arquetípico, una constelación psíquica, que prevalece en el tiempo y resurge cada tanto del inconsciente colectivo hacia la conciencia colectiva: donde los nombres son otros pero los dioses (aquello que simbolizan) son los mismos. Según la filosofía védica, el mundo fue creado a partir de las correspondencias, las sampad (“aquello que cae conjuntamente”). Existen numerosas versiones que hablan de que el 25 de diciembre es también el nacimiento de otros dioses como Horus, Dionisio, Krishna, etc. (y que éstos también tienen una madre virgen). Más allá de que se esto pueda tener algunas imprecisiones (en general es una interpretación bastante holgada de sus relaciones simbólicas), es altamente probable que en algún momento de la historia estos dioses y otros hayan celebrado sus fiestas alrededor de esta fecha, el solsticio de invierno, en correspondencia a una festividad que trasciende culturas y civilizaciones. Cualquier divinidad asociada con el sol tiene alta probabilidad de celebrar su nacimiento y fiesta el 21 de diciembre o los días subsecuentes, especialmente el 25, que marca el restablecimiento del reino de la luz por sobre la oscuridad, ya que cada día empieza a haber más luz en el hemisferio norte. Incluso Huitzilopochtli, el dios sol colibrí de la cultura náhuatl, celebraba su nacimiento en estas fechas, el Panquetzaliztli, lo que marcaba su  triunfo sobre la oscuridad, representada por Tezcatlipoca.

Es difícil argumentar en contra de que el verdadero significado de la Navidad no es la veneración del Sol y que su origen es pagano. Pero no hay nada malo o escandalizante en ello.

¿QUIÉNES SON LOS VERDADEROS SATANISTAS?


¿QUIÉNES SON LOS VERDADEROS SATANISTAS? (I)
Hr. Vad ©1997

Filosóficamente, la pregunta ha demostrado ser difícil —si no imposible— de responder. Sin embargo, se hará un intento darle respuesta. El mayor uso que puede dársele a esta pregunta es el de mostrar qué tipo de gusanos es.

Esta respuesta intenta arrojar alguna luz sobre quién es usualmente considerado Satanista. Es seguro que las respuestas va a desagradar a algunas personas, pero recuerden que éste ensayo no tiene la última palabra sobre éste asunto. Aquellos que necesiten todos los detalles y sutilezas al respecto, se les solicita a que no lean este documento, y vayan directamente a los varios libros listados en la sección de “recursos” en el FAQ de alt.satanism.

Mi propuesta principal es:

"Quienes dicen ser Satanistas, probablemente lo sean".
Esta es la respuesta más sencilla, y será la base de éste FAQ.

Una objeción válida para ésta respuesta y para la definición de "Satanistas verdaderos" es que es demasiado exclusiva —que incluye una gran cantidad de individuos a quienes muchas personas no llamarían Satanistas, especialmente los Satanistas que tienen problemas con las definiciones demasiado inclusivas. De ésta manera, la definición de “verdaderos Satanistas” será un tanto cerrada. Demasiadas definiciones del término “Satanismo”; bueno, de hecho cualquier término, es un problema. Si cualquier cosa y cualquier persona pueden ser Satanistas, el término pierde significado y no puede ser utilizado para comunicar algo importante.

Un gran problema con la pregunta de “Satanistas verdaderos” es que a veces un grupo u organización (o individuo) interviene en el asunto, usualmente promoviéndose a sí mismos como “El Único y Verdadero Camino”. Esas personas usualmente tratan de convencer a los demás de que ellos son los únicos y verdaderos Satanistas, y los demás son pseudo-satanistas, o bien que no son auténticos. Sin embargo, quienes se han visto envueltos en este tipo de “debates” usualmente reconocen que nunca se logra una decisión unánime y que ningún hecho puede arreglar el asunto. Lo que suele tratarse casi nunca es verdad o ficción y no son otra cosa que diferencias de opinión las cuales son esencialmente imposibles de resolver de manera que se relacione consistentemente con la verdad. Las discusiones entre miembros de un movimiento religioso ciertamente son importantes para las partes implicadas y, a la larga, también ayuda a definir el movimiento.

¿Acaso suena disparatado? Pues bien, piensen por un momento en los problemas que los cristianos han tenido definiendo quiénes son “cristianos verdaderos”: Los protestantes llamando “Satanistas” a los católicos, los testigos de jehová llamando a los demás “hijos de Satanás”, “falsos profetas” y así sucesivamente; baptistas, mormones, davidianos, metodistas, etc. —la gran mayoría dicen que ellos poseen la verdad pura. Lo mismo se aplica a los musulmanes, donde las facciones suunitas y shiitas tienen puntos de vista bastante divergentes sobre quiénes son los verdaderos y apropiados representantes del islam. Para un extraño, estas “batallas de los caminos verdaderos” parecen imposibles de resolver. Todo esto se parece bastante a la escena Satánica. Como mínimo, podemos decir quién tiene más seguidores, pero esto no resuelve el asunto filosófico; prácticamente, a la larga, el tamaño ha demostrado ser importante. De esta manera, no solo el Satanismo, sino también en el cristianismo, la respuesta más útil es que quienquiera que se llame a sí mismo cristiano o Satanista, probablemente lo sea.
Debido a que las organizaciones tienen el mismo problema que los individuos, la propuesta básica puede ampliarse de modo que también se aplique también a grupos.

Las organizaciones Satánicas modernas se reservan el derecho de definir el Satanismo del modo que les parezca más conveniente

Esta afirmación es acorde con la manera como la mayoría del tiempo operan las cosas, y también resulta ser práctica. La mayoría de investigadores no le preguntarían a Adolf Hitler sobre la alegría de la Pacua o el Hannukah, o sobre quiénes y qué son realmente los judíos... y tomarían su palabra como evangelio. De la misma manera, uno debería ser precavido al preguntar a los enemigos de los Satanistas quiénes o qué son los “Satanistas verdaderos”; muchos cristianos se comportan de manera bastante paranoica y ven Satanistas en todas partes.

¿Puede limitarse un poco más la respuesta? Sí, afortunadamente, y se hará más adelante cuando discutamos algunas personas o grupos específicas que muchas veces están asociados con el Satanismo —algunos verdaderamente Satánicos y otros que, como mínimo, son muy cuestionables.

Una cosa que ha de tenerse en cuenta cuando se trata de determinar si alguien es realmente o no un Satanista, es el problema de la demonización del enemigo. Esta es una estrategia propagandística muy común donde uno acusa al enemigo de actos indecibles para poder legitimar la persecución, opresión o guerra. Se menciona esto para recordar al lector que la propaganda Xiana (cristiana) no es necesariamente verdadera y es importante tenerlo en cuenta cuando se trate de determinar si alguien es o no un Satanista.

También puede resultar útil comparar las creencias de una persona o individuo con las cosas que tradicionalmente se tienen como representativas del Satanismo o del pensamiento Satánico. Esto puede ayudar a señalar a quienes se hallen engañados y/o se promocionen a sí mismos como Satanistas. El “Satanismo” es una etiqueta que vende bastante bien, así que caveat emptor.

Así mismo, vale la pena mencionar que casi todos los Satanistas tiene una relación respetuosa con las verdades científicas y la mayoría de ellos no tratan de negar la realidad (caso contrario a los cristianos, por ejemplo). De esta manera, PUEDEN ser resueltos de una manera factual. Algunos ya lo han sido.

Ejemplos: Criminales con un modus operandi que sugiere inclinaciones satánicas.
Lo que suele suceder con este tipo de criminales, es que son personas mentalmente inestables que están buscando una manera de justificar sus actos. La mayoría de las veces han decidió cometer el crimen, y lo único que necesitan es una justificación. La justificación es una necesidad bastante ubicua, ya que da un sentimiento de seguridad y bienestar mental. A veces un individuo escogerá a Satán o al Satanismo como mecanismo de justificación: “Satán me obligó a hacerlo!” (de la misma manera que mucha gente dice “...pero estaba ebrio, es que bebí mucho”). Los esquizofrénicos que escuchan voces podrían ser un ejemplo. La opción de religión bien pudo haber sido cualquier otra religión prevalente, verbigracia el islam o el cristianismo. Recuerden que se han cometido muchos, muchos más crímenes en el nombre de Dios/Yahvé/Jehová que en el nombre de Satán. Comparado con cualquier otro trabajo literario, el Apocalipsis de la Biblia es probablemente la influencia más grande de los asesinos seriales de hoy. La mayoría de las personas dirían que ésas personas no eran cristianos de verdad, o por lo menos la mayoría de las personas estarían de acuerdo en que sus actos no eran una parte legítima de su religión. Así, un crimen no sería llamado “abuso ritual cristiano” si se encontrase una Biblia o un crucifijo en casa del asesino o en la escena del crimen. Lo que uno debe recordar sobre estas personas es que ante todo son criminales y que se tienen en cuenta los aspectos religiosos debido a sus inclinaciones criminales/mentales. Sus preferencias religiosas son secundarias.

Si se examinan más de cerca, la mayoría de estas personas carecen de toda base sistemática, filosófica o teológica sobre la cual apoyar su así llamada “religión” —esto se debe precisamente al hecho de que no son personas religiosas, la religión no es lo importante. Estos pensamientos también son válidos para personas como el caníbal Stanley Dean Baker, la pandilla de asesinos de Matamoros y la Mafia del Black Metal Noruego. Éstos últimos, algunos de los cuales se han matado entre sí, están pagando una condena por homicidio —para muchos Satanistas, no son otra cosa que "sucios cristianos" debido a su teología tan vaga y evidentemente cristiana. Así mismo, cuando se encuentra entre estas personas un parámetro consistente de creencias, éste tiende a ser un conjunto de creencias bastante idiosincrático. Podría decirse que el asesino de la película "Seven" tenía un conjunto de creencias muy consistente, pero bastante individualista.

Así como hay Satanistas criminales, también existen cristianos criminales. Recordad esto: lo que es considerado criminal se basa en una cultura y época dadas —por lo tanto es una noción sujeta al cambio. Sin embargo, se hace un gran esfuerzo por desvincular ciertos miembros de su religión, en un intento de “hacer el papel de buenos” a los ojos del público. Que una persona sea criminal no siempre excluye convenientemente dicha persona de su religión, no importa si la religión es el Satanismo, el cristianismo, o el islam o la religión judaica.

Para una introducción mucho más detallada a la perspectiva oficial de la ley sobre este tema, por favor consultar el reporte del FBI, disponible en este sitio.

Wiccans y otros Paganos.
Más de una vez se ha discutido si los Wiccans son Satanistas. Los cristianos suelen argumentar que los Wiccans son Satanistas. Así mismo, algunos Satanistas han afirmado que los Wiccans realmente son Satanistas (o bien que deberían serlo). Otros Satanistas dicen que los Wiccans se parecen más a los cristianos. Los mismos practicantes de la Wicca sostienen que no son ni lo uno ni lo otro. ¿A quién le creemos? Pues bien, según lo que hemos leído hasta ahora, es razonable conceder a los Wiccans el derecho de definir por sí mismos qué y quiénes son. Por lo tanto, no hay una buena razón para llamarles Satanistas o cristianos —son “una especie única en su género” y tienen todo el derecho de definirse a sí mismos como tales. Puede decirse lo mismo de otros grupos paganos.

Dicho lo anterior, cabe anotar que al interior de la comunidad Wicca hay gran cantidad de “cruces” (crossovers) v.g. algunos se llaman a sí mismos Wiccans Satánicos, o Wiccans cristianos. Esto suele suceder en la mayoría de las religiones: en los extremos hay quienes son una mezcla ecléctica de dos o más religiones establecidas. Tenedlo en cuenta a medida que leéis.

Aleister Crowley y los Thelemitas.
El jurado sigue indeciso al respecto. Aunque una cosa es del todo segura: La mayoría de Thelemitas y/o miembros del O.T.O. (Ordo Templi Orientis) no se proclaman Satanistas —ni la mayoría de Satanistas los consideran sus equivalentes— lo cual, según lo que hemos aprendido hasta ahora, resuelve la cuestión en parte (es decir, si estás de acuerdo con la premisa inicial). El mismo Crowley es un asunto un poco más delicado ya que no hay duda de que él utilizó simbología Satánica, ej: se refería a sí mismo como la Bestia del Apocalipsis, a su compañera de turno la llamaba “La Mujer Escarlata” (haciendo referencia a la Ramera de Babilonia) y en general trató de aparecer como “el hombre más perverso del mundo”. Sin embargo, para ser concisos, probablemente no deberíamos llamar “Satanista” a Crowley —aunque muchos Satanistas modernos estén inspirados por su vida y obras; si mucho podría considerársele un Satanista de facto (ver abajo). Las creencias de Crowley eran una mezcla ecléctica de diversas ideas religiosas de todas partes del mundo; su imaginería Satánica era sólo uno de los muchos ingredientes de la mezcla.

Análogo a la Wicca, la Thelema tiene multitud de “cruces” (crossover) y algunos se consideran a sí mismos Thelemitas y Satanistas

Fascistas y Nazis.
De vez en cuando vemos “Fascistas” o “Satanistas-Nazis” en los titulares, pero la mayoría de las veces esto se debe a que otros Satanistas se niegan a que se mezcle el Nazismo con el Satanismo. Muchos consideran que la expresión “satanista-nazi” es contradictoria, y que los “satanistas-nazis” no saben qué representa el Satanismo.

En cuanto a la “Cuestión” Satanismo y Nazismo te encontrarás básicamente con dos opiniones. Una es que tanto el Nazismo como el Fascismo son cosas terribles las cuales deberían ser combatidas, evitadas y rechazadas. La otra es una actitud más desinteresada de aquellos que consideran palabras como “Nazismo” y “Fascismo”, como términos utilizados para manipular el público.

Si has descubierto algunas similitudes entre Nazis y Satanistas, probablemente se deba al linaje Nietzscheano que comparten. Sin embargo, esto no es suficiente para inferir que los Satanistas son Nazis-la mayoría no lo son, ya que sienten que las doctrinas fascistas/nacional-socialistas/colectivistas entran en conflicto con el énfasis Satánico en el individualismo. El decir que un Nazi es un Satanista (o viceversa) sólo porque a uno no le agradan los Nazis ni los Satanistas, es una exageración.

Algunos se autodenominan Fascistas Ocultistas, lo cual casi siempre hace referencia a las grandes emociones “fascistas” de amor, odio, gloria y victoria, y así sucesivamente. Sin embargo, esta línea de pensamiento precede a los Fascistas y los Nazis.

Así mismo, el Satanismo asusta a mucha gente —también el Nazismo— por lo que muchos Satanistas gustan de vestirse al estilo Nazi simplemente porque les encanta ver esas expresiones de horror en los rostros de la gente del común.

Finalmente, a la mayoría de Satanistas les importa un bledo el Fascismo o el Nazismo ya que cosechan su parte de terror y renuencia cuando proclaman ser miembros de algo mucho más peligroso: el Satanismo.

Bandas de Rock y Heavy Metal.
Entonces, ¿hay grupos de Heavy Metal en el Satanismo? Bueno, la mayoría de cristianos te lo harían creer, sin embargo, demos un vistazo. Hay cierto tipo de bandas que no deberían ser etiquetarse como Satanistas. Un ejemplo de tales bandas podrían ser AC/DC, Black Sabbath, Dio, Iron Maiden y Slayer. Lo que suele caracterizar a éstas bandas es que utilizan gran cantidad de imaginería Satánica ya que creen que es divertido, que es algo chocante (ahora que el asunto del sexo ya está trillado), y/o que vende discos. Las letras de ésas bandas NO deberían tomarse literalmente, ya que su intención es la de causar impacto dramático: Sorpresa! Las bandas de Heavy Metal suelen escribir letras ficticias! Sin embargo, muy pocas se proclamarían Satanistas y cuando se les pregunta, suelen negar cualquier conexión con la temida religión “S”.

Cabe anotar que esto no impide que muchas personas consideren Satánica cierto tipo de música. Sin embargo, según los Satanistas, mucha música es “Satánica”, una gama que incluye: obras clásicas, viejas tonadas de los años 1920-30, ABBA, el techno, el Black Metal y quién sabe qué más.

Hay algunas bandas anti-cristianas, o bandas que, de una u otra forma, han sido críticas con respecto al cristianismo, v.g. Carnivore, Manowar, Metallica y Suicidal Tendencies (por no hablar de Phil Collins, si bien éste no pertenece al género). Todos ellos han criticado en sus letras al cristianismo, pero éstos no los hace Satanistas —niegan públicamente cualquier afiliación. No son otra cosa que ateos, escépticos, o bien critican al cristianismo. No todos los críticos pertenecen necesariamente al enemigo. Ni la mayoría de estas bandas invierten todo su tiempo y esfuerzo oponiéndose al cristianismo. La mayoría de las veces se limitan nada más que a unas pocas canciones.

Sin embargo, en la escena Heavy Metal hay unas pocas bandas o músicos solistas que son Satanistas, v.g.King Diamond, Acheron y Deicide. Algunos miembros de éstas bandas se proclaman abiertamente Satanistas y probablemente lo sean. Las opiniones divergen. Por ejemplo, a los ojos de muchos Satanistas, Glenn Benton de Deicide viola ciertos valores Satánicos. Sin embargo, no hay forma de “descalificar a alguien” si antes no estamos dispuestos a aceptar un tipo específico de Satanismo, es decir, el expuesto por uno de los diversos grupos Satánicos.

El hecho que, eventualmente, algunas bandas de Heavy Metal cuenten con Satanistas entre sus filas, parece inevitable. Sin embargo, recuerden que ninguna ley ha sido quebrantada, ni derecho alguno ha sido transgredido, por estas bandas o por Satanistas. En algunas bandas, como por ejemplo King Diamond, las letras no son especialmente “Satánicas” en el sentido de que traten de influenciar al escucha para que acepte el Satanismo. Por supuesto que algunas sí lo hacen, pero mi impresión es que la prédica se halla a un nivel mucho menor que el existente entre las bandas (de metal) cristianas.

No puede negarse el que algunas bandas de Heavy Metal puedan influenciar a quien las escucha o hasta hacer que se interesen en el Satanismo —no seamos ingenuos— pero recuerden que esto no es un crimen. El Satanismo es una religión legal y reconocida (en la mayoría de los países). Todo tipo de música ejerce cierta influencia en quien la escucha, pero nadie obliga a nadie a escuchar Heavy Metal —de hecho se da menos que con otros tipos de música— los “fans” la escucha por su propia voluntad.

Satanistas de Facto.
Satanistas de facto (es decir, de hecho) es un nombre genérico para muchos individuos (principalmente figuras históricas) de los cuales muchos Satanistas consideran que tuvieron ciertas virtudes Satánicas, aunque no se proclamasen como Satanistas. Esta categoría incluye una amplia variedad de personas; los Padres de la patria de Estados Unidos (Benjamin Franklin, Thomas Jefferson, etc) Gabriele D'Annunzio, Nicolás Maquiavelo, Friedrich Nietzsche, Ragnar Redbeard, Basil Zaharoff, Rasputin, P.T. Barnum, Aleister Crowley, el apóstol Pablo (quien inventara el cristianismo tal como lo conocemos, como se insinúa en los Rollos del Mar Muerto), los Yezidis, Albert Pike, etc. Probablemente no todos serían aprobados de manera unánime por los Satanistas —a algunos Satanistas ni siquiera les agrada el término— pero la idea debería ser clara. Estas son personas que “son de los pocos que influencia y dirige a la mayoría”; han sido individuos de férrea voluntad, han sido quienes han escrito los libros de historia, los líderes de la manada; en sus escritos, comportamiento o religión han expresado ideas vitales del Satanismo; y así sucesivamente.

La última palabra
Algunas definiciones de Satanismo están más divulgadas que otras, mientras que, exceptuando a unos cuantos individuos, algunas son virtualmente desconocidas. ¿Qué hacer entonces, cuando alguien diga ser Satanista? No es necesario que pontifiques sobre si alguien es un “Satanista verdadero”, pero el decidir si alguien es tu tipo de Satanista es asunto tuyo. Observa quién es la persona, qué hace, cómo se conduce, cómo trata a los animales, cómo se relaciona con las personas, las cosas y la naturaleza que lo rodea, etc. Basado en esto, puedes decidir si deseas asociarte con ese individuo en particular.

©1997 Hr Vad