Mostrando las entradas con la etiqueta Enemigo. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Enemigo. Mostrar todas las entradas

EGOISMO SELECTIVO


¿Por qué no hacer favores a todas las personas? ¿Por qué no extenderle la mano a todo aquel que se nos pare enfrente y la necesite?


Bien, no estoy diciendo que absolutamente a nadie le debamos dar la mano en ayuda, pues hay quienes dentro de nuestra confianza o nuestro afecto lo tienen bien merecido; su bienestar y éxito será suficiente a cambio para nosotros. Hay quienes incluso fuera de nuestro hogar o nuestras amistades, aun siendo desconocidos se les ha de brindar ayuda siempre y cuando a su vez esa ayuda remunere un beneficio hacia nosotros, no podemos ir por el mundo dando algo de nosotros sin recibir a cambio algo que lo compense.

Y se me pregunta entonces: ¿Por qué el egoísmo? ¿Por qué no dar la mano a todos?

Siempre hay que ser muy selectivos, por una sencilla razón, no todos responderán igual. Habrá quienes con mala intención quieran aprovecharse, quienes quieran exprimir hasta lo último de los demás sin dar absolutamente nada a cambio, existen personas a las cuales se les da todo y no se detienen ni a agradecer, solo quieren recibir, solo buscan aprovecharse de quién puedan, por eso es que se debe ser egoísta, el uso de un buen egoísmo es lo que evitará que desperdiciemos lo que tenemos en quien no lo vale, hablamos tanto emocional como materialmente.

A pesar de extender nuestra mano a quien aparenta "necesitarla", llegará un momento en que intenten dañarnos, nos tendrán tan invadidos que, en vez de generarnos un bien, se vendrán contra nosotros, pero así es la gente ingrata que responderán de una manera despreciable y ruin a aquella ayuda que se les dio, mordiendo la mano cual viboras.
Eduardo Montalvo

TODO LO DEMÁS ES UN ERROR




TODO LO DEMÁS ES UN ERROR
Might is Right / Ragnar Redbeard

El mundo natural es un mundo de guerra, el hombre natural es un guerrero, la ley natural es con las uñas y los dientes. Todo lo demás es un error. Las condiciones de combate en todo el mundo existen desde siempre. Nacemos en un conflicto perpetuo. Es nuestra herencia, incluso, fue el patrimonio de generaciones anteriores. 

Estas condiciones de combate pueden ser disfrazadas con las santas frases de San Francisco, o las débiles doctrinas engañosas de un Kropotkin o Tolstói, pero eventualmente no podrán ser evadidas por ningún hombre o cualquier tribu de seres humanos. Son de allí y permanecerá allí, y cada hombre (si lo hace o no) tiene que contar con ellas. Rigen sobre todas las cosas, gobiernan sobre todas las cosas, reinan sobre todas las cosas y decide todo lo que las poblaciones imaginan, llenándolas con policemanized, regulando la tranquilidad intencionalmente y el Estado organizándoles un industrialismo alegre, bendito y divino.


MI ENEMIGO


MI ENEMIGO
Anton Szandor LaVey

Tengo enemigos. Mis enemigos son aquellos que detienen mi felicidad y satisfacción, en cualquier forma, por cualquier medio y por cualquier razón. No me importa si son negros, marrones, amarillos o blancos; ya sean judíos, cristianos, musulmanes o budistas. Mi enemigo ha hecho imposible para mí, comprar un helado por una moneda, un hogar por diez mil dólares, un nuevo coche por menos de mil dólares y un buen par de zapatos por menos de diez. "Inflación" es lo que me dicen. "Costos más altos de mano de obra. Necesidad de mayores salarios." "Avaricia", le llamo yo.

Mi enemigo ha robado mi casa, legalmente, en un tribunal de justicia. Mi enemigo ha bloqueado la entrada de mi coche. Mi enemigo ha destrozado mi coche. Mi enemigo ha hecho imposible para mí, comprar un poco de nostalgia que nadie más quiere, a menos que quiera pagar un precio desorbitado.

Por otro lado, mi enemigo no es el DJ de la radio que pone música que molesta mis oídos. Ni es mi enemigo el director de televisión que presenta el mismo tipo de show sin importar nada. Los entretenimientos populares siempre han gustado a la mentalidad más simple. No necesito participar en ellos, puesto que ellos pueden apagarse. Ustedes dicen: "Estas equivocado; lo promueven lo que llamas ‘enemigo’” ─avaricia e inflación. Si, lo hacen, pero yo no respondo, no necesito responderlo. Es el vasto y descerebrado público quien lo hace. Son ellos los que apoyan la inflación, porque sus cerebros son tan simples y limitados como para considerar los efectos de la avaricia de querer más dinero. "Pero tenemos que vivir" dicen ellos. "Es el alto coste de la vida". Yo no incrementé el costo de vida, para ellos ni para nadie más. Mis deseos y necesidades siempre han estado a mi alcance. No incrementé los precios del cobre, ni de los plásticos, la necesidad incrementó los costes de producción. ¿Por qué debería ser Yo penalizado por ello? No me importa el crimen en las calles. Puedo apretar un gatillo. Pero no puedo hacer que me vendan un helado por una moneda.

No protesten activamente una guerra impersonal creada por gente que tiene una historia de conflictos. No bombardeen una clínica de abortos a menos que necesites uno y no quieran ayudarte. Entonces, ¡que empiecen las bombas! Los hombres deberían bombardear las oficinas de abogados si están siendo demandados personalmente por todo lo que han trabajado. Mi punto es, escoge a tu enemigo con la misma lógica y razón con la que escogerías a un amigo. O a un empleado. O un libro. Con discriminación y con encaminado en beneficio de tu propio desarrollo personal.

Mis enemigos son los que hacen mi vida menos rica y más complicada. Eso me agota. Me molesta que no pueda comprar un comic por unas monedas. No me sorprendió cuando James Huberty disparo al McDonald's porque la máquina de helados seguía rota. Si hay una lección que aprender aquí, es esta; Si vas a cobrar más de unas monedas por un helado, más te vale dar un servicio especial. Aparte, Huberty era un activista calificado; uno que hace actos de terrorismo contra personas o agencias no teniendo nada que ver con un envolvimiento personal. ¿Quién es responsable por los crímenes en mi contra? No la gente negra, latina o judíos, sino aquellos que apoyan las ultimas demandas de avaricia. El estúpido y miope público que es tan fácilmente convencido de concentrarse en enemigos falsamente fabricados, que en aquellos que realmente les roban.

Satan Speak! ©1998