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SATANISMO MODERNO II

SATANISMO MODERNO II

Michael A. Aquino era un oficial de contraespionaje del ejército estadounidense, especializado en Guerra Psicológica y en Técnicas de Desinformación. Encontró a LaVey en 1969 y empezó a interesarse por el Satanismo. A diferencia de LaVey, creía en la existencia del demonio y consideraba que la Iglesia de Satán practicaba un Satanismo vulgar y desacralizado, así el 21 de junio de 1975 decidió invocar al demonio, quien le habría revelado el propio plan para eliminar el cristianismo.


Después de esta “revelación”, Aquino decidió fundar el Templo de Set, empezó a considerarse la “segunda bestia 666” y además, escribió un texto: The Book of Coming Forth by Night, que contenía la “verdad revelada” por el demonio. El Templo de Set era guiado por una pequeña elite sacerdotal que afirmaba que podía comunicarse con Satán y se basaba en una “teología” mucho más articulada que la de la Iglesia de Satán, expuesta en el libro de Aquino: Magia negra en teoría y en práctica.

Aquino consideraba que el universo objetivo no es la única realidad existente y que el hombre posee una chispa de vida en contradicción con todas las leyes “objetivas”. Según Aquino, el gran adversario de Dios, llamado Satán, cuyo verdadero nombre es Set, es un personaje real, en condición de revelar y transmitir al hombre la capacidad de interrumpir las leyes ordenadas del cosmos, para crear una realidad plasmada a medida del individuo.


Las actividades del Templo de Set se llamaban “magia negra” y “Satanismo”. Los rituales consistían en la práctica de la “pequeña magia negra”, basada en el uso de la psicología para manipular en forma ventajosa el mundo objetivo y en la práctica de la “gran magia negra”, que considera la evocación de Set, cuya ayuda permitiría la realización de la propia voluntad.

No obstante que Aquino haya afirmado que no cometió actos desviados y actividades ilegales, al inicio de la década de los ochenta fue el centro de diversas investigaciones bajo la sospecha de que, con su mujer, rebautizada como Lilith, había llevado a cabo abusos sexuales rituales contra niños de la guardería de la Prisión militar de San Francisco. Sin embargo, gracias a la protección del ejército, aunque si los indicios eran serios, no fueron juzgados suficientemente para sostener con éxito la acusación penal.


SATANISMO MODERNO I

SATANISMO MODERNO I

El Satanismo moderno nace en la década de los sesenta en California, por obra de Anton Szandor LaVey. Él era un californiano particularmente excéntrico aficionado a coleccionar instrumentos de tortura, libros y fascículos de horror, animales feroces, objetos hallados en estudios de cine de género violento o bien, que habían pertenecido a famosos delincuentes, artículos y libros de magia y ocultismo.


En 1960 empezó a aprovechar esta pasión suya con fines de lucro para poder mantenerse, de esta manera comenzó a organizar conferencias pagadas que impartía en su casa con temas como espectros, vampiros, orates famosos, métodos de tortura, homicidios, canibalismo. Con quienes habitualmente asistían a las conferencias fundó el Círculo Mágico y a las simples reuniones agregó la práctica de rituales, hasta que el 30 de abril de 1966, fundó la Iglesia de Satán y llamó tal año «el Año Uno de Satán». Entre 1969 y 1972, publicó sus libros más famosos: “La Biblia Satánica”, el “Libro completo de la magia” y “Los Rituales Satánicos”.

«La Biblia Satánica» contiene el credo de la iglesia, que puede sintetizarse en «Las Nueve Declaraciones Satánicas», «Las Once Reglas Satánicas» y «Los Nueve Pecados Satánicos».

De cuanto se ha expuesto, es posible darse cuenta de que LaVey, como Crowley, era un racionalista que no creía en la existencia del demonio. La Biblia Satánica no contiene referencias a la magia o al esoterismo, sino que se hace alusión al egoísmo, al capitalismo, al poder del más fuerte sobre los débiles y a la liberación de las religiones, de los valores y del moralismo.

La filosofía defendida es de corte fuertemente individualista, en efecto, él consideraba que la vida es un soplo y que se necesita vivir de la manera más intensa e individualista posible, saboreando todos los placeres y desarrollando todas las potencialidades que la sociedad reprime.

En la denominada Iglesia de Satán, por lo tanto, se combaten todas las formas de represión y de inhibición. Así como la hipocresía de las religiones organizadas, dado que, el hombre es sobre todo ADN y un conjunto de órganos y no existe un infierno ni un paraíso, sino sólo el presente.

La Iglesia de Satán practicaba sus rituales al a luz del sol y LaVey publicitaba en la sección Amarilla de los directorios telefónicos locales, el credo y los servicios ofrecidos por su iglesia, como bautismos, misas, bodas y funerales. Los rituales celebrados tenían como único fin poner en escena un psicodrama, o sea, una terapia del desacuerdo que liberara a los cristianos y en particular, a los católicos, del adoctrinamiento religioso y de los condicionamientos morales.

La Iglesia de LaVey siempre ha funcionado conforme al respeto de las leyes, prohibiendo el consumo de drogas y los sacrificios humanos y animales.


No obstante, el ateísmo y el racionalismo de sus rituales se prestan a ser utilizados en sentido ocultista para evocar realmente al demonio, es por este motivo que la misa inventada por él es la única misa negra que los Satánicos contemporáneos conocen y que siguen al pie de la letra.
La Iglesia de Satán, después de su fundación se difundió no solamente en Estados Unidos de Norteamérica sino también en Europa. Gracias a los contactos con el mundo de Hollywood y al hecho de haber conquistado las primeras páginas de los periódicos por la celebración del matrimonio Satánico de un famoso periodista estadounidense, por el bautismo Satánico de la hija de LaVey y por el funeral Satánico de un marinero adepto, hoy es un culto reconocido por la Marina Militar de Estados Unidos de Norteamérica.

La evolución de la Iglesia de Satán culmina en 1975, año en que un cisma genera dos corrientes principales: la primera, que no cree en la existencia del demonio y que permanece así fiel a LaVey, de ésta, a su vez, se han ido formando otras pequeñas organizaciones; la segunda que ha dado origen al Templo de Set, que se basa en el credo de la existencia de Satanás y que considera como fundador a Michael A. Aquino.


SATANISMO LAVEYANO Y RELIGIÓN

SATANISMO LAVEYANO Y RELIGIÓN
Carla Barros Corcuera

La Biblia Satánica nos indica que nos encontramos ante un tipo de satanismo entendido como una forma de pensamiento individualista, racionalista y filosófico; de hecho, es común encontrar menciones a esta corriente refiriéndose a la misma como ‘satanismo ateo fundamentalista’.


Según Algol, el satanismo desde esta concepción es una corriente en la que se reúnen las modernas filosofías iconoclastas, vitalistas y antiespiritualistas de autores como Sade y Nietzsche por un lado, y las tradiciones estéticas y simbólicas de los grupos de "adoradores del Diablo" que han surgido a lo largo de la historia del Cristianismo. Me detendré en el adjetivo ‘antiespiritualistas’ ya que podría ser una de las características más importantes del satanismo Laveyano. Esta cuestión aparece desarrollada en la introducción que lleva a cabo el que fue miembro de la Iglesia Satánica Michael Aquino cuando en 1972 explicaba: “(el satanismo) No es tanto una anti-religión —un simple rechazo de cualquier creencia— sino una no-religión, una negativa sin compromiso de todo misticismo sustancial”.

El Satanismo queda mejor identificado como una disposición que como una religión, ya que se ocupa activamente de todas las facetas de la existencia humana, y no únicamente de los así llamados aspectos espirituales”. Aun así, Anton LaVey sí que se dirige al satanismo que describe con la palabra ‘religión’; aunque se podría decir que parece utilizarla para enfrentar su corriente de pensamiento contra el resto de las religiones y en concreto, de nuevo contra el cristianismo: “En verdad, la Biblia Cristiana es un montón de contradicciones”. Desde La Biblia Satánica, Anton LaVey se pregunta por qué sigue habiendo personas que se identifican con lo que denomina ‘religiones blancas’, ya que no permiten disfrutar de la vida. Afirma que aún se mantienen sistemas religiosos que tuvieron éxito en el pasado, pero en la actualidad se encuentran desfasados debido a la consciencia de las libertades del ser humano; libertades de las que poco a poco ha ido tomando consciencia la propia Iglesia cristiana. Considera que el satanismo sí ha evolucionado y se ha amoldado a la sociedad según se ha ido desarrollando a lo largo de la historia; en cambio la mayoría del resto de religiones (blancas) se podrían considerar como ancladas en el pasado: “Los religiosos se quejan: 'debemos estar acorde con los tiempos' olvidando que, debido a los factores limitantes y las leyes profundamente enraizadas de las religiones, nunca podrán cambiar lo suficiente para estar acorde con las necesidades del hombre”.

Se ha hecho necesario que aparezca una nueva religión, basada en los instintos naturales del hombre. Y ya tiene un nombre. Se llama Satanismo. El Satanismo es la única religión conocida por el hombre que acepta al hombre tal como es, y promueve la idea de convertir algo malo en algo bueno, en lugar de hacer el mayor esfuerzo posible para eliminar lo malo” (Lavey, Anton. 1969) “Así que, ¿por qué no tener una religión basada en la indulgencia?”. Algol explica que su satanismo es antirreligioso, pero “en el sentido de que no plantea la fe en ningún dios, ni es un rebaño de ovejas que siguen a un pastor; el satanista es en todos los niveles su propio ‘redentor’”. Se podría suponer pues, que este satanismo no es una religión si ésta se concibe desde el punto de vista que la define como la creencia y adoración en un Dios u otros seres sobrehumanos. El satanismo de Anton Lavey, por tanto, no ve necesaria la creencia en ningún Dios; consideran que uno mismo es el único culpable de que ocurran los acontecimientos, por lo que también serán responsables tanto si lo hacen bien como si obran mal. Estas argumentaciones me remiten al debate del problema de la teodicea, al cual acuñó Gottfried Leibniz para referirse a la “rehabilitación de Dios”. Entendiendo ‘teodicea’ como una argumentación usada por algunas religiones como un tipo de doctrina particular para explicar la contradicción existente entre un Dios creador, perfecto y bueno y una realidad malvada e imperfecta, a este tipo de satanismo no les hacen falta explicaciones puesto que se trata de una cuestión que no les preocupa y por lo tanto, no les afecta: “Pero si Dios está al mando y es tan benévolo como se supone que es, ¿por qué permite que estas cosas pasen?” “El Satanista no se engaña creyendo que a alguien le importa”.

-Satanismo más allá de una única realidad-

DECLARACIÓN DE SATANÁS ARCHIDAEMON


LA DECLARACIÓN DE SATANÁS ARCHIDAEMON
Michael Aquino

¡Salve hombre! Los misterios que son tu herencia serán ahora proclamados, pero aprenderéis primero la historia de tu concepción y creación en medio del eterno cosmos. Pues, así como el universo es en sí mismo infinito, también eres tú una verdadera criatura de infinito encarnado y la ascensión del hombre proclamará el triunfo final de la voluntad inmortal.

Permite que tus ojos sean tocados una vez más, para que perciban la complejidad y delicadeza del Universo hasta que quedes fascinado por la dimensión de tu verdadera ignorancia. Conforme te aventuras un poco más rumbo a tu destino, aún más maravilloso es tu desafío, con la justa apreciación. Pero yo, Satán, que primero te traje a la luz, debo nuevamente revelar mi poder, para que el hombre sea testigo del nacimiento de la Era Satánica.

Sabían, antaño que por el grandioso Cosmos existe un orden sublime, cuya naturaleza fue determinada en muy largos Eones por una consciencia singular de todo orden que ahora es llamada por el nombre de Dios. Considera bien la medida de este hecho, pues todo lo que es ahora ley y comportamiento era entonces inexistente, era la época del Caos Universal. El mismo Tiempo era desconocido, pues su inconsistencia universal no era quebrada en parte alguna.

Lucifer from Ricardo Bellver, Madrid, Spain
Y después de incontables eras de esta gran fermentación, una fuerza se fundió al foco que se convirtió en Dios, y esta fuerza tuvo efecto no en la creación de substancia y energía -porque estas trascendieron a este Dios- pero durante mucho tiempo fuimos fieles al servicio de Dios, y adorábamos el orden, pues puso fin a la caótica confusión y trajo la paz. Entre nosotros el principal era el Arcángel Masleh, pues él amó tanto a Dios que se convirtió en uno con él, y entregó al supremo arquitecto lo que fue arrebatado del Caos. Pero independiente de Dios Masleh no podía crear o concebir, y él se convirtió en un esclavo de la divinidad sin mente. Y entonces aconteció que uno de nuestra raza, que era Sammael, tocó el caos de una manera que no estaba en conformidad con el gran orden, y Masleh hablo con la palabra de Dios e hizo que Sammael se destruyera a sí mismo. Y así yo comprendí que Dios no reconocería una voluntad aparte de la suya, y me invadió el horror, porque percibí que el proyecto final de Dios destruiría la creación en todas las cosas, y el cosmos se convertiría en un mecanismo concéntrico cuya función seria no crear de nuevo, sino más bien para congelarlo en el estado perpetuo que ya era. Con lo cual una gran determinación surgió dentro de mí, y decidí en disputar este limite a la existencia. Y así una vez más traté de iluminar las mentes de todos los ángeles con mis visiones. 

Pero con la voluntad llegó la discordia y el miedo, pues muchos de los que sólo conocían las confortables letanías del orden, no podían comprender una invención que no concordasen con el dictamen de Dios. Y también con la voluntad vino las sospechas y las enemistades y finalmente Masleh proclamó que yo también soy una criatura del caos y que debería ser aniquilado, pues llevaba conmigo la fuerza para destruir toda la obra de Dios. Y muchos de aquellos para quienes Masieh era Dios se quedaron con él en sus devociones, pero hubo otros que respondieron: “Lucifer nuevamente ha traído su revelación de luz, y de hecho lo reconocemos como nuestro verdadero creador, pues de los planes de Dios no formamos parte”. Entre nosotros el Arcángel Miguel guardaba silencio, pero en cierto tiempo el hablo: “En tiempos pasados todos conocimos la gloria tanto la omnipotencia de nuestro Dios, como del brillo celestial de nuestro Lucifer-porqué pensamos que el encarnaba la Voluntad de Dios para la creación y el cambio. Pero ahora resulta que el orden y el origen están en extremos separados, y nos obliga a escoger entre una de las dos. Si no fuese por Lucifer seriamos todos animales, no sabemos nada sobre nosotros mismos, sin embargo ¿Como podríamos presumir siquiera de ordenar nuestro propio pensamiento sin referencia a las bases elementales de Dios?”. Entonces Miguel se volvió hacia mí y dijo: “Lucifer, tu elegiste una dirección que ningunos podemos predecir hacia donde nos llevará, pues está alejada del diseño de Dios. Los que te confirman lo hacen tanto por la fe en tu persona como por la aprobación de tu ideal. Y percibo que tu fallaras en tu ambición, locura apocalíptica será tu ruina y condenación. Entonces tu luz perecerá y todo lo que has sustentado será destruido, pues todo será conforme a la Ley Divina. Pero si tuvieras éxito, entonces Dios será derrotado, y adquiriríamos nosotros mismos el derecho de controlar el universo. ¿Nos atreveríamos a suponer esto? Tal futuro podría ser glorioso sin medida, pero si no estamos a la altura de la tarea, el caos nuevamente lo consumirá todo y la existencia misma se desvanecerá. Tal sería un supremo e irrevocable desastre, y yo espero, Arcángel, que tu propia arrogancia en este asunto no te confunda, pues esto es algo que tú mismo no percibirías”.

Así que sé que eres Diabolus, pues tu promesa es bifurcada –Conquista infinita o eterna ruina. Tú eres un ser más allá de Dios, Lucifer, y en el Cielo no puedes permanecer, porque tú eres el único peligro mortal contra nuestro Dios Inmortal”. En Miguel había una gran agonía de espíritu, pues él no amaba la elección que tenía ante sí. Sin embargo, se inclinó ante el mando de Masleh y envió sus fuerzas contra mí, y esta fue llamada la Gran Guerra Seraphica, la cual era una amenaza para los cimientos del Universo. Pero aquellos que eran de la nueva mentalidad, ahora me seguían y me volví hacia el caos más externo, como ninguno de nosotros osó antes. Nos invadió la duda, pues temíamos que lejos de Dios pereceríamos en el caótico olvido. Pero como estábamos, nos quedamos, clamé a mis compañeros ¡Mirad! Existimos y somos esencia por derecho propio. En verdad somos seres independientes de Dios, facultados para dar forma a nuestros propios destinos ya que podemos elegir. Entre los dos grandes polos del Universo, Orden y Caos, nosotros debemos de cumplir con nuestros propios deseos. Vamos a planear sobre cómo aplicar nuestro arte pues nuestro experimento, es peligroso, y el error no será perdonado ya sea con intención o por accidente. Muchas obras hicimos persiguiendo nuestra intención, y el mecanismo cósmico fue alterado por la evolución de lo que es único y original, cuyo diseño fue nuestra decisión. No todo lo que obrábamos resultaba beneficioso, ya que no controlábamos el futuro de nuestras creaciones. Dejamos intacto el gran sistema de comportamiento matemático que nos dio una referencia e idioma universal, pero era nuestra ambición que nunca dos cosas poseyesen la misma identidad, y que ninguna entidad debe carecer de esencia conceptual independientemente de su forma sustancial. Y en esta tierra tocamos muchas cosas en las flores, animales y en la materia insensible, así mismo provocamos accidentes, cambios y espontaneidad, grandes y humildes. Pero de todas las criaturas fue al hombre a quien decidimos infundir con pura inteligencia y voluntad. Y toda esta historia debe ser contada.

¿En que se convertirá el hombre? no lo sabemos, porque dentro de él habitan muchas cualidades ajenas a los ángeles. No escapa a nuestra consideración, que podríamos haber elegido, a una especie cuyo poder podría finalmente eclipsar nuestro poder y causar nuestra eventual extinción. Éramos consciente del riesgo de nuestro experimento, y a menudo la advertencia de Miguel hizo eco en mi pensamiento. Sin embargo, nuestra decisión fue sellada, y consideramos que la grandeza del hombre no debería ser superada por la ruina que como tal podría traer. Nuestra intención no era desconocida por Masleh, ahora con el título de Mesías, y a través de su arte hizo que la mente aun infantil del hombre fue encadenada con lazos de miedo y ceguera, pues él estaba inspirado en duplicar en la Tierra las leyes del Cielo, aboliendo así el experimento y los peligros extremos de la invención y la explotación. Al hombre le fue dada la culpa, la llamada a la conformidad social, y la proclamada santidad de la forma y el modo. Y Miguel, Señor de la Fuerza, me dijo: "Este hombre, a quien tú eliges para recibir tu Don, ahora posee la primera llave para el dominio de todas las cosas y el control del propio Universo". Y una vez que él puede elegir encender la llama de la catástrofe del Armagedón también vendremos a visitarlo. Y como no podemos deshacer su Presente Infernal debemos actuar para cancelar sus efectos. Caminaremos entre los hombres y los guiaremos. Se les hablará de tu interés en ellos, pero el nombre de Lucifer será oscurecido con maldiciones. Porque no amarán el desafío que les presentaste, y les ofreceremos en cambio el refugio dichoso del paraíso divino. Entonces el hombre, tu último experimento, se convertirá en tu último fracaso, y la éxtasis de Dios prevalecerá sobre la Tierra. Muchos de nosotros se sintieron furiosos ante esta despiadada mutilación de nuestro regalo, y Beelzebub planteo la cuestión de si deberíamos también descender entre los hombres y disputar esta usurpación de su voluntad. Pero dije: "si fuéramos a guiar al hombre en esta empresa, nosotros mismos declararíamos su fracaso, y él creería que nuestro regalo era realmente débil. El Mesías debe ver que el libre albedrío está más allá de la preocupación de Dios, y que el hombre finalmente ganará su propio destino, a parte de todos los esquemas dictados. Sólo mediante la destrucción de la Tierra el hombre puede ser detenido, y si el Mesías hace esto estaría desnudando la inutilidad final del diseño de Dios. El cielo puede desanimar al hombre con peligro y aflicción, pero le enviaremos un mensaje de nuestro propio interés, para que sepa que no está solo". 

Entonces todas las fuerzas del cielo descendieron entre los hombres y ellos los instruyeron con la religión del miedo. Profetas fueron formados y proclamados dueños del conocimiento, pero ellos no dijeron ni una palabra de la verdad, tan solo alentaban al espíritu humano para acobardarse e inclinarse ante la palabra de Dios, el Ser Supremo. El esfuerzo de la ascensión del hombre fue amenazado con el horror de su superstición, y el llamado al bendito olvido a través de la unión con Dios fue respondido por muchos que en su tormento y desesperanza rechazaron el regalo de Lucifer y se convirtieron una vez más en animales sin sentido ante el Dios a quien llamaban su Señor. Yo, Lucifer, que di el mayor Regalo de mi propia creación al hombre, fui conocido en la Tierra sólo como objeto de miedo y rabia y todos los azares fueron atribuidos a mi malevolencia. Fui humillado, ridiculizado y escarnecido de todas las formas como un monstruo vil de aspecto repugnante y fui enseñado y despreciado como Satán, cruel enemigo del benevolente y misericordioso Dios. Grande fue mi angustia e ira por la miseria inmerecida y la confusión de los hombres. Cuando de hecho se volvieron hacia a mí, fue con miedo y terror religioso. Porque ellos se atrevieron a invocar mi nombre solo en la desolación de la noche, y muchas veces me buscaron no por conocimiento o inspiración, sino por liberación histérica e indulgente en los confines de la vida piadosa. Pero yo y mis compañeros respondimos a los hombres, y les hablamos de nuestro vínculo común, y los pronunciamientos de las iglesias de Dios fueron rechazados en medio de nosotros. Como Dios era terrible en su grandiosa majestad, vine a la tierra con la apariencia de una cabra, la más humilde de las criaturas de los hombres. Y había hombres cuyos ojos finalmente resplandecían con la luz de mi Don, y hacían un gran esfuerzo por el avance de su raza, aunque la impaciencia y la frustración los tentaban al bálsamo de la ganancia temporal. Grandes secretos fueron descubiertos, y palabras secretas fueron más allá de las obras del Infierno. Pero todos aquellos que se atrevieron con mi amistad fueron perseguidos y torturados por las iglesias de Dios y muertos por el fuego. Muchos fueron los que salvé de la venganza de los hombres de Dios, pero por mucho tiempo mis pensamientos oían los gritos de los hombres cuya devoción a Lucifer les trajo sólo los horrores de la intolerancia, la inquisición, y la muerte. Y por el pesar y por la desesperación de éstos ya no anduve sobre la Tierra, revelándome al hombre sólo en el secreto inviolable de su propia mente. Pero en mi confusión había olvidado la promesa de mi Don, y con creciente admiración y orgullo vi la amarga pero decidida lucha del hombre para liberarse de las cadenas del terror, la ignorancia y la sinrazón. Se concibieron grandes obras, se descubrieron los orígenes de las energías materiales y se ejercitaron los talentos del pensamiento en las complejidades filosóficas y matemáticas. Sancionados en un principio por las propias iglesias de Dios como dispositivos para el adoctrinamiento en la ley de Dios, los centros de aprendizaje produjeron y protegieron esas mismas libertades que finalmente destruirían toda creencia y superstición sin fundamento. 

Y aunque veo que la completa resolución de esto está lejos de ser alcanzada, yo no dudo de mi confianza en el hombre y mi devoción por él será eterna. ¿Qué, hombre, eres tú? ¿Cuál es el motivo de tu presencia? Por lo tanto, tu propio propósito determina el del Cosmos mismo, aunque de otra manera pudo haber sido sugerida la creación, la perpetuación y el ejercicio de la maravilla satánica que es la Voluntad libre e ilimitada. Considera, si el hombre muriera, qué futilidad envolvería al Universo, porque aparte de la apreciación y el uso, es una cosa insignificante. Y yo, que primero te enseñé tu identidad: ¿en qué debería convertirme, separado del hombre? Así por ninguna razón la fuerza de la mente deberá fallar, pues la locura ciega de la parálisis divina abrazaría todas las cosas para siempre. Esto, hombre, es tanto tu desafío como el mío. Y como el hombre es mortal individualmente, también lo son sus creaciones y logros temporales, y con prudencia deberá manejar el Don del Infierno. En tus manos está la verdadera y pura omnipotencia, y así podrás aspirar al propio dominio de la existencia Universal. Yo que soy Lucifer, y que he tomado el nombre de Satan ArchiDaimo, llevo este título con orgullo, porque en verdad soy el gran enemigo de todo lo que es Dios. Juntos, hombre, tú y yo alcanzaremos nuestra gloria eterna en el cumplimiento de nuestra Voluntad.

INTRODUCCIÓN (A LA BIBLIA SATÁNICA)


INTRODUCCIÓN (A LA BIBLIA SATÁNICA)
Michael A. Aquino Ph.D.*[i]©1972

Cada era exitosa del desarrollo cultural y ético del ser humano ha producido su manifiesto literario, un argumento que desafía las normas existentes y propone una aproximación novedosa a las constantes problemáticas de la civilización. No con poca frecuencia se ha dado el caso que las realidades del nacionalismo político han sido mezcladas con el idealismo de énfasis extra nacional para producir lo que cautelosamente denominamos con el término existencialismo. Una lista de obras pertinentes podría incluir la República de Platón, la Política de Aristóteles, El Príncipe de Maquiavelo, y los escritos de Nietzsche, Hobbes, Locke, Marx, y Sartre.

Este es el libro de nuestra época. El amanecer de la Edad Satánica fue celebrado el 30 de abril de 1966 el año Uno. En esa fecha, Anton Szandor LaVey consagró la Iglesia de Satán en la ciudad de San Francisco y asumió el oficio de su primer Sumo Sacerdote. Lo que había comenzado varios años antes como un foro intelectual dedicado a la investigación y aplicación de las Artes Negras se ha expandido desde entonces a un movimiento filosófico internacional de primera magnitud. El Satanismo, que alguna vez fuera la provincia aislada de exiliados furtivos y excéntricos radicales, se ha convertido en una seria alternativa a las doctrinas del teísmo y del materialismo. Al promulgar la complacencia en lugar de la abstinencia, el Satanismo rechaza la noción de que el progreso del hombre está condicionado por su aceptación de una moralidad auto-impuesta. Los Satanistas sostienen que un juicio deviene de la comparación y resolución de los opuestos, y uno no puede hacer alarde de justicia al honrar un solo parámetro de comportamiento.

Una aproximación empírica a la moralidad no es una innovación reciente; teóricos como Pitágoras, Hegel, Spencer, y Compte avanzaron la proposición original de la independencia intelectual del hombre del orden natural. Y aunque este concepto ha provocado invariablemente reacciones adversas de la sociedad, basta repasar los cataclismos espasmódicos de la Historia para ver qué tan inadecuadamente coopera el homo sapiens con sus semejantes. Sin embargo, toda teoría por sí misma es inconsecuente. Los defensores de una moralidad subjetiva eran hasta ahora abstraccionistas de academia y ocasionalmente los dispersos y desorganizados devotos de la brujería Blanca tradicional[ii]. De hecho estos últimos han disfrutado de cierta notoriedad últimamente, ya que su supuesta proclamación de una moralidad liberal atenuada por el correctísimo social atrae a varios aburridos pero tímidos diletantes. Tales aficionados de lo oculto profesan un horror santurrón a la Magia negra o al Satanismo, al cual denuncian como una criatura maléfica y degenerada del abuso moral y carnal.

Por otro lado, el Satanista considera a la brujería tradicional simplemente como una reacción neurótica contra las religiones establecidas de la cultura patriarcal. La adoración de cualquier deidad o deidades -bajo cualquier aspecto- es repulsiva para el Mago Negro, quien considera todas las profesiones de fe o confianza en una entidad protectora sobrenatural como demostraciones humillantes de cobardía e inseguridad emocional. El Satanismo ha sido malinterpretado frecuentemente como mera adoración al diablo, cuando de hecho constituye un claro rechazo de toda forma de adoración como un componente deseable de la personalidad. No es tanto una anti-religión un simple rechazo de cualquier creencia sino una no-religión, una negativa sin compromiso de todo misticismo sustancial. Como tal, representa una amenaza mucho más seria a las teologías organizadas que lo que pueden ser los escritos arcaicos de las viejas demonologías.

El Ritual y la Fantasía juegan un papel muy importante en las actividades de la Iglesia Satánica, trabajando sobre el supuesto que la experiencia y el control de la irracionalidad metafísica y mental son necesarias para el fortalecimiento de la psique. De esta manera, se hace un esfuerzo para evitar lo que tal vez constituía el talón de Aquiles de la escuela Gurdjieff-Ouspensky de evolución psicológica subjetiva; los primerísimos discípulos de este trascendentalismo auto-determinado postularon que todas las sensaciones no-materialistas eran un peligro para el estudiante. Un elemento crucial del Ritual Satánico es la apreciación de sus cualidades inspiradoras e ilustrativas, sin que por ello sea necesario considerarlo como una realidad inflexible.

El Satanismo queda mejor identificado como una disposición que como una religión, ya que se ocupa activamente de todas las facetas de la existencia humana, y no únicamente de los así llamados aspectos espirituales. Sin embargo quienes proclaman que el Satanismo constituye un peligro para el sistema de justicia y el orden operacional de la sociedad han pasado totalmente por alto la idea principal. El Satanismo defiende la libertad sin restricciones, pero sólo hasta el punto que las preferencias propias no violen las de otros. Cabe anotar que el Satanismo es una filosofía del individuo, no de las masas. No existen declaraciones políticas colectivas a excepción de la advertencia de Crowley: El más grave de todos los pecados es el autoengaño.

Mientras la mayoría de la población puede inclinarse instintivamente a un Satanismo de hecho, hay que recordarles que los planteamientos del Satanismo no son para irresponsables. No existen misioneros Satánicos, y hay que cumplir ciertos requisitos precisos. La inexperiencia no es motivo de desdeño, pero la pretenciosidad, la hipocresía, y la pomposidad son tratadas con el desprecio que merecen. El Satanismo no es menos arte que ciencia, y no habrá patrón de medida deificado.

El Dr. LaVey está capacitado de modo singular para escribir la historia del nuevo Diabolismo Estadounidense de ascendencia gitana, rumana y alsaciana, desde muy temprana edad hizo gala de la inquietud característica de sus ancestros nómadas y mostró una simpatía inusual por su tradición arcana y mundana. Su temprana preocupación por las ciencias militares lo motivó a leer diversas publicaciones logísticas de la Segunda Guerra Mundial, sólo para descubrir que las visiones de gloria militar que caracterizaron la primera guerra mundial habían cedido lugar al realismo mercenario y desapegado durante la segunda conflagración. Sus experiencias como estudiante nada hicieron para borrar el sabor de esta primera muestra del cinismo humano, y la creciente impaciencia de LaVey con la regimentación estéril de la educación convencional lo llevarían a buscar los extraños encantos surrealistas del circo.

Ayudó a Clyde Beatty como domador de animales salvajes y muy pronto desarrolló una fuerte afinidad por los grandes felinos, misma que marcaría de una manera bastante curiosa su personalidad. Todas las criaturas animadas son básicamente bestiales razonaba LaVey y lo único que logran los órdenes sociales más refinados es, cuando mucho, una supresión endeble de este salvajismo innato. Del circo pasaría a las ferias ambulantes –carnivals- Donde el brillo de las artes escénicas estaba matizado con la lucha cotidiana por conseguir el sustento diario. Aquí LaVey trabajó en un mundo patético pero digno, poblado de rebeldes, fenómenos, patiños, y rarezas humanas; y aprendería el arte de la magia de escena, cuyo éxito depende del nivel de distracción que logre inducir en la atención de su audiencia.

Observaría, no sin cierta dureza, la fascinación que el hombre "normal" parece tener por sus camaradas deformes regodeándose de satisfacción al ver cómo la desgracia se ensaña con su prójimo en lugar de ensañarse con uno mismo. Al interesarse cada vez más en este cruel y licantrópico atributo de la naturaleza humana, decidió estudiar criminología en la universidad, e incluso llegó a trabajar en calidad de fotógrafo con el Departamento de Policía de San Francisco.

Como profesional de circo había tenido la oportunidad de contemplar el lado carnal del hombre en su faceta más artística; ahora lo experimentaría en su aspecto más violento y salvaje. Tres años de vivir día a día con la sangre, brutalidad y abyecta miseria que permean la subcultura criminal lo dejaron hastiado, enfermo, desilusionado y lleno de ira hacia la hipocresía imperante de la sociedad amable. Para ganarse la vida, se dedicó a tocar el órgano de tubos y dedicó gran parte de sus esfuerzos a lo que habría de convertirse en la labor de su vida; la Magia Negra. LaVey había rechazado desde hace mucho tiempo los tratados estereotípicos sobre hechicería ceremonial por ser meros productos histéricos de imaginaciones medievales.

El Viejo Culto[iii], con sus supersticiones, ademanes afectados y sus juegos de salón infantiles no son para nosotros; lo que buscamos es una psicología metafísica que atraiga al hombre intelectual únicamente después de haberle dado a sus orígenes brutales y animales las consideraciones apropiadas Esta es la razón por la cual nuestro símbolo es la Cabra de Mendes[iv]. Satán es, desde lejos, la figura más enigmática de la literatura. Poseedor de toda riqueza imaginable, y siendo el más poderoso de los Arcángeles, rechazó con desdén su excelsa lealtad para proclamar su independencia de todo lo que representaba su Jefe Celestial. Aunque condenado al más espantoso de los dominios, un Infierno absolutamente rehuido por la divinidad, aceptó tales privaciones como la carga de su prerrogativa intelectual. En su Imperio Infernal uno podrá complacerse impunemente en los placeres más extraordinarios, sin embargo en medio de tal licenciosidad desenfrenada, el Diablo ha mantenido una nobleza peculiar. Esta cualidad evasiva fue con la cual decidimos identificarnos.

Este es el principio guía del Satanismo: que la consecuencia definitiva del hombre yace no en la unidad sino en la dualidad. Únicamente la síntesis decide los valores; la adherencia a un orden único es arbitraria y, por tanto insignificante. La Biblia Satánica es un documento de lo más insidioso. Uno se siente fuertemente tentado a compararlo con esa mitología maléfica y oscura que es El Rey en Amarillo, un trabajo psicopolítico que supuestamente llevaba a sus lectores a la demencia y la perdición.

Por muy cándida y coloquial que pueda parecer a primera vista, La Biblia Satánica no es un volumen que pueda ser pasado por alto fácilmente. Es un producto muy de nuestro tiempo, no sólo porque un libro así a la par que su autor probablemente habría sido destruido en una época anterior, sino porque su creación fue una inevitabilidad evolucionaría.

Tú, lector, estás a punto de ser empalado en los afilados cuernos de un dilema Satánico. Si aceptas los postulados de este libro, condenarás a tus más preciados santuarios a la aniquilación. A cambio despertarás al más feroz de los Infiernos si rechazas su argumento, te resignarás a una desintegración cancerosa de tu hasta entonces inconsciente sentido de identidad. No es de extrañar que el legado del Archienemigo le haya prodigado enemigos tan amargos!

Cualquiera que sea tu decisión, no podrás postergarla por más tiempo. La Biblia Satánica finalmente articula lo que el hombre, instintivamente, siempre ha temido proclamar: que él es, potencialmente, divino.

Michael A. Aquino
IVº Magister Templi
Iglesia de Satán, 1972 (VII Anno Satanas)



[i] Michael A. Aquino formó parte de la Administración de la Iglesia de Satán dese 1969 hasta 1975. Esta introducción apareció en la edición de la Biblia Satánica de 1972. Se separó de la Iglesia de Satán por diferencias ideológicas con Anton LaVey y formo su propia organización, el Templo de Set, que cuenta hoy en día con varios miles de miembros alrededor de todo el mundo. Es autor, entre otros libros, de un voluminoso tomo sobre la historia de la Iglesia de Satán desde 1966 hasta 1975. Actualmente goza de una merecida pensión como Teniente Coronel del Ejército de los Estados Unidos.

[ii] White witchcraft o WICCA
[iii] Old Craft en el texto original .N. del T.
[iv] La Cabra de Mendes o Símbolo de Baphomet es la imagen del Macho Cabrío insertado en una estrella de Cinco puntas.