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HOMO HOMINI LUPUS EST

 


El famoso dicho "Homo homini lupus est" significa que los seres humanos son lobos para otros seres humanos. Esto se debe a que siempre que ejercemos nuestra individualidad, estamos destinados a entrar en conflicto y a veces incluso a la violencia. Sin embargo, es importante tener en cuenta que no existen personas completamente buenas o malas, sino que somos individuos que ejercen su voluntad según lo que consideran mejor para sí mismos y para su supervivencia.

Es por eso que a veces podemos pasar por encima de otros, consciente o inconscientemente, para lograr nuestros objetivos. Esto no necesariamente significa que somos malvados, sino que estamos actuando según nuestra propia moralidad y necesidades.

Debido a la amenaza potencial que nuestra voluntad puede representar para otros, es importante ser como un lobo, protegiendo nuestros intereses y a nuestra "manada". Vivimos según nuestras propias leyes y renegamos de lo sagrado o lo puro. Nuestra voluntad solo puede ser detenida por una fuerza superior a la nuestra, y siempre debemos estar preparados para la caza y el conflicto.

En resumen, somos lobos para otros seres humanos y debemos estar dispuestos a proteger nuestros intereses y nuestra manada ante cualquier amenaza.

LOS SIETE PRINCIPIOS FUNDAMENTALES

 Los Siete Principios Fundamentales del Templo Satánico.

I. Uno debe esforzarse por actuar con compasión y empatía hacia todas las criaturas de acuerdo con la razón.

II. La lucha por la justicia es una búsqueda continua y necesaria que debe prevalecer sobre las leyes e instituciones.

III. El cuerpo de uno es inviolable, sujeto solo a la propia voluntad.

IV. Deben respetarse las libertades de los demás, incluida la libertad de ofender. Involucrarse voluntaria e injustamente en las libertades de otro es renunciar a la propia.

V. Las creencias deben ajustarse a la mejor comprensión científica del mundo. Uno debe tener cuidado de nunca distorsionar los hechos científicos para que se ajusten a sus creencias.

VI. Las personas son falibles. Si uno comete un error, debe hacer todo lo posible para rectificarlo y resolver cualquier daño que pueda haber causado.

VII. Cada principio es un principio rector diseñado para inspirar a la nobleza en la acción y el pensamiento. El espíritu de compasión, sabiduría y justicia siempre debe prevalecer sobre la palabra escrita o hablada.



ATEISMO O RELIGIOSIDAD SIN FUNDAMENTO


ATEISMO O RELIGIOSIDAD SIN FUNDAMENTO
David Martin

Es muy cierto que muchas personas autodenominadas ateas, no saben de ciencia. Tan sólo niegan la existencia de la divinidad, el espíritu y el alma, porque deciden creer en lo que dicen los eruditos de la ciencia.


De manera similar existen religiosos que creen en la divinidad, el espíritu y el alma, porque simplemente, deciden creer en lo que les dicen sus líderes religiosos, pero tampoco usan su propia lógica, sentimiento profundo, ni se observan conscientemente a sí mismos, ni a todo aquello que les rodea, ni las relaciones entre las cosas y seres.

Ambos casos están basados en la creencia.

Si uno mismo no parte de sus propios razonamientos, sentimientos, comprobaciones, vivencia, observación, análisis, síntesis, atención consciente, y una dosis de duda sana, entonces uno se está basando en simples creencias, sean estas científicas, filosóficas o religiosas.

Creer en lo que otros te dicen que es cierto, depende de poner tu fe en algo que realmente desconoces. Si pones tu fe ciega en la ciencia, la filosofía o la religión, sin usar tus propios atributos, seguramente, estarás viviendo y poniendo tus fuerzas en una suposición.

Satanismo No Adversario

SATANISMO LAVEYANO Y RELIGIÓN

SATANISMO LAVEYANO Y RELIGIÓN
Carla Barros Corcuera

La Biblia Satánica nos indica que nos encontramos ante un tipo de satanismo entendido como una forma de pensamiento individualista, racionalista y filosófico; de hecho, es común encontrar menciones a esta corriente refiriéndose a la misma como ‘satanismo ateo fundamentalista’.


Según Algol, el satanismo desde esta concepción es una corriente en la que se reúnen las modernas filosofías iconoclastas, vitalistas y antiespiritualistas de autores como Sade y Nietzsche por un lado, y las tradiciones estéticas y simbólicas de los grupos de "adoradores del Diablo" que han surgido a lo largo de la historia del Cristianismo. Me detendré en el adjetivo ‘antiespiritualistas’ ya que podría ser una de las características más importantes del satanismo Laveyano. Esta cuestión aparece desarrollada en la introducción que lleva a cabo el que fue miembro de la Iglesia Satánica Michael Aquino cuando en 1972 explicaba: “(el satanismo) No es tanto una anti-religión —un simple rechazo de cualquier creencia— sino una no-religión, una negativa sin compromiso de todo misticismo sustancial”.

El Satanismo queda mejor identificado como una disposición que como una religión, ya que se ocupa activamente de todas las facetas de la existencia humana, y no únicamente de los así llamados aspectos espirituales”. Aun así, Anton LaVey sí que se dirige al satanismo que describe con la palabra ‘religión’; aunque se podría decir que parece utilizarla para enfrentar su corriente de pensamiento contra el resto de las religiones y en concreto, de nuevo contra el cristianismo: “En verdad, la Biblia Cristiana es un montón de contradicciones”. Desde La Biblia Satánica, Anton LaVey se pregunta por qué sigue habiendo personas que se identifican con lo que denomina ‘religiones blancas’, ya que no permiten disfrutar de la vida. Afirma que aún se mantienen sistemas religiosos que tuvieron éxito en el pasado, pero en la actualidad se encuentran desfasados debido a la consciencia de las libertades del ser humano; libertades de las que poco a poco ha ido tomando consciencia la propia Iglesia cristiana. Considera que el satanismo sí ha evolucionado y se ha amoldado a la sociedad según se ha ido desarrollando a lo largo de la historia; en cambio la mayoría del resto de religiones (blancas) se podrían considerar como ancladas en el pasado: “Los religiosos se quejan: 'debemos estar acorde con los tiempos' olvidando que, debido a los factores limitantes y las leyes profundamente enraizadas de las religiones, nunca podrán cambiar lo suficiente para estar acorde con las necesidades del hombre”.

Se ha hecho necesario que aparezca una nueva religión, basada en los instintos naturales del hombre. Y ya tiene un nombre. Se llama Satanismo. El Satanismo es la única religión conocida por el hombre que acepta al hombre tal como es, y promueve la idea de convertir algo malo en algo bueno, en lugar de hacer el mayor esfuerzo posible para eliminar lo malo” (Lavey, Anton. 1969) “Así que, ¿por qué no tener una religión basada en la indulgencia?”. Algol explica que su satanismo es antirreligioso, pero “en el sentido de que no plantea la fe en ningún dios, ni es un rebaño de ovejas que siguen a un pastor; el satanista es en todos los niveles su propio ‘redentor’”. Se podría suponer pues, que este satanismo no es una religión si ésta se concibe desde el punto de vista que la define como la creencia y adoración en un Dios u otros seres sobrehumanos. El satanismo de Anton Lavey, por tanto, no ve necesaria la creencia en ningún Dios; consideran que uno mismo es el único culpable de que ocurran los acontecimientos, por lo que también serán responsables tanto si lo hacen bien como si obran mal. Estas argumentaciones me remiten al debate del problema de la teodicea, al cual acuñó Gottfried Leibniz para referirse a la “rehabilitación de Dios”. Entendiendo ‘teodicea’ como una argumentación usada por algunas religiones como un tipo de doctrina particular para explicar la contradicción existente entre un Dios creador, perfecto y bueno y una realidad malvada e imperfecta, a este tipo de satanismo no les hacen falta explicaciones puesto que se trata de una cuestión que no les preocupa y por lo tanto, no les afecta: “Pero si Dios está al mando y es tan benévolo como se supone que es, ¿por qué permite que estas cosas pasen?” “El Satanista no se engaña creyendo que a alguien le importa”.

-Satanismo más allá de una única realidad-

LAS INCURSIONES DEL SATANISMO AL OTRO LADO IV


LAS INCURSIONES DEL SATANISMO AL OTRO LADO < IV >
Uno Cree En Lo que Desea Creer
José Cadaveria

En mi adolescencia conocí la obra de Lovecraft y un poco más tarde cuando visitaba una las viejas librerías en donde solía conseguir mis 'libros prohibidos', la dependienta (una mujer delgada y morena de unos cuarenta y tantos años) me puso ante las narices un ejemplar en rustica del terrible Necronomicón edición Simón (editado en español, por la editorial EDAF). La dependienta me lo mostró con una sonrisa, y yo con mis ojos de 17 años, abiertos como platos, pregunté como tonto: '¿Es el auténtico?'. La dependienta se echó a reír, y entre carcajadas me contestó: '¡Por supuesto!'. Pagué el precio, y me lo llevé a escondidas para casa. Una vez sólo en mi habitación comencé a leerlo, primero fascinado y finalmente decepcionado. ¡No era lo que yo esperaba!”  (Tomado de mi Artículo “Sobre el Necronomicón - un libro poderoso”).

Comencemos esta cuarta parte acordado por consenso:  de que el Necronomicón a pesar de tratarse de un libro ficticio y no una verdadera obra clásica o antigua del ocultismo es importante en el nuevo ocultismo. Sólo estando de acuerdo con esta afirmación podrá comprender el resto del texto, que puede que a muchos les parezca de lo más descabellado, ridículo o incluso freak. Para ello les pido que me tengan un poco de paciencia y tengan en mente, la primera ley de la Nueva Era Satanista: “No desaprobaras aquello que desconoces, solamente en caso de haberlo conocido” y la doceava ley: No usaras la superstición por encima de la razón y no desaprobaras nada si no tienes fundamentos para refutarlos.

El Necronomicón, es uno de los libros con los que más se ha trabajado y siguen trabajando algunos de los autores más influyentes del ocultismo moderno.  Desde Donald Tyson, autor de una serie de libros vasados en su nueva versión del Necronomicón (escrita por él mismo), a la escritora Asenath Mason, autora de un grimorio “Necronomicon Gnosis”, que toma como referencia, algunas de las versiones más difundidas de Necronomicón (como el de Simón) y algunos otros grimorios y escritos que parten del universo Lovecraftiano. Ya estos autores en sus obras argumentan: que a pesar de la falsedad del documento y de la tradición del Necronomicón, su metodología mágica, y los arquetipos que describe en forma de dioses y demonios está tan extendida en nuestra sociedad moderna, que casi forma parte de nuestra psique. Y por tanto su uso como grimorio, no está reñido con que se trate de un libro ficticio.

La versión más extendida de este libro es El Necronomicon de Simón, con rituales sumerios y babilónicos entre sus páginas además del Testimonio del Árabe Loco Abdul Alhazred. Los defensores de la autenticidad de este libro, argumentan que sus rituales proceden de las tradiciones sumerias  y babilónicas, y en parte es cierto, pero los rituales que aparecen en este libro son adaptaciones y por lo que parecen, son más bien modernas, lo cual no sería un problema, si no se hubiera tratado  de defender a este libro, como un antiquísimo Grimorio de hechizos, cuando salta a la vista que es el trabajo de un autor moderno, que recopilo algunos rituales, o simples referencias de rituales antiguos y los adaptó a su conveniencia para confeccionar  el Necronomicón. Sus motivos: probablemente lucrarse ya que muchos lectores de Lovecraft lo buscaban por todas las librerías, bibliotecas y anticuarios, aunque también es probable que lo hiciera, por pura diversión.

E. A. Koetting autor del grimorio “Evocando la Eternidad” (Publicado en español recientemente, por la Editorial Manus Sinistra) habla en este mismo libro en un apartado titulado “Inmersión Preparatoria”, sobre como en sus inicios intentó realizar un ritual del Necronomicon, sin ningún resultado. Defraudado por el fallido experimento, lejos de abandonar, se puso con ahínco a estudiar el libro página por página, además de estudiar todos los libros sobre religión y   tradición sumeria que tuvo al alcance. Pasado un tiempo, cuando ya no sólo conocía el Necronomicón, sino también las fuentes sumerias de las que procedía, cuando se había convertido en un fanático de la religión sumeria, en este estado, decidió de nuevo realizar el ritual que en un principio falló, el autor relata que esta vez tuvo éxito.  Sin embargo, tal como el mismo lo describe y recapacita sobre el triunfo de su segundo intento, creo que lo que cambió fue su percepción durante el ritual. Hubo un antes y después, la primera vez que realizo un ritual, aunque se hizo con todos los materiales que exigía la operación, incluso busco un sitio idóneo y aislado en la naturaleza y de noche. Pero, tras ser pronunciadas las últimas palabras de invocación esperó a que sucediera algo, pero nada ocurrió. La segunda vez, después haber adquirido el conocimiento y de haberse convertido en un fanático, realizo de nuevo el ritual de misma manera, pero esta vez, él percibe cierto cambio en el ambiente, aunque no se le aparece, ni le habla el espíritu o demonio invocado, él considera que ha tenido éxito.  Sin embargo, mi duda es: ¿esos cambios en el ambiente eran reales, o simplemente percepciones que su propio cerebro empachado de tanto Necronomicon e invocación en un extraño idioma proyectaba? o dicho de otro modo ¿se saturo tanto, que al final vio, lo que ansiaba ver?  Sin embargo, creo que esto nunca lo sabremos con certeza la razón me dice que sólo fue una ilusión provocada por el momento y el exceso de información recibida, además por su propio fanatismo adquirido, según nos confiesa el autor. Por otra parte, mi lado más “espiritual” me dice que realmente no importa si la experiencia es real o no, lo importante es si hubo un cambio un antes y después del ritual, pienso, que esto es lo que realmente determina su triunfo.

Volviendo al apartado 2º del presente ensayo “¿Por qué el Satanista que no cree en Satán, realiza rituales en su nombre?” podemos concluir: que, de la misma forma, que   Necronomicón a pesar de ser un libro “falso” a través de lo que podíamos llamar fe en el mito, nos da el mismo resultado que con cualquier otro viejo grimorio “autentico”. Lo mismo sucede con el satanismo no creyente o ateo, en el mito y la tradición diabólica encontramos el material necesario sobre el arquetipo satánico, para ser lo suficientemente sugestionados e influenciados por el mito, y que el trabajo ritual, nos dé resultado. 

Hace algunos años, motivado e inspirado tanto por la novela de Arturo Pérez Reverte “El Club de Dumas” y su adaptación cinematográfica dirigida por el gran director Roman Polanski “la Novena Puerta”. Me propuse medio en broma y medio en serio escribir el texto del libro protagonista de la novela “DE UMBRARUM REGNI NOVEN PORTIS” (Las Nueve Puertas del Reino de las Sombras), conocido simplemente como: Las Nueve Puertas. Así que en poco tiempo fui confeccionando los textos que acompañarían cada una de las nueve famosas láminas de este falso libro. Como resultó que el libro era poco extenso decidí escribir algo más: 

Un prólogo para la supuesta traducción en español “El libro del Diablo” escrito por Juan Lopez de Rojas.  
Otro prologo escrito por un discípulo de Aleister Crowley llamado Bruno Di Angelo 
Y “Mi declaración” supuestamente escrita por el autor Aristidem Torchiam.

[Nota: por supuestos estos nombres Juan Lopez de Rojas y Bruno Di Angelo son frutos de mi invención, mientras que Aristidem Torchiam es el nombre que aparece en la novela de Arturo Perez Reverte, como autor de Las Nueve Puertas]

Este corto libro fue terminado en las navidades del 2011 y lo subí inmediatamente en formato PDF a la web Scribd. También compartí el PDF con algunos amigos de Facebook. En poco tiempo este archivo fue compartido por mucha gente, hoy en día se puede encontrar este PDF en muchas páginas e incluso un Youtuber subió en el 2016 un audiolibro de las nueve puertas y otro Youtuber lo usó como material para explicar la iniciación (el video se titula “Las Nueve puertas de la Iniciación”). Todo muy divertido, teniendo en cuenta que esto fue tan sólo algo que hice por distraerme. Esta primera versión de unas 89 páginas se hizo muy famosa, lamentablemente, aquí fui un poco tonto y no añadí al PDF mi nombre a pesar de que fue totalmente escrito por mí. Sin embargo, el hecho de que no apareciera mi nombre en él, le otorgo más autenticidad. La gente es muy cándida siempre y cuando se les de motivos de peso para creer, estos motivos suelen ser: Lo dijo alguien famoso, viene escrito en un documento antiguo, o su autenticidad esta científicamente demostrada. 


He aquí una inquietud, que en parte me atormenta y en otra me fascina: ¿Qué tal, si toda aquella información en lo que nos apoyamos, para dar crédito a nuestra realdad no es más que un fraude? Nos encontraríamos en universo más misterioso y oculto de lo que pensábamos, tendríamos que comprobar mediante nuestra propia experiencia empírica cada hecho, que la sociedad, la religión han dado por sentado, aun así, no podríamos estar seguros de nada. Los Ateos, con ese gran complejo de superioridad que Satán nos ha dado, rápidamente desechamos las ideas religiosas y mágicas por considerarlas superchería y sin embargo nos apoyamos en el conocimiento científico aun a sabiendas que muchos de sus saberes teóricos, suelen acabar derrocados por nuevas teorías, que por consenso se estiman más cercanas a la realidad.  Recodemos nuevamente el principio del Mentalismo “Todo es mente; El universo es mental”, sin embargo, la mente del ser humano no es totalmente de fiar. ¿A qué mente entonces se refiere el Kybalión, a la mente divina a Dios? Pero también eso que llaman dios ha demostrado su demencia: Extinciones masivas, creación del ser humano, accidentes galácticos (impactos de meteoritos, supernovas, agujeros negros, etc.), todo esto sin contar con las catástrofes en el mundo humano. Mirándolo todo a cierta distancia, parece que la vida no es realmente importante para el resto del universo, que si realmente existe un Dios parece como si jugara con todos nosotros, con la totalidad de la existencia. No será acaso, que el Dios más probable, sea el Dios Idiota, Azathoth, la divinidad suprema creada por el cuentista Howard Phillips Lovecraft. Piénsenlo bien, un dios loco e idiota (al menos, desde la perspectiva humana) es mucho más razonable, teniendo presente la historia de nuestro planeta y universo, que un Dios supremo, sabio y justo. 

Pongámosle fin a toda esta locura, tomen aire y respiren, y no se apresuren a creer en todo lo expuesto aquí. Duden y piensen por sí mismos, he aquí el verdadero camino iniciático.

Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) España 

IMPERATIVOS DE LA MORAL RELIGIOSA


IMPERATIVOS DE LA MORAL RELIGIOSA

Se dice que los religiosos no son malos y pueden lograr a ser personas buenas. Ahora bien, cualquier individuo puede ser bueno o malo, según los valores morales que escoja, dado que la moralidad no está determinada en el ser, sino se basa en un proceso volitivo. 

Ciertos valores no están exentos de cualquier influencia externa, adquiridos mediante la persuasión hasta el adoctrinamiento, sin embargo, es virtud del hombre elegir conscientemente los valores que desea practicar, identificando sus certezas o sus contradicciones. La religión por otra parte solo posee una naturaleza: mantener imperativos morales llenos de contradicciones no identificadas que socavan la moral del hombre y por consiguiente su vida. El hombre que deja entrar antivalores a su vida sea mediante religión, comunismo, anarquismo, fascismo, socialismo, feminismo, entre otros tipos de subjetivismos éticos, pierde el poder de reconocimiento de los valores morales objetivos que necesita para desarrollarse, valores que son provenientes de la razón.

Los resultados de adquirir la ética de una religión conllevan a lo siguiente: supresión de la individualidad a favor del altruismo religioso colectivista, represión, deshumanización, desagrado por la vida para el agrado de dios o los demás, el uso de la autoridad en vez del conocimiento voluntario, la aceptación del conocimiento mediante fe y no por la razón, adoctrinamiento, uso de la fuerza para imponer la fe, etc., siendo contraproducente para el individuo y la sociedad en sí. No es posible hablar de un individuo moralmente sano, un ser psicológicamente estable y consecuente con sus razonamientos cuando se guía por imperativos de moral religiosa, ausentes de razón.

Una persona religiosa, dependiendo el grado de religiosidad, anula constantemente el juicio (voluntariamente), para dar paso a la fe como método de conocimiento, y solo es una cuestión de tiempo que tal subjetivismo ético tome parte de sus acciones que destruyan no solo su moral sino su vida y libertad, así como la de los demás. Desde el momento que un individuo acepta algo por fe, cualquier arbitrariedad puede formarse en su mente, abriendo paso a inmoralidades o deformaciones de la moral, abominaciones donde el hombre es un ser sacrificable hacia la gracia de Dios o los demás, buscando asimismo el constante sacrificio de otros.

Los resultados resaltan en ejemplos históricos: mediante la religión en la antigüedad se han llevado a cabo torturas, purgas, quema de brujas, condenas de muerte por paganismo, condenas de muerte por rechazar las creencias de la iglesia, la conversión forzosa de infieles, etc., por el simple hecho de no identificar las contradicciones de la moral religiosa, tomándolas al pie de la letra -esto no quiere decir que se tenga que interpretar la doctrina religiosa de forma moderada bajo hermenéutica, dado que cualquier intermedio de moral siempre va a dar como resultado mayores contradicciones, mucho de los cuales posee la religión cristiana, anulando el uso de una objetivo-racional. La única forma de hacer que la fe sea un arma poderosa y letal es mediante la fuerza que sería la concreción en la realidad de las deformaciones morales de sus doctrinas.

En el siglo XX, hasta hace poco, en plena II Guerra Mundial, el catolicismo extremista de los Ustasha (ultranacionalismo religioso de Croacia) cometió aberraciones y masacres en nombre de Dios, actos indescriptibles y desagradables, de los cuales los mismos clérigos de Roma tenían conocimiento y hacían de la vista gorda.

A nivel político, la no separación entre política (leyes mediante la razón) y religión, por medio del laicismo de Estado, abre las puertas a cualquier fundamentalismo dentro del gobierno, que no dudará en usar un cuchillo para someter al hombre a la "ética" y doctrina religiosa. Esto es lo que vivimos en el mundo mediante el islam: conversión forzosa, decapitaciones, torturas, etc., sea mediante terrorismo yihadista o mediante Estados teocráticos. Esto es lo que nos pasaría si tomamos la religión como una guía moral y en mayor instancia, la aplicamos al gobierno. Si no elegimos una moral bajo la razón, solo veremos cómo la religión destruirá poco a poco nuestra individualidad y nuestra civilización, cayendo a merced del oscurantismo.