El Satanismo ha sido definido
como la “Doctrina Carnal”. Su Slogan ha sido el de la “indulgencia”.
Si no hay más que eso en el Satanismo, es difícil justificar su existencia de
otra forma que no sea como la de un hobby para los aburridos, una
herramienta más para el oportunista y una racionalización para el egoísmo
trivial.
El Satanismo, como expresión de
la carnalidad durante la fase Medieval de occidente, era algo herético. La
iglesia declaró lo carnal como algo pecaminoso. El Satanismo, como el
adversario del sistema represivo de la iglesia estaba cumpliendo su función
histórica y cosmológica como el opositor de un status quo. La
celebración de la fertilidad había sido el centro de las creencias y el culto
paganos desde tiempos prehistóricos. De repente, el hombre común se halló
confrontado con un dogma ajeno a él que declaraba tales prácticas como
merecedoras de la condenación eterna, y que tenía como dios al “pálido
galileo”. El Satanismo fue la respuesta pagana a la represión cristiana,
las orgías de los Sabbaths servían como descargas catárticas
de la atmósfera inhibitoria de Jesús y su iglesia. Si Satán era el enemigo de
la iglesia, era también el aliado de los oprimidos por ella. Si los antiguos
dioses de la fertilidad eran demonios disfrazados -como lo proclamaban los
primeros cristianos- mejor que continuaran siendo exaltados de esa manera.
De hecho, la imagen del Diablo llegó a ser la misma de Pan,
el Dios cornudo y de pezuña hendida de la fertilidad.
Aún en 1966 cuando Anton
LaVey fundó la Iglesia de Satán, la “Doctrina Carnal” aún
era una expresión relevante de la rebelión contra el código moral. La
indulgencia carnal ha sido exaltada desde entonces. Los códigos morales se han
derrumbado y son pisoteados. Los mandamientos cristianos relativos a la
sexualidad son quebrantados sin remordimiento alguno por todos excepto por los
más puritanos y neuróticos (es decir, aquellos de quienes la iglesia ha
obtenido su respaldo más ferviente). Todos, a excepción de estos últimos,
aceptan y reconocen que el sexo es uno de los impulsos psicológicos más
fuertes, tan vital para la salud como lo es el comer. Afirmar la Doctrina
Carnal se ha convertido en algo tan relevante y herético como afirmar
la necesidad de comer suficiente. La “Doctrina Carnal” dejó de ser
Satánica cuando reemplazó los viejos y caducos códigos morales tiempo atrás. De
hecho, la doctrina carnal es hoy en día una parte vital del staus quo.
Sin embargo, es necesario que el
Satanismo evolucione en ciertos aspectos. Varios “Satanistas” continúan
refiriéndose a él como la “Doctrina Carnal”, y a su Slogan de
“indulgencia”. El rol adversario del Satanismo se vuelve pues,
redundante, el Satanismo en sí se vuelve irrelevante, se convierte en un travesti de
sí mismo. Por ende, es hora que el Satanista reconsidere si está tomando en
cuenta tal realidad, o simplemente se adhiere a algo que fue incorporado al
sistema hace mucho tiempo, lo que lo convierte en algo muy poco Satánico (es
decir, poco “herético”). ¿Cómo puede volver a asumir su papel de
opositor?
En lugar de llamarlo “Doctrina
Carnal”, describamos al Satanismo como “Herejía Perpetua”. Es hora
de volver a la esencia tradicional del Satanismo, para reformular su credo, y
convertirlo en algo que sea relevante para nuestra época. De la misma manera
como el Satanismo confrontó el sistema represivo de la iglesia hace años, hoy
nos enfrentamos a otros dogmas y preconcepciones morales tan perjudiciales como
lo fueron en su época la represión sexual de la iglesia Medieval.
Los Satanistas deberían
prevalecer como los guardianes del “conocimiento prohibido”, tal
como lo fueron en el pasado, y dejar de defender lo que ya ha sido aceptado. De
hecho, la mitología judeo-cristiana retrata a Satán como el
portador de luz y conocimiento para la Humanidad, como en la Leyenda del
Génesis de Adán, Eva, la Serpiente y el Árbol del Conocimiento. El Libro
Apócrifo de Enoch narra cuando los “hijos de Dios”
(los ángeles caídos) descendieron a la Tierra para juntarse con las “hijas
de los hombres”; el Dios Tirano Jehováh inundó la
Tierra con el Diluvio porque habían transmitido “conocimientos prohibidos”
al Hombre. Si bien el Dios Griego de la Fertilidad, Pan, ha sido
identificado con el Diablo, Prometeo es
otra figura Griega que podría encarnar, especialmente hoy en día, y de manera
más apropiada, el Principio Satánico. Es más, me aventuraría a decir que la
leyenda de Prometeo retrata de manera mucho más rica y
encarna de manera más completa el principio Satánico que el mito hebreo de
donde fue extractado el nombre del Adversario. Ya que, para aquellos que no lo
saben, Prometeo desafía al Dios tirano (en este
caso Zeus) dándole al hombre no solo el don del fuego, que es por
lo que más se le conoce, sino que le enseñó astronomía, escritura,
domesticación de animales, el arte de navegar, medicina, metalurgia; todas
ellas artes que son base de cualquier civilización, y que se suponen que le
eran negadas al hombre. Prometeo, como Satán, fue castigado por
el Dios tirano, en este caso atado a una montaña, y su hígado siendo devorado
por un águila gigantesca. Así como Jehovah castigó a
Adán y Eva y más adelante lanzó un diluvio sobre la Humanidad, Zeus castigó
a la humanidad con todas las penas y maldiciones que salieron de la Caja
de Pandora.
No hay nada como el “conocimiento
prohibido” para desestabilizar el orden de resignación basado en el temor y
la ignorancia. La iglesia lo reconoció cuando publicaba su índice de Libros
Prohibidos y cuando perseguía a “herejes” como Copérnico y
Galileo. Tales “herejes” sirvieron al Principio Satánico, aún aquellos
que profesaban su creencia en Yeshua, así como aún contribuyen a la
destrucción de dogmas tambaleantes, para que la humanidad pueda avanzar en
conocimiento y en cultura.
Este es el Principio Satánico,
expuesto por Kurt Seligman en “Magia, Religión y lo
Sobrenatural” (1968): "Satán es un individualista. Desafía los
mandamientos del cielo que apoyan una conducta moral definida. Nos inspira con
sueños y esperanzas. Nos da amarguras y desaciertos, para luego llevarnos a
mejor término... Él es la fuerza que "hace el mal pero causa el bien"...
Esos Satanistas que no han podido reconocer, o admitir, que la consolidación de
la Doctrina Carnal ha relegado al Satanismo en un nivel de una
debilidad disfrazada, el ideal del yuppie, una existencia cobarde a
la cual aspirar bajo la forma del hedonismo, de una vida placentera y vacía de
cualquier esfuerzo, de un mejoramiento perpetuo, del ideal Nietzscheano (y
Satánico) del Hombre Superior, preludio al Súper Hombre (la divinidad)
el cual solo podrá ser expresado cuando el Satanismo redescubra sus orígenes. Y
debo decir de una vez que esos orígenes no se hallan en los años 60, sino que
datan de tiempos más antiguos, y quedaron expresados de una forma impecable por
el filósofo Anti-Cristo Frederich Nietzsche.
Esta antigua herencia del
Satanismo consiste en la ascensión de la humanidad a la divinidad, a "ser
como dioses" como lo dicen las escrituras hebreas en el Génesis.
La Doctrina Carnal del Satanismo durante la Edad Media (de
hecho, fue una respuesta instintiva) fue la reacción saludable del paganismo a
la represión cristiana. Es hora de regresar a los principios originales, para
poder llevar la Llama de Prometeo en alto. Debemos considerar
el rol del Satanismo como “herejía perpetua” en el mundo moderno. Cuáles
son los credos y dogmas dominantes que obstaculizan el camino del hombre a la
divinidad? La respuesta es que en primera instancia, es decir, de manera más
inmediata, tenemos los siguientes: primero, el dogma de la igualdad universal,
con la nivelación que esto conlleva, y que permea todos los aspectos de la
sociedad occidental; el camino a un “Nuevo Orden Mundial”, patrocinado
por una alianza entre el Capital Puritano y el judío —que
conste que no es propaganda antisemita, son los hechos— y por último el mito de
que Israel tiene el “derecho divino” de reinar sobre la tierra,
santificado por las leyendas del “Pueblo Elegido” y del “Holocausto”.
Como los prelados de la iglesia
Medieval, los exponentes de estos tres dogmas reprimen todas las ideas
consideradas heréticas: ingeniería genética, eugenesia, la ciencia genética a
favor del análisis sociológico y ambiental; basta con investigar un poco en la
historia reciente para darse cuenta que la respuesta que hallarás será la quema
y la prohibición de libros “heréticos”, los profesores son destituidos
de sus puestos, se encarcela a los intelectuales, son aislados, golpeados y
asesinados por el solo hecho de cuestionar al establecimiento.
Esas son áreas de “conocimiento
prohibido” sobre la que se necesita esparcir cierta luz que provenga de la Antorcha de Prometeo.
Hay vacas sagradas que necesitan ser sacrificadas. ¿Qué pueden hacer al
respecto los Satanistas, como los Herejes y los Librepensadores que somos?
Apoyar sociedades, periódicos e individuos que promuevan el libre-pensamiento,
anti-censura, la eugenesia y la investigación genética, el revisionismo
histórico, la diversidad nacional y cultural en oposición al universalismo nivelador,
respaldar causas extremistas que vayan en contra de la resignación, ya sea de
Derechas o de la Izquierda Anarquista —ya que son menos dogmáticas— e insinuar
tus propias ideas; establecer tus propios frentes, grupos o medios de
divulgación, como periódicos, si fuera necesario; y prepararte a ti mismo, a tu
familia y amigos física y psicológicamente para el apocalipsis y el colapso del
viejo orden y el advenimiento de una nueva Edad Oscura, que puede
emerger de la oscuridad una chispa de luz Luciferiana que pueda encender el
mundo como una creciente e incandescente Llama.
La versión en
Inglés de este artículo puede hallarse en
Texto tomado de
la publicación Satánica "The Watcher" #8.