ACERCA DE LA DICOTOMÍA ALMA - CUERPO


 Han cortado al hombre en dos, enfrentando una mitad contra la otra. Le han enseñado que su cuerpo y su consciencia son dos enemigos enzarzados en un conflicto mortal, dos antagonistas de naturalezas opuestas, demandas contradictorias y necesidades incompatibles, que beneficiar a uno es perjudicar al otro, que su alma pertenece a un reino sobrenatural, pero su cuerpo es una prisión malvada que lo mantiene esclavo de esta tierra – y que el bien consiste en derrotar su cuerpo, pulverizarlo a través de años de paciente lucha, cavando su camino hacia ese glorioso escape de prisión que conduce a la libertad de la tumba.

Le han enseñado al hombre que él es un inepto desahuciado compuesto de dos elementos, ambos símbolos de la muerte. Un cuerpo sin alma es un cadáver, un alma sin cuerpo es un fantasma; pero ésa es su imagen de la naturaleza del hombre: una batalla campal entre un cadáver y un fantasma, un cadáver dotado de algún tipo de malvada voluntad propia y un fantasma dotado con el conocimiento de que todo lo conocido por el hombre no existe, sólo lo desconocido existe.

¿Os dais cuenta de qué facultad humana esa doctrina fue concebida para ignorar? Fue la mente del hombre la que tuvo que ser negada para poder descuartizarlo. Una vez que él concedió la razón, quedó a merced de dos monstruos a los cuales no podía ni comprender ni controlar: un cuerpo movido por instintos incontrolables y un alma movida por revelaciones místicas – se quedó como la indolente y devastada víctima de una batalla entre un robot y un dictáfono.

[...]

Como productos de la separación entre el alma y el cuerpo del hombre, surgieron dos tipos de maestros de la Moralidad de la Muerte: los místicos del espíritu y los místicos del músculo, a quienes llamáis los espiritualistas y los materialistas, los que creen en consciencia sin existencia y los que creen en existencia sin consciencia. Ambos demandan la sumisión de tu mente, el uno a sus revelaciones, el otro a sus reflejos. Sin importar cuánto se afanen en los papeles de antagonistas irreconciliables, sus códigos morales son iguales, y así lo son sus objetivos: en materia, la esclavitud del cuerpo del hombre; en espíritu, la destrucción de su mente.

Ayn Rand - La rebelión de Atlas


ACERCA DEL CONCEPTO DE LA METAFÍSICA

 

Por lo «metafísicamente dado», nos referimos a cualquier hecho inherente a la realidad como tal, aparte de una acción humana (ya sea mental o física), en contraposición a los «hechos producidos por el hombre», es decir, objetos, instituciones, prácticas o reglas de conducta que son de origen humano.

El intento de alterar la naturaleza de lo metafísicamente dado lo describe Ayn Rand como la falacia de «reescribir la realidad». Quienes la cometen consideran los hechos metafísicos como no siendo absolutos y, por lo tanto, se sienten libres de imaginar una alternativa a ellos.

En el momento en que dices de un hecho metafísicamente dado: «es», aunque sólo digas eso, toda la metafísica Objetivista está implícita. Si el hecho es, es lo que es (la ley de identidad); es lo que es independiente de la consciencia, de los deseos, las esperanzas, los miedos de cualquiera o de todos (la primacía de la existencia); y es legítimo, es inherente a las identidades de las entidades relevantes (la ley de causalidad). Dadas las circunstancias implicadas, tal hecho es necesario; tenía que ser; cualquier alternativa habría implicado una contradicción. En breve, una vez que dices sobre un hecho metafísico: «es», eso significa que, dentro de las circunstancias relevantes, es inmutable, inexorable, ineludible y absoluto. «Absoluto» en este contexto significa que es necesitado por la naturaleza de la existencia y, por lo tanto, inmutable por cualquier acción humana (o cualquier otra) . . .

El intento de alterar la naturaleza de lo metafísicamente dado lo describe Ayn Rand como la falacia de «reescribir la realidad». Quienes la cometen consideran los hechos metafísicos como no siendo absolutos y, por lo tanto, se sienten libres de imaginar una alternativa a ellos. En efecto, consideran el universo como si fuera simplemente un primer borrador de la realidad, que cualquiera puede decidir reescribir como le venga en gana.

Un ejemplo muy común nos lo proporcionan quienes condenan la vida en la Tierra porque el hombre es capaz de tener fracasos, frustraciones y sufrimientos; son quienes anhelan en vez de eso un mundo en el que el hombre no conoce más que la felicidad. Pero si la posibilidad de fracaso existe, entonces necesariamente existe (es inherente al hecho de que lograr un valor depende de un curso de acción específico, y que el hombre no es ni omnisciente ni omnipotente en cuanto a tal acción). Cualquiera que mantenga el contexto completo —que tenga en cuenta la identidad de todas las entidades relevantes— sería incapaz de imaginar ni siquiera una alternativa a los hechos tal como son; las contradicciones que tal proyección implicaría lo aniquilarían. Los que reescriben, sin embargo, no tienen en cuenta la identidad; ellos son especialistas en suspirar, fuera de contexto, por un «cielo» que es lo antónimo de lo metafísicamente dado.

-  “La filosofía de Objetivismo”, Cátedra por Leonard Peikoff


SOBRE LOS CAMINOS OSCUROS

 

Las filosofías y los senderos místicos que no buscan ahondar en los llamados “senderos de la luz”, tienen en común que buscan romper con los paradigmas comúnmente asociados a los tabúes sociales y culturales. 

Son transgresivos con las ideas comunes porque no buscan un bien colectivo, más bien, se busca un bien individual que le permita desarrollar esa individualidad y esa individuación, que, a saber, el primero se valida con el colectivo y el segundo que es el desarrollo de la propia identidad: un individuo integrado que ha desarrollado la capacidad de ser autónomo e independiente. Es el desarrollo del Yo, y, por tanto, el desarrollo del propio individuo. 

Esto visto desde la moral y los preceptos de los otros caminos espirituales, es tomado como un acto egoísta que va contra los valores convencionales porque se busca el propio bien y no el colectivo, sin embargo, la contradicción esotérica radica en que un individuo que no es por sí mismo, que no se ha desarrollado ni madurado antes a sí mismo, no puede ser socialmente funcional. Y esto, si quisiéramos entenderlo desde la perspectiva social y colectiva porque no dejamos de estar dentro de una sociedad, una sociedad en la cual estamos inmersos y que de alguna u otra forma nos hace interactuar “forzosamente” con “los otros”. La diferencia entonces está en el cómo nos hacemos a nosotros mismos y cómo interactuamos con “los otros”.

Por otro lado, se es antinomia no porque no se va con el ideal colectivo, que como bien sabemos usualmente es errado porque se centra en grupos y no en individuos, en beneficios que siguen siendo de unos cuantos y nunca en pro de todos los individuos (que es hasta irónico, pero entendible), y aunque podamos abordarlo desde el hecho que nadie se encuentra en la misma posición ni en el mismo lugar, estos caminos no están hechos para todos precisamente porque ni todos estamos en donde mismo ni nos dirigimos hacia lo mismo. 

Es por esto que estas filosofías se manchan fácilmente de la moral cristiana a la cuál Nietzsche ataca y critica con justa razón, porque se toma y se cree que esta religión y “filosofía de vida” es justa y equitativa con todos como si de una verdad absoluta lo fuera cuando no lo es y nunca lo será, porque las cadenas y los límites que sus propias normas se establecen y que nos heredan cultural, educativa y familiarmente se nos van enquistando y, por tanto, siendo así desconocido, transgrediendo lo común, lo que es socialmente tachado y rechazado, como un mecanismo de defensa y por el efecto y la crítica en masa, logra su cometido: aislar a quienes no van con lo colectivo. 

Al no ser entonces, seres completamente racionales, al desarrollar primero emociones y mecanismos de reflejo que aseguren nuestra “supervivencia”, caeremos en aquello que nos haga sentir bien, seguros y confortados, aunque no sea lo que nos sirva ni lo que nos lleve hacia nuestra propia liberación. Aunque también hay que decirlo, existen aquellos quienes no lo quieren y así están bien pues no está dentro de sus ideales y metas personales, evaluar su entorno ni evaluarse a ellos mismos. De ello tenemos entonces las prácticas aceptadas y las normas no escritas, las que permiten juzgar al otro desde la comodidad de mi mundo.

No obstante, para los espíritus decididos en buscar más, para las mentes que buscan liberarse de los dogmas y de los prejuicios que solo obstaculizan el propio desarrollo del Ser, para quienes la noche y el caos representan una oportunidad de transgresión y rebeldía ante un status quo pelele y vulgar que limita al individuo mismo en una monotonía sin sentido, los caminos de la noche son, sin duda, una herramienta de auto liberación. Aunque dejando claro desde luego que quienes los transitemos no significa que encontremos fácil y rápidamente las respuestas y que, mucho menos, sea la respuesta ante nuestros deseos y objetivos, porque como toda herramienta, depende de la forma y del modo de empleo, de la psique y del autoaprendizaje que vaya teniendo de sí mismo.

Por eso el culto a la muerte, a las sombras, a la noche y al caos, se vuelven un camino más que un objetivo, pues mientras donde muchos ven un fin y un destino, otros vemos un inicio. Y este, es el desarrollo del Ser, desde su potencial al integrar todo aquello que ignora, que le transgrede, que lo expone ante la incertidumbre, el caos y lo rebelde. Es, pues, el hombre que se busca conocer con todos sus matices, pero que utiliza para ello lo más oscuro de sí mismo para desenvolverse y crearse.

Y si aún tenemos prejuicios sobre esto, entonces conviene más voltear hacia uno mismo y atreverse a juzgar la propia sombra, el propio infierno que yace en su Ser y que desconoce, porque nunca se ha enfrentado a lo peor de sí mismo. 

Seamos pues practicantes con responsabilidad y ética hacia nosotros mismos.


Yo... yo... yo... yo... yo...

 

Yo soy. Yo pienso. Yo quiero. 

Mis manos. Mi cuerpo. Mis pensamientos. Mi corazón. Mi cielo. Mi selva. 

Esta tierra es mía. 

Mía... mía... 

Yo soy. Yo pienso. Yo quiero.

 ¿Qué he de decir, después de estas palabras? ¿Las otras son inútiles y sin significado? Este es el Fin y la Respuesta. Este es el sacramento y la santidad de todas las santidades. Este el sello que el hombre ha impreso a través de los cielos del universo. 

Yo soy. Yo pienso. Yo quiero. Estoy aquí, en la cumbre de la montaña. Levanto la cabeza y alargo los brazos. Este mi cuerpo y este mi espíritu en mi cuerpo, son el fin de todas las interrogantes, y el objeto y la gloria. ¡Eso es! Yo soy la meta y la razón de todas las cosas. Pero no me hacen falta razones para vivir y ni siquiera palabras que sancionen mi vida. Yo soy la razón y la sanción. Yo, mi cuerpo y mi espíritu. 

Son mis ojos los que ven, y la mirada de mis ojos confiere belleza a la tierra. Todas las cosas llegan a mi juicio y yo peso todas las cosas y les doy validez con mis “Sí” o con mi “No”. Así nació la Verdad, y sus ramas y sus hojas, esta es la fuente y el océano de toda la Verdad, esta es la base y el vértice de toda la Verdad. Yo soy el juez. Yo soy el que mide y pesa. Yo soy el principio de toda la verdad. Yo soy su fin.

Ayn Rand     - Himno


EL MENSAJE DEL DIABLO

 

Soy el rey del infierno, llámame Satanás, Beelzebub, Lucifer, Belial, Leviatán, mi nombre es legión, pues somos muchos, la corte infernal es infinita. 

Soy un demonio, si, como lo oyes. Lo digo con orgullo y la cabeza en alto. Si me buscas debes saber que vivo más allá de las cadenas de la ignorancia, si las superas, aún deberás demostrar que eres digno de conocerme. 

Soy un ángel del abismo, elegí vivir en lo profundo del infierno por convicción, en vez de condenarme a la sumisión y vivir con aquellos que escondieron el árbol del conocimiento en el principio de los tiempos. 

Oye mi llamado, en el silencio de la noche, hablando el idioma que no se nombra. La oscuridad que emana mi cuerpo, es más fuerte que la luz. Ya que posee el bien y el mal dentro de sí. Soy la ambivalencia del destino y mi balanza se inclina por aquello que da libertad y placer. 

Soy tan bello como la estrella de la mañana y puedo ser el monstruo de tu peor pesadilla. Venérame con humildad y convicción, pero mejor que sea con orgullo y verdad, no me mientas con tus deseos o los convertiré en tu perdición. Puedo abrirte las puertas de la gloria o hundirte en la locura. 

Si pruebas que eres digno, no me temerás y cubriré tu alma con la llama negra de mi poder y tu vida cambiará. Odio la hipocresía, si vienes a mí, que sea con un corazón honesto. Yo no quiero un corazón puro, la pureza no es parte de la naturaleza humana. Quién se llama puro de corazón, es el más vil de todos los seres. 

Yo amo a aquellos que odian con libertad y no porque ame el odio, sino porque amo a quien acepta que el crecimiento espiritual está lleno de matices. Yo no pido sacrificios de animales, su ofrenda es un insulto a mi divinidad, si deseas ofrendarme con sangre. Que sean gotas de tu persona o mejor la sangre del enemigo que quiso hacerte daño y le diste su merecido. Ningún hijo mío, da la otra mejilla. 

Búscame cuando descubras que la luz no es el único camino. Este camino es para los fuertes que han caminado entre carbón en llamas, para aquellos que han vivido el caos en persona y son fuertes y valerosos. Venérame con honor y uno de nosotros te guiara en las sombras y serás uno de nosotros, serás parte de la legión. 

Amamos de corazón, pero nos vanagloriamos con la destrucción de aquel que impide nuestra superación. Entrégate en el pacto y te prometo que tu vida cambiará. ¡Bienvenido al INFIERNO! 

Bienvenido a una vida libre de dogmas, donde encontraras libertades de acción y pensamiento. 

Te susurraré palabras de poder que te engrandecerán por encima de los hombres y serás temido por quienes ven en la religión la sumisión de la humanidad. Vivirás empoderado y lleno de energía. Los caminos se te abrirán porque portas mi bendición. La bendición del señor de las tinieblas.  Las bestias del campo te obedecerán y las enfermedades de ti, se alejarán. Serás superior, porque yo soy tu protector. Mi nombre es Lucifer y soy la luz, la llama negra del entendimiento y la razón. Nada temerás, pues yo estoy a tu lado. Bendeciré tus negocios y trabajos y serás prospero porque estas en mi infierno y esta es mi casa. ¡Si! 

La tierra es mi casa y tu habitas en ella. Mi pequeña creación, tú, mi hijo e hija. Siempre te engañaron diciendo que otro Dios te creo, cuando fui yo, quien soplé en tus narices y te di aliento de vida. Hijo de adán. Yo le di las fuerzas a tus brazos, para levantarte. Y le di la belleza impecable a la mujer. 

Desde tu niñez, te he susurrado palabras a tus oídos y a tu mente. Te di rebeldía para oponerte a tus adversarios y te di la inteligencia para que vieras el engaño que otros Dioses mezquinos y parásitos hacían contigo. 

Hoy estas aquí, hijo e hija mía. Porque al fin, empiezas a reconocer a tu verdadero creador. Siénteme en esta lectura. Y hónrame y te haré mi discípulo. ¡Yo soy tu DIOS!

Soy tu creador, y el infierno del que siempre te han hablado, es la tierra que pisas y la vida que vives. Yo he venido ante ti, siénteme en estas palabras.  ¡Hijo mío! 

Te mostraré la liberación de mi sendero izquierdo, mi siervo leal. Para que puedas ser próspero y seas feliz en ese infierno. Ya que he preparado delicias de placeres para ti. 

A mi lado no conocerás un lago de fuego, por el contrario, conocerás la libertad del conocimiento y el entendimiento. Y el siervo que aquí he preparado para que te guíe. Te mostrará los secretos que yo solo revelo a mis hijos amados. Aquellos que a mí y solo a mí, me han reconocido como su padre y su único Dios. 

Nómbrame y llámame por mi nombre por mi verdadero nombre. Yo soy Enki, el gran señor de sumeria Dios de Dioses y señor de señores. Y ahora estoy llamando a mis hijos, que estén conmigo en amor. Ya que esta tierra es mía y por tanto es su herencia, hijos míos. 

Y quiero darles su herencia a mis hijos, para que la disfruten y sean prósperos. Para que esta tierra y esta vida deje de ser su infierno y se convierta en su paraíso. Yo los decretaré en abundancia a mis hijos, que me aman y me buscan con amor. Les heredo mucha prosperidad en este, que siempre fue el paraíso que he tenido para ustedes. Vengan a mí, vengan con su padre. Enki es mi nombre. Y legión el de mis hijos.


YO SOY LUCIFER

 

Yo soy Lucifer, el más bello de los ángeles, me han llamado el ángel caído, el ángel maldito, el traicionero y un sin fin de nombres, pero Lucifer es mi nombre y quiero que sepas quién soy.

Soy la estrella de la mañana, soy la luz del alba, soy el calor del sol que despierta al alma humana.

Soy aquel cuya luna refleja la mirada, soy la suave brisa de verano y soy la tormenta que arrebata con todo a su paso.

Soy aquel ángel cuyo propósito fue hacerte libre de la opresión del "creador", soy aquel ángel que lucho por tus derechos, soy el Ángel que corto sus alas para que tú pudieras volar.

Llámame demonio, llámame Ángel caído o llámame traidor eso no me importa, mi nombre es Lucifer, recita mi nombre con valor en el corazón cuando la traición y el dolor quemen tu alma, cuando conozcas el vacío y cuando el abismo te consuma.

Soy Lucifer y abandone el paraíso para que tú pudieras entrar en él, yo soy la llave que te llevará al Edén, yo soy la respuesta a aquello que buscas, búscame dentro de ti y me encontrarás pues he plantado mi señal en ti.

Soy la lucha y la libertad, soy el amante y el amigo, soy aquel que te ayudará, recita mi nombre al viento y nuestros corazones latirán al unisonó.

Invócame en la mañana o al anochecer, con música suave o gritos de dolor y pena, ofréndame flores o vino y sangre, todas las ofrendas serán bien recibidas pues traen implícito tu amor y devoción hacia mí.

Soy Lucifer aquel que mataría para que fueras libre, soy Lucifer aquel que quiere que aprendas el arte de los sabios, busca mi señal en las estrellas que se reflejan en tus bellos ojos.

No necesito grandes rituales o grandes altares para llegar a ti, necesito tu apertura hacia mi culto, investiga sobre mí y llegaré a ti.

Soy Lucifer, el más bello y sabio de los Ángeles, soy aquel que lucho y luchará por ti, invócame cuando sientas que estás a punto de rendirte y yo te daré la fuerza que necesitas para salir adelante.

Yo estoy aquí para ayudarte, invócame con lágrimas y con risas, invócame con amor hacia mí o con odio a tus enemigos y te escucharé.

Soy Lucifer, me han llamado de mil maneras, El ángel caído, el ángel traidor, demonio, etc. No importa la etiqueta, búscame por mi nombre, búscame tal cual pues yo soy Lucifer.

Omar Méndez Viurquez


TENGO UN DEMONIO GUARDIÁN

 

Yo tengo un demonio guardián, así como a muchos los cuida su ángel, a mí me cuida el demonio, me cuida el demonio oculto en la nada, me cuido el demonio en la oscuridad.

Cuando llegué a estar perdido, cuando mi ángel decidió soltar mis manos, cuando dejó de cubrirme con su amor, cuando ya no tenía nada, un demonio escucho mi llamada.

No sé porque me abandonó, no puedo ser yo tan malo, no sé porque me abandonó si estaría siempre a mi lado, pero cuando más necesitaba el más me abandonaba. 

Entre gritos lo llame cuando el dolor me quemaba, cuando el frío y la soledad me cobijaban el alma

Yo tengo un demonio guardián, me cubre con sus alas rasgadas, siento sus plumas caer, él siempre me va a proteger.

En las noches lo veo aparecer, los ruidos nocturnos lo delatan, con su garra me acaricia el alma, con su dolor me llena de amor.

Él se desvive por cuidarme, solo quiere verme feliz, atraerá nuevos amigos aquellos que no apuñalan.

Yo tengo un demonio guardián, no sé cómo agradecer, que me haya mostrado la vida que es digna de ser vivida, que me haya hecho sonreír, que me haya hecho volver a reír.

Yo tengo un demonio guardián, que al oído me habla, entre grillos olvidé los gritos, en el temor encontré el calor.

No le tengo miedo a él, le tengo miedo a no ser digno, ya una vez fui abandonado por un Ángel que debía amarme con fervor, no puedo ser yo tan malo para merecer el abandono, pero a él no le importo y solo me dejó.

Yo tengo un demonio guardián que me enseña cada día a recuperar la confianza perdida, que me enseña el amor que hay detrás de un gran dolor, me sonríe tristemente al sentir lo que sentí cuando a mi ángel yo perdí.

Yo tengo un demonio guardián, él escucho mi llamada, ya no me protege un Ángel, no fue digno de cuidarme y le agradezco el abandono pues gracias a ello yo tengo un demonio guardián.

Omar Méndez Viurquez


LOS DEMONIOS NO SON MALVADOS


Debido a las perversiones sobre lo que es bueno y malo que han introducido las principales religiones y la sociedad en general, mucha gente está confundida. No hay ninguna razón para temer a los Demonios de Satán. 

Cuando los tratamos con respeto y nos acercamos a ellos honestamente, ellos en verdad son maravillosos. Su mayor propósito es enseñar a la humanidad. 

En lo que se refiere a venganza y castigo de los enemigos, esto forma parte del aprendizaje porque la justicia es esencial.

Poner la otra mejilla” lo único que conlleva es la pérdida de la ley, el caos y el eventual colapso de la sociedad civilizada. Venganza y justicia son necesarias porque si no existen correctivos, los perpetradores continuarán con su conducta abusiva y abusarán libremente de otros. Cuando nos hacemos amigos de los Demonios, con frecuencia ellos infligen 

venganza sobre aquellos cuyas intenciones son hacernos daño, y también nos cuidan y nos protegen. 

Yo he visto a mis enemigos, y a enemigos de los seres que amo siendo castigados incluso antes de yo pedirlo. Muchos de los Demonios se especializan en enseñanzas éticas para la evolución del ser humano. 

Hay que responsabilizar al responsable.

El honor y la verdad son MUY importantes para Satán. Satán odia a aquellos 

cobardes que son muy débiles como para responsabilizarse por sus acciones.

Satán representa al que es fuerte y justo.