Yo tengo un demonio guardián, así como a muchos los cuida su ángel, a mí me cuida el demonio, me cuida el demonio oculto en la nada, me cuido el demonio en la oscuridad.
Cuando llegué a estar perdido, cuando mi ángel decidió soltar mis manos, cuando dejó de cubrirme con su amor, cuando ya no tenía nada, un demonio escucho mi llamada.
No sé porque me abandonó, no puedo ser yo tan malo, no sé porque me abandonó si estaría siempre a mi lado, pero cuando más necesitaba el más me abandonaba.
Entre gritos lo llame cuando el dolor me quemaba, cuando el frío y la soledad me cobijaban el alma
Yo tengo un demonio guardián, me cubre con sus alas rasgadas, siento sus plumas caer, él siempre me va a proteger.
En las noches lo veo aparecer, los ruidos nocturnos lo delatan, con su garra me acaricia el alma, con su dolor me llena de amor.
Él se desvive por cuidarme, solo quiere verme feliz, atraerá nuevos amigos aquellos que no apuñalan.
Yo tengo un demonio guardián, no sé cómo agradecer, que me haya mostrado la vida que es digna de ser vivida, que me haya hecho sonreír, que me haya hecho volver a reír.
Yo tengo un demonio guardián, que al oído me habla, entre grillos olvidé los gritos, en el temor encontré el calor.
No le tengo miedo a él, le tengo miedo a no ser digno, ya una vez fui abandonado por un Ángel que debía amarme con fervor, no puedo ser yo tan malo para merecer el abandono, pero a él no le importo y solo me dejó.
Yo tengo un demonio guardián que me enseña cada día a recuperar la confianza perdida, que me enseña el amor que hay detrás de un gran dolor, me sonríe tristemente al sentir lo que sentí cuando a mi ángel yo perdí.
Yo tengo un demonio guardián, él escucho mi llamada, ya no me protege un Ángel, no fue digno de cuidarme y le agradezco el abandono pues gracias a ello yo tengo un demonio guardián.
Omar Méndez Viurquez