LA GUERRA INVISIBLE


LA GUERRA INVISIBLE
Anton Szandor LaVey

Estamos inmersos en una guerra. No es simplemente una guerra librada con fusiles y bombas “ahí afuera”. Las refriegas tienen lugar en nuestra propia mente. Cuanto menos consciente es uno de la guerra invisible, más receptivo es al continuo proceso de desmoralización, pues el humano insensible es vulnerable, maleable, débil y e inmaduro como para tener el control.

La guerra invisible permite a las víctimas regodearse en la sensación que han elegido con libertad, cuando en realidad se sienten débiles e incapaces. He trazado el perfil de algunos aspectos correspondientes a las armas usadas en esta guerra para comparar sus presuntos efectos en el entorno, el cuerpo y las emociones de cada persona. Las vías de infección están por todas partes, Las “bombas” están cayendo a nuestra puerta todos los días. Los periódicos sensacionalistas, la radio, la televisión… Todos son catecismos de la desmoralización.

CONTROL DEL CLIMA:
Las condiciones meteorológicas anormalmente prolongadas con escaso o ningún cambio (especialmente largos periodos de tiempo soleado), proporcionan abundantes oportunidades para la incubación de agentes virales y bacterianos. Una ventaja añadida, es que el tiempo soleado y cálido, anima a las personas a reunirse en grupos, a ir a estadios, a la playa, al parque. Estas masas de humanidad crean una onda mental que aniquila la energía creativa y amortigua el ambiente, contribuyendo al objetivo principal de una desmoralización generalizada.


AGENTES VIRALES Y BACTERIANOS:
Es una estupidez creer que la investigación de las técnicas de guerra bacteriológica terminó con la invención de la bomba nuclear. En estos momentos se está siguiendo la pista de muchas enfermedades desde su origen en virus invencibles y siempre cambiantes. El origen de todo, desde el SIDA hasta el ARC (Aids Related Complex; enfermedad derivada del SIDA) o el tan comentado “mal de los yuppies” (el síndrome de fatiga crónica) parece haberse determinado como el desplome del sistema inmunológico del cuerpo provocado por una infección vírica. Si los “bombardeos” estuvieran siendo manipulados para no despertar sospechas, los ataques se podrían producir en zonas del cuerpo que ya son susceptibles, provocando “estallidos” de enfermedades ya diagnosticadas. Los dolores “localizados” o de tipo artrítico podrían ser provocados en partes improbables del cuerpo. Las irregularidades de la membrana mucosa podrían provocar síntomas parecidos al resfriado que terminaría por desarrollarse en resfriados completos, síntomas de infecciones provocadas por parásitos internos (hinchazones y bultos), retención de líquidos, o una sensación de presión en la cabeza. Por supuesto, muy pocas personas se sentirían tan mal como para quedar incapacitadas, sólo estarían lo bastante enfermos como para preguntase qué les pasa.


SATURACIÓN O BOMBARDEO ULTRASÓNICO (RUIDO BLANCO):
He realizado abundantes experimentos con varias frecuencias sónicas, en ambos extremos del espectro, y he descubierto lo que puede hacerse, especialmente utilizando la tecnología de microchips y sintetizadores. El sonido ultrasónico distorsiona el pensamiento volitivo, inmoviliza al individuo, induce a la confusión mental y aumenta la sugestibilidad. El ruido de fondo puede transmitirse por señales de radio y audio televisivo, y ser aumentado por música frenética (MTV, etc.) o por la expresión hablada frenética. Nos acostumbramos a que un sonido similar a los "Chipmunks" esté siempre presente en el fondo, estableciendo un patrón de ritmo acelerado y super estimulación de los sentidos. Sin la cháchara de un aparato electrónico, todo nos parece antinaturalmente silencioso, así que bajo la apariencia de buscar información y entretenernos, nos volvemos adictos a la presencia de televisores, radios o equipos estéreo como influencias conductoras y estabilizadoras.

SATURACIÓN O BOMBARDEO SUBSÓNICO (RUIDO NEGRO):
En el extremo opuesto del espectro sonoro, las ondas subsónicas pueden ser utilizadas para unir a la gente durante periodos propicios (vacaciones, fines de semana, o acontecimientos especiales). Además del agotamiento resultante del apiñamiento de una gran cantidad de gente, el ruido negro provoca ansiedad, comportamiento hiperactivo, agitación y tensión creciente. El sonido subsónico también puede utilizarse para provocar terremotos.

RADIACIÓN DE MICROONDAS:
No se filtra desde los hornos microondas, sino que se recibe a través de receptores indetectables (o a los que no prestamos atención), enviado desde transmisores satelitales o terrestres. No son necesarios gigantes discos receptores. Se pueden utilizar o construir configuraciones artificiales que son conductores de recepción (zonas entre colinas, valles entre rascacielos, estadios deportivos, etc.). Los síntomas: enfermedades respiratorias, problemas circulatorios, disfunciones del riñón y de la membrana mucosa, sed excesiva, retrasos mentales, pérdida de memoria, olvidos.

DESCOMPOSICIÓN DE ALIMENTOS Y BEBIDAS:
Los establecimientos donde un gran número de personas se exponen a provisiones producidas en masa son sospechosos. Los productos químicos en bebidas o alimentos ampliamente consumidos son un territorio propicio para adictivos químicos invisibles (y los que preparan o dispensan los alimentos, nunca saben exactamente qué es lo que se está descomponiendo). Las cadenas de restaurantes y de comida rápida, reciben suministros precocinados y preenvasados, al igual que los supermercados y otros establecimientos de venta. "Aprovisionarse" en estos establecimientos puede inducir y mantener la debilidad, y promover la incapacidad mental y la insensibilidad. Los que no estén condicionados por estos productos químicos pueden experimentar síntomas parecidos a los producidos por el MSG o Glutamato monosódico (sed excesiva, acaloramiento, sensaciones de tensión combinada con cansancio, sabor metálico, etc.).

CORTINAS DE HUMO PSICOLÓGICAS:
El encubrimiento y la desorientación se utilizan para distraer la atención de los agentes de lo invisible enumerados anteriormente. Algunas de las desorientaciones más obvias son: la amenaza de un ataque nuclear, "motivaciones" políticas, escándalos y la histeria de campaña, la preocupación por la guerra "real" o convencional, las revueltas provocadas y las guerras a tiros en zonas alejadas del mundo, el temor a la contaminación de las reservas de agua a manos de grupos terroristas (lo que provoca el aumento de ventas de las bebidas cargadas con productos químicos), el envenenamiento o la experimentación por parte de la CIA u otros convenientes grupos, el temor al Enemigo Declarado, por ejemplo, las influencias "satánicas" definidas por el cristianismo, los ovnis, los neonazis (hasta que son absorbidos para dejar lugar a un nuevo enemigo común). Todos éstos son temas sobre lo que se discute abundantemente y contra los que se alzan protestas, y que por tanto son eficaces como distracción.


EL FIN DE SEMANA ALARGADO:
Ocasionalmente ha habido fines de semana de tres días, pero nunca como ahora. Los fines de semana largos son necesarios para permitir el gasto y el tiempo recreativo mientras se mantienen la ilusión de la productividad. Los fines de semana de tres y cuatro días ofrecen muchas oportunidades para la "relajación" (por ejemplo, ver intensivamente la televisión y otros aparatos de adoctrinamiento), y hacen que todo el mundo esté contento. A este ritmo puede que acabemos viendo fines de semana de seis días.

LA GUERRA URBANA:
Más allá de las cortinas de humo, hay otros elementos psicológicos implicados en la guerra actual. Al permitir que se incremente el uso de drogas duras, y que exista una red clandestina de ventas y distribución, se puede mantener a la gente maleable y satisfecha, mientras que las drogas inducen al retraso mental. Las refriegas por drogas, rampantes en los sectores urbanos, reducen la población. Otro agente de guerra eficaz, es la aniquilación individual: una persona tan frustrada con las injusticias del "sistema de justicia" o por la mezquina tiranía de la vida contemporánea, agarra un puñado de armas y empieza a disparar contra la multitud más próxima. El asesino en serie, un fenómeno contemporáneo, no puede ser ignorado. Estos incidentes a menudo son tildados de "satánicos" o de crímenes "de culto", e irán en aumento como método de reducción de población.


"Estas son las principales armas que se están utilizando hoy en día. En cuanto las respuestas neurológicas afecten a todo el organismo físico, hay que subrayar que los males o enfermedades físicos pueden originarse en la desmoralización creada y mantenida por cualquier agente de guerra. Ser consciente de estos agentes puede minimizar la desmoralización innecesaria en aquellos que deseen conservar su instinto de supervivencia".

Ensayo publicado en el libro “Apocalypse Culture” de Adam Parfrey (Amok Press, ©1988)

¿QUÉ? ¿EL DIABLO?


¿QUÉ? ¿EL DIABLO?
Peter H. Gilmore

El Satanismo no es adoración al Demonio. Eso viene como un susto para muchos que no han explorado nuestra filosofía y es la principal mala interpretación que los de afuera tienen con respecto a la Iglesia de Satán. Nuestro fundador Anton Szandor LaVey afirmó esta postura desde el comienzo. A lo largo de los años individuos con la necesidad de sentirse apoyados por una deidad han afirmado que el Dr. LaVey de alguna manera llegó a creer en un Satán literal. Si examinamos su trabajo, es claro que él nunca cambió de opinión acerca de esto, ni fue jamás la creencia en el Demonio alguna práctica secreta del “círculo interno” de la Iglesia de Satán.

Nosotros como satanistas entendemos que la verdad y la fantasía son necesarias para el animal humano. Es un paso hacia la sabiduría cuando uno sabe con certeza cuál es cuál. El hombre se respalda en el simbolismo y la metáfora cuando construye un marco conceptual para comprender el universo en el cual vive. El siempre ha inventado sus propios dioses utilizando su cerebro carnal. De La Biblia Satánica: “El hombre siempre ha creado sus dioses, más que sus dioses lo han creado a él”. Sin embargo, éste acto de creación es usualmente negado. La historia muestra que los fundadores de las religiones afirmaron un contacto personal con la deidad fabricada a través de sus imaginaciones, y legiones de seguidores reforzaron aquella ficción. No hay nada malo con la fantasía, mientras que como un individuo sepa que se está utilizando éste auto-engaño controlado como una herramienta para tratar con la existencia. Para nosotros satanistas escépticos, pragmáticos, eso está manejado en la cámara ritual. La dependencia en construcciones fantásticas se vuelve peligrosa cuando los creyentes en religiones espirituales insisten dogmáticamente que sus fantasías personales y colectivas son reales en el mundo, que ellas son la única verdad absoluta y por eso esperan para que el mito los guíe o intentan obligar a otros a compartir éste engaño. Eso ha sido la fuente para incontables guerras, como cualquier estudiante de historia puede observar.
El libro seminal del Dr. LaVey, La Biblia Satánica, publicado en 1969 establece algunos principios básicos:
El satanista toma conciencia que el hombre, y la acción y reacción del universo, es responsable por todo, y no se engaña en pensar que a alguien le importa.
¿No es más sensible adorar a un dios que, él mismo, ha creado, de acuerdo con sus propias necesidades emocionales – uno que represente mejor el propio ser carnal y físico que tiene la idea/poder para inventar a un dios en primer lugar?
De una entrevista de 1986 con Walter Harrington de The Washington Post:
“Satán es un símbolo, nada más” dice LaVey. “Satán significa nuestro amor por lo terrenal y nuestro rechazo a la imagen pálida e inefectiva de Cristo en la cruz”.
Aceptando la premisa axiomática que los dioses no existen como entidades supernaturales significa que los satanistas son ateos de hecho. Sabemos que el mundo objetivo es indiferente a nosotros. Ya que nuestra filosofía es egocéntrica, cada satanista se ve a sí mismo como la persona más importante de su vida. Cada individuo, de esta manera, genera su propia jerarquía de valores y juzga a todo basado en sus propios estándares. Por lo tanto, nosotros los satanistas nos apuntamos a nosotros mismos como los “Dioses” en nuestros universos subjetivos. Esto no significa que pensamos tener los poderes de una deidad mitológica, sino que significa que veneramos las capacidades creativas de nuestra especie. Así para distinguirnos de los ateos, quienes simplemente rechazan a Dios como no existente, nos llamamos a nosotros mismos “Yo-teístas”, con nuestro propio y saludable ego como el centro de nuestra perspectiva. Este es verdaderamente un concepto blasfemo que vuela a la cara de cada una de las otras religiones y es por esto que Satán nos sirve bien como un símbolo. El fue descrito como -el orgulloso-, que se negó a inclinarse ante Jehová. El es aquel que cuestiona a la autoridad, buscando la libertad más allá del atrofiante ámbito del Cielo. El es la figura defendida por Mark Twain, Milton y Byron como el crítico independiente que heroicamente se sostiene por si solo.

El Dr. LaVey realizó la más detallada presentación de su concepto de cómo funciona Satán en su filosofía en el siguiente monologo que apareció en el libro de Jack Fritscher, Popular Witchcraft, publicado en 1973.
“No siento que elevando al demonio en un sentido antropológico es tan factible como a los teólogos o a los metafísicos les gustaría creer. He sentido Su presencia, pero solamente como una extensión exteriorizada de mi propio potencial, como un alter-ego o un concepto evolucionado que he podido exteriorizar. Con una plena conciencia, yo me puedo comunicar con esta semblanza, esta criatura, este demonio, esta personificación que veo en los ojos del símbolo de Satán – la cabra de Mendes – al comulgar con ello ante el altar. Ninguno de estos es algo más que una imagen reflejada de la potencial que percibo en mí mismo.
Tengo la conciencia de que la objetivación es de acuerdo a mi propio ego. No estoy engañándome a mí mismo de que estoy llamando a algo que está desasociado o exteriorizado de mí mismo, el altísimo. Esta Fuerza no es un factor que me controla y sobre cual yo no tengo control. El principio satánico es que el hombre voluntariosamente controla su destino; si no lo hace, algún otro hombre – mucho más inteligente que él – lo hará. Satán es, por lo tanto, una extensión de la propia psique o esencia deliberada, por lo que aquella extensión puede a veces contrariar y dar directrices a través del sí mismo de una forma en que se piensa del sí mismo como una unidad individual no puede. De esta forma ayuda a describir de una manera exteriorizada al Demonio. El propósito es tener algo de una naturaleza idolatra, objetiva con la cual estar en comunión. Sin embargo, el hombre posee conexión, contacto, control. Esta noción de un Dios/Satán no es nueva.”
El acercamiento esbozado acá, de crear concientemente una exteriorización del yo con el cual uno comulga únicamente durante el ritual, es un concepto religioso revolucionario del satanismo de LaVey y es un acercamiento de “tercer lado” el que se hace elusivo a muchos para los que ello no es natural. Es una prestidigitación psicológica, no una forma de fe. Establece que para el satanista en ritual, él ES Satán.

Para ser justos, la gente asistiendo a trabajos de los ritos bombásticos y teatrales de LaVey puede no ser capaz de separar la exclamación “¡Viva Satán!” mientras estén en la cámara ritual con la incredulidad en cualquier dios externo fuera de la cámara. Pero entonces, el satanismo no está consignado para todos. Cuando se nos pregunta si existe un próximo volumen de Satanismo para Bobos, respondemos: “El satanismo no está destinado para bobos”. Como él dijo en La Biblia Satánica y frecuentemente en entrevistas: “El satanismo demanda estudio –NO adoración”. La capacidad para pensar es esperada en los satanistas. Así LaVey esperaba que aquellos que apoyaran su filosofía entendieran dónde trazar la línea entre lo fantástico y lo real. El proclamó que era un feriante, y sintió que sus satanistas no debían ser unos ignorantes, confundiendo la mascarada con la realidad. Como un hombre de carnaval, él sabía cómo entretener para atraer la atención y así, entonces, poder presentar ideas más serias. Algunos podrían mirar despectivamente su metodología, desestimando sus más profundas meditaciones debido a los elementos circenses. Sin embargo, yo creo que se podría hacer un caso en que todas las religiones están en el “negocio del espectáculo”, pero la Iglesia de Satán es la única lo suficientemente honesta para admitirlo.

En una entrevista realizada en un LP llamado The Occult Explosion (La Explosión Oculta) de 1973, el Dr. LaVey explicó cómo la Iglesia de Satán trata diferentes conceptos de Satán:
 ”Satán es, para nosotros, un símbolo más que un ser antropológico, aunque muchos miembros de la Iglesia de Satán, místicamente inclinados, prefieren pensar en Satán en una forma muy real y antropomórfica. Por supuesto, nosotros no desalentamos esto, debido a que nos damos cuenta que para muchos individuos una imagen, una bien forjada imagen de su mentor o su divinidad tutelar, para ellos es muy importante, para conceptualizar ritualmente. Sin embargo, Satán simbólicamente es el maestro: el informante de los porqués y los por los cuáles del mundo. Y en respuesta a aquellos que nos catalogarían de “Adoradores del Demonio” o fueran muy rápidos para asumir que somos adoradores de Satán, debo decir que Satán demanda estudio, no adoración, en su más verdadera simbología.
Nosotros no nos humillamos; no nos ponemos de rodillas y adoramos a Satán. No pedimos, no imploramos a Satán para que nos brinde lo que deseamos. Sentimos que quienquiera que vaya a ser bendecido por cualquier dios de su elección va a tener que mostrar aquel dios que él es capaz de hacerse cargo de las bendiciones que son recibidas.
Así él apoya la creación de un dios-símbolo basado en las propias necesidades y elecciones estéticas. La fantasía creativa es empleada para la realización emocional, experimentada en el contexto de la cámara ritual. Los satanistas ven a Satán como su símbolo apropiado para concretar aquellas necesidades, una magnificación de lo mejor dentro de nosotros.

Adicionalmente, LaVey especuló sobre la idea que cuando se intenta Magia Mayor, eso podría ser que el operador esté interviniendo en una fuerza que es parte de la naturaleza para magnificar su Voluntad. Esta fuerza está oculta, desconocida y por lo tanto, “oscura”. Pero LaVey no vio la fuerza como una entidad supernatural. En La Biblia Satánica, explicó originalmente “el satanista simplemente acepta la definición (de Dios) que mejor le acomoda”. El sigue de cerca aquello con la definición que él emplea:
Para el satanista, “Dios” – por cualquier nombre que se le llame o por ningún nombre del todo – es visto como un factor de balance en la naturaleza y no como un ser preocupado con el sufrimiento. Esta poderosa fuerza que penetra y balancea el universo es demasiado impersonal para preocuparse de la felicidad o la miseria de las criaturas de carne y hueso en ésta bola de mugre sobre la cual vivimos.
LaVey claramente deposita una fuerza desinteresada, remota –no una personalidad o entidad –que balancea el universo. El lo ve tan indiferente a las formas de vida, como cualquiera de las otras fuerzas, como lo sería la gravedad. Es un mecanismo, no un personaje. Eso no amerita deferencia, contemporización o idolatría. Puede ser nombrado o no. Opera sin el conocimiento de otros seres conscientes. El habló de esto a Burton Wolfe, quien escribió la introducción a La Biblia Satánica:
Por supuesto que LaVey señaló a quién quisiera escuchar que el Demonio para él y sus seguidores no era el tipo estereotipado envuelto en un atuendo rojo, con cuernos, cola y tridente, sino más bien las fuerzas oscuras en la naturaleza, que los seres humanos están recién comenzando a comprender. ¿Cómo pudo LaVey cuadrar tal explicación con su propia apariencia, en momentos de capucha negra y cuernos? El respondió –La gente necesita el ritual, con símbolos como los que encuentras en partidos de béisbol o en servicios religiosos o guerras, como vehículos para gastar las emociones que no pueden liberar o incluso comprender por éllos mismos.
Así LaVey aceptó que actualmente puede haber elementos inexplicados del universo que eran parte de su trama, pero que estos no son sobrenaturales. El sugiere que la mente inquisitiva del Hombre puede eventualmente llegar a entender cómo ellos funcionan. Las implicaciones de éstas ideas ofrecen gran libertad. Puesto que no existe una deidad real vigilando o mandando el comportamiento de nuestras especies, los hombres son libres para imaginarsen cualquier tipo de Dios que elijan para satisfacer sus propias necesidades, sin embargo no deberían olvidarsen que tales fantasías son solamente eso – nada más.

En aquel mismo pasaje, él también indica la razón principal para comprometerse en el ritual, el que definió como Magia Mayor: este sirve como un medio para la liberación de emociones reprimidas que las personas podían no comprender completamente. Por lo tanto, el ritual posee un propósito ritual; claramente no está pensado como forma de adoración de alguna entidad sobrenatural. El ritual es demostrablemente parte de la cultura humana. LaVey sabía que este sirvió un valor para las personas a lo largo del milenio, incluso si este fue realizado por razones que no cuadraban con la realidad. Esto hizo que la gente se sintiera mejor de lo que habían sentido de antemano. Así, como continuó en La Biblia Satánica, hablando de la búsqueda por una religión apropiada: “Si él se acepta a sí mismo, pero reconoce que el ritual y la ceremonia son dispositivos que sus religiones inventadas han utilizado para sustentar su fe en una mentira, entonces es la MISMA FORMA DE RITUAL que sustentará su fe en la verdad –el esplendor primitivo que le otorgará su conciencia de su propio ser majestuoso le sumará sustancia”. De esta forma el dispositivo del ritual, que él explico como “auto-engaño controlado”, puede ser de uso práctico para el bienestar del propio estado mental. La verdad referida más arriba es que todos los dioses son una invención de la bestia creativa llamada Hombre.

Para resumir el viaje de un típico individuo observando la realidad para declararse a él mismo un satanista, déjenos enumerar varias afirmaciones:
  • La Naturaleza abarca todo lo que existe. No hay nada sobrenatural en la Naturaleza.
  • Lo espiritual es una ilusión. Soy completamente carnal.
  • La razón es mi herramienta para el conocimiento, haciendo de la fe un anatema. Cuestiono todas las cosas. Soy un escéptico.
  • No acepto falsas dicotomías. En lugar de ello, encuentro el “tercer lado” el que me acerca al entendimiento de los misterios de la existencia.
  • El universo no es benevolente, tampoco malevolente, es indiferente.
  • No existen Dioses. Yo soy ateo.
  • No existe un propósito intrínseco para la vida más allá de los imperativos biológicos. Así determino el sentido de mi propia vida.
  • Yo decido lo que es de valor. Yo soy mi valor más elevado, y de esta forma soy mi propio Dios.
  • Soy un YO-teísta
  • Bien es aquello que me beneficia y promueve aquello que estimo.
  • Mal es aquello que me hiere y obstaculiza lo que aprecio.
  • Yo vivo para maximizar lo Bueno para mi mismo y para aquellos que valoro. Todo el tiempo me mantengo en control en mi búsqueda del placer. Yo soy un Epicúreo.
  • El mérito determina mi criterio para el juicio de mí mismo y de los otros. Juzgo y estoy preparado para ser juzgado.
  • Busco un resultado justo en mis intercambios con aquellos alrededor mío. Yo, de esta manera, haré a los demás lo que preferiría que ellos me hicieran a mí. Sin embargo, si ellos me traten pobremente, devolvería aquel comportamiento en grado similar.
  • Comprendo la necesidad humana por símbolos como formas de purificación de complejas estructuras de pensamiento.
  • El símbolo que mejor ejemplifica mi naturaleza como una bestia consciente es Satán, el avatar de la carnalidad, la justicia y la auto-determinación.
  • Me veo reflejado en la filosofía creada por Anton Szandor LaVey.
  • Me enorgullezco de llamarme un satanista.
Estas ideas fundamentales para satanistas funcionan como un cimiento terrenal que encontramos profundamente liberador y damos la bienvenida a la aceptación de nosotros mismos como animales humanos. Para el tipo de persona que siente la necesidad por una figura paterna externa supernatural, la responsabilidad por auto-determinación explícita en ésta ruta podría ser pavoroso. Para el satanista, la creencia en cualquier Dios o Demonio real al cual uno debería comprometerse es repugnante y embrutecedora. Nosotros “coincidimos con discrepar” con aquellos que están orientados espiritualmente con respecto a nuestros diferentes acercamientos de vida, de ahí nuestro apoyo al pluralismo en la sociedad. Nosotros los satanistas sabemos que nuestra manera no es para todos. Simplemente solicitamos a que los otros sigan sus propios caminos y nos permiten ser como somos.

Pero por favor, todos ustedes creyentes, entiendan que no somos simplemente vuestro “reverso”. No somos adoradores del Demonio. Simplemente somos auto-adoradores carnales buscando disfrutar nuestras vidas al máximo. Que encuentren regocijo en el servilismo a tu deidad elegida. ¡Nosotros ciertamente lo haremos!

Texto originalmente publicado en Las Escrituras Satánicas

SOMOS UNA LEGIÓN


SOMOS UNA LEGIÓN
Magus Peter H. Gilmore

Desde el reciente debut de “The Black Flame”, he pasado muchas horas en las ondas radiales de Norteamérica divulgando la palabra a los curiosos radioescuchas acerca del verdadero satanismo, en oposición a los risibles y anticuados retratos esbozados por los crédulos anfitriones de programas de entrevista y los alarmistas fundamentalistas. Lo que más me complació fue descubrir que la semilla de “La Biblia Satánica” ha producido algunos frutos fascinantes y florecientes, esparcidos a lo largo del continente.

Me he encontrado gente muy estúpida, pero también muchos compañeros que han agradecido y acogido nuestra filosofía de auto-interés racional. Como es de esperar, la mayoría de los individuos satánicos que llamaron para conversar lo hicieron durante programas de trasnoche. Sí, nosotros los satanistas somos los hombres vestidos de negro, los vampiros y los licántropos que merodean en la noche.

Con ironía, he disipado los rumores de que laboratorios satánicos, en las profundidades del Pentágono, están ahora perfeccionando el virus que hará la estupidez dolorosa para el perpetrador. ¡Si sólo sus esfuerzos fueran apurados!

Fui testigo de la evidencia de que existe una gran diversidad entre los de nuestro tipo, lo que es un signo irrefutable de la salud de nuestro creciente movimiento. El satanismo promueve innumerables sendas personales desarrolladas por satanistas completos, quienes se han alzado por encima de la manada de borregos. El satanista se ve a sí mismo diferente, y experimenta un sentimiento de alienación de aquellos que lo rodean. Este es el primer paso hacia la individuación. Uno primero observa a sus vecinos y cuestiona los cimientos mismos de sus valores. La verdadera pregunta satánica es ¿Por qué? ¿Es usted una persona con una identidad que se ha hecho a sí misma, o simplemente absorbió lo que se está pregonando en el mercado cultural? ¿Es usted consciente de sí mismo? ¿Se siente usted orgulloso de no ser absorbido por las abundantes masas? ¿Cómo ve a aquellas personas a quienes encuentra a lo largo de su existencia cotidiana, y que son también, en algún sentido, parias?

El verdadero satanista se relaciona con las personas como individuos, evitando aquellas doctrinas colectivistas, tales como el racismo. Los satanistas no toleran simplemente a los raros y los inadaptados de la sociedad, los buscan para ganar sabiduría de sus camaradas excéntricos. Somos verdaderamente lobos solitarios, aullando nuestras canciones de negra melancolía en la noche. Pero a veces optamos por ir en manada.  Incluso podríamos intentar sacudir la complacencia de aquellos que irreflexivamente abrazan la realidad consensual, demostrándoles que hay mucho más en el Infierno y en la Tierra de lo que se podrían haber soñado en sus filosofías.

Y a veces encontramos a aquellos niños salvajes, lobeznos abandonados porque sus naturalezas contrarias son percibidos por otros que los rechazan. Ellos aún tienen que comprender su singularidad, y nosotros recibimos a éstos infantes compañeros de la noche, iluminando con la Llama Negra su camino a lo largo del Sendero de la Mano Izquierda. ¡Qué maravillas tenemos para mostrarle a usted, que no removería su manto de rectitud para envolverse en la túnica del entendimiento Luceferiano! Estas alturas no son para los tímidos. ¿Se atreve usted a mirar dentro del espejo negro, humeante de Tezcatlipoca? ¿Desea unirse a nosotros?

Texto publicado originalmente en Las Escrituras Satánicas