MITOS Y VERDADES DE LA IGLESIA DE SATÁN




MITOS Y VERDADES DE LA IGLESIA DE SATÁN 
Peter H. Gilmore

Hasta ahora no sabemos cuál es el móvil de este ataque de odio. No conocemos los motivos de estas personas. A lo mejor quisieron protagonizar un ritual satánico. A lo mejor lo único que querían era ofendernos en lo más sagrado para nosotros”, declaró David Velázquez, el párroco de la Iglesia de Santa Rosa de Lima, según consigna el portal del periódico El Universal, en una nota fechada el 27 de mayo del presente año.

Magus Peter H. Gilmore in Lotus Position by Diana DeMagis; Hellfire Altar
Un día antes se había dado a conocer que un grupo no identificado de personas irrumpió en el templo para acuchillar una imagen de la Virgen de Guadalupe. Los atacantes defecaron en el interior de la parroquia y escribieron en las paredes el número 666 con salsa de tomate.

Quienes hayan perpetrado el acto de vandalismo lo hicieron cobijados por el anonimato y aunque no se han asumido abiertamente adoradores de Satanás, fueron calificados como tales tanto por el religioso, como por gran parte de la opinión pública.

Sin embargo, quienes sí se asumen abiertamente Satanistas –que no satánicos– rechazan por completo este tipo de agresiones a otros cultos, además de que no esconden su rostro ni su identidad.

No te quejes sobre algo que no tenga que ver contigo”, dice a la letra la octava de las Once Leyes Satánicas de la Tierra, creadas por Anton Szandor LaVey, autor de La Biblia Satánica y quien fundó oficialmente la Iglesia de Satán el 30 de abril de 1966.

La historia del culto, así como la biografía de su fundador están al alcance cualquier persona en Internet (www.churchofsatan.com), así como las reglas para sumarse a la religión –debidamente reconocida como tal en Estados Unidos– y toda la papelería que se requiere para aspirar a ser miembro. Aunque en las declaraciones se lee que los integrantes del culto mantienen un perfil bajo y son celosos de su privacidad, sí se hace hincapié en que para aspirar a formar parte de la Iglesia de Satán se debe ser legalmente adulto en el país donde se reside.

Semanas antes de sucedido este ataque contra la Iglesia de Santa Rosa de Lima, Playboy México logró hacer contacto con el actual Sumo Sacerdote de la Iglesia de Satán, Magus Peter H. Gilmore, quien respondió a un cuestionario enviado por nuestra revista. Coincidentemente, se le preguntó porque el grueso de la sociedad tiene una imagen real de los auténticos Satanistas.

Cualquiera que realice una investigación elemental puede aprender cómo pensamos”, escribió Gilmore. “Quienes prefieren pensar que cometemos actos criminales es porque no quieren reconocer lo que somos: ateos responsables que son culpados de la irresponsabilidad de otros. Nuestra ideología demanda libertad y por eso atemoriza a quienes necesitan de un líder, religioso o político, que los cuide como si fueran niños y controle sus vidas”.

Los sacrificios humanos no existen en su ideología y quienes los practican, afirma, no pertenecen a la auténtica Iglesia de Satán.

Existen fanáticos de la parafernalia diabólica que realizan parodias de lo que es adoración al Demonio e intentan confundir a la gente asumiéndose como Satanistas. Es importante aclarar que no lo son y nos interesa desvelar estas confusiones cuando suceden”.

UN ICONO DEL POP

A diferencia de lo que se cree, desde su fundación en 1966, la Iglesia de Satán no está en busca de nuevos adeptos. Por el contrario, su estructura es demasiado hermética y la mayoría de sus limitantes no gritan a los cuatro vientos su posición como Satanistas.

De hecho, en caso de que alguien quiera sumarse al culto, debe primero leer extensos ensayos acerca de la historia y creencias de Anton LaVey, además de demostrar plenamente que no desea ingresar únicamente por curiosidad.

Aunque la Iglesia de Satán en efecto utiliza el pentagrama como símbolo de identificación –en el que cada pico de la estrella representa un elemento de la Naturaleza– también se desentiende de las cruces invertidas y otro tipo de simbolismos heréticos, desde el punto de vista cristiano, con los que culturalmente se le relaciona.

De hecho, la Iglesia de Satán no adora a ningún ser inmaterial o espiritual. La imagen del diablo con cuernos sostiene, ha sido promovida por sus detractores para infundir miedo en la gente. Satán, como ellos lo entienden, es el hombre mismo, con sus defectos y virtudes. Su filosofía es, entonces, humanista y libertaria, tanto de acción como de pensamiento.

La imagen del diablo, como nos la presenta el cristianismo, ha sido parte de la cultura pop a lo largo de la historia”, sostiene Gilmore. “La ópera, alguna vez, fue parte de la cultura pop y en muchas de ella aparecía Satán como una criatura con cuernos y cola. Después, la imagen ha presentado distintos grados de profundidad: en algunas películas parece un refinado caballero que explora las pasiones humanas y en algunos videojuegos modernos luce como un monstruo infernal sediento de sangre”.

Lejos de molestarse, el Sumo Sacerdote añade, con sorna: “Estas representaciones lucen medievales para la época en que vivimos. Sin embargo, quienes no son cristianos comparten nuestra visión de Satán como un símbolo de dejar atrás la opresión y apoyo a la individualidad. Así lo entendieron Mark Twain y Lord Byron”.

EL DIABLO SE PORTA “BIEN

¿Satánicas? Sí, en efecto lo son. Las Once Leyes Satánicas para la Tierra enuncian principios que no huelen a “diabólicos” por ningún lado: “Cuando estés en el hábitat de otra persona, muestra respeto o mejor no vayas allá”, dice la número 3. “No hagas avances sexuales a menos que te sea dada una señal de apareamiento”, expone la 5. Paradójicamente, cuando decenas de sacerdotes católicos son acusados de pederastia, la regla número 9 de los Satanistas, a la letra reza: “No hieras niños pequeños”.

Al mismo tiempo, otras pudieran sonar agresivas para quienes pertenecen a una cultura compasiva, acostumbrada a poner la otra mejilla: “Cuando camines en territorio abierto, no molestes a nadie. Si alguien te molesta, pídele que se detenga. Si no lo hace, destrúyelo”, manda la regla número 11.

Gilmore explica: “El bien y el mal no existen. La gente califica como 'malo' aquello que es negativo para sus creencias. Se les olvida que, para otras personas, ellas podrían representar lo 'malo'. El terrorismo nos lo ha demostrado, pero poca gente ha puesto atención en ello”.

Incluso, los Satanistas son partidarios del cuidado de la Tierra. “El Satanismo entiende al humano como un animal más sobre la tierra, porque las religiones espirituales lo han dotado de una arrogancia que los creen con derecho a simplemente ‘utilizar’ a otras especies. Para nosotros, es indispensable mirar al planeta como un organismo”.

Los Satanistas tampoco creen en el fin del mundo, ahora que tan de moda está hablar de las profecías relativas al año 2012. Gilmore afirma que ese temor sólo les provoca risa, porque denota su falta de cultura. Los Satanistas ponderan la ciencia, antepone.

Nuestro planeta terminará cuando se destruya nuestro sistema solar. Los Satanistas somos adultos responsables de su destino y perdemos el tiempo con supersticiones”, concluye.

¿ROCK SATÁNICO?

Si bien el Satanismo ha sido ligado a un tipo específico de música, el heavy metal, Peter H. Gilmore, argumenta: “No existe un arte satánico oficial. Yo mismo escucho y compongo música clásica y he encontrado que piezas de Wagner o Shostakovich son mucho más afines a nuestra ideología que el metal. De hecho, muchas de esas bandas escriben muy pobremente y se dedican a blasfemar contra el cristianismo. Eso no los convierte en Satanistas porque el culto al diablo es una invención cristiana. El auténtico satánico es ateo y rechaza todos los cultos”.

Sin embargo, Marilyn Manson fue investido Reverendo de la Iglesia de Satán por Anton LaVey en persona, a lo que el actual Sumo Sacerdote afirma: “Su nombramiento fue para reconocer el dinero que ha hecho, a costa de sus fans, reciclando viejos estereotipos del rock”.

Entrevista al Sumo Sacerdote de la Iglesia de Satán Peter H. Gilmore. (Grand Master of the Church of Satan), Publicada en Playboy México.

SEXUALIDAD SATÁNICA


SEXUALIDAD SATÁNICA
Anton Szandor LaVey

Ha habido mucha controversia en cuanto a los puntos de vista Satánicos sobre "el amor libre". A menudo se supone que la actividad sexual es el factor más importante de la filosofía Satánica, y que la disponibilidad de participar en orgías sexuales es un prerrequisito para convertirse en Satanista. ¡Nada más lejos de la verdad! En efecto, a aquellos oportunistas cuyo interés en el Satanismo no es otro que el de los aspectos sexuales, se les recomienda vivamente que no acudan a él.

El Satanismo defiende la libertad sexual, pero tan sólo en el verdadero sentido de la palabra. En el concepto satánico, el amor libre significa exactamente eso: libertad de ser fiel a una persona o de satisfacer tus deseos sexuales con tantas personas como creas necesario para satisfacer tus necesidades particulares.


El Satanismo no alienta actividades orgiásticas o relaciones extramaritales en personas a quienes no les nace de manera natural.



El Satanismo aprueba cualquier tipo de actividad sexual que tienda a satisfacer adecuadamente nuestros deseos individuales, ya seamos heterosexuales, homosexuales, bisexuales e incluso asexuales, si es por eso por lo que optamos. El satanismo aprueba también cualquier fetichismo o desviación que acreciente la calidad de nuestra vida sexual, siempre que en ello no se vea inaplicado alguien que no lo desee.

El predominio de conductas desviadas y/o fetichistas en nuestra sociedad haría estremecer la imaginación de quienes son sexualmente ingenuos. Hay más variantes sexuales de las que pueden percibir los que no están versados en materia sexual. Ahí está el travestismo, el sadismo, el masoquismo o el exhibicionismo –por no citar sino unas de las pocas desviaciones más predominantes. Todo el mundo tiene alguna forma de fetiche, pero debido a que no se dan cuenta de la actividad fetichista que reina en nuestra sociedad, creen que, si se someten a sus anhelos "antinaturales", son unos depravados.

El Satanismo alienta cualquier forma de expresión sexual que desees, siempre y cuando no perjudiques a nadie más.

LA RAZÓN DE ¿POR QUÉ EL DIABLO?


LA RAZÓN DE ¿POR QUÉ EL DIABLO?
José Cadaveria

Nosotros somos carnales, conocemos y reconocemos nuestra real y caduca carnalidad.

Reconocemos nuestra naturaleza bestial, pero también reconocemos y desarrollamos nuestra “divina” inteligencia y creatividad.

No creemos en aquellos cuentos de hadas con los que son adornadas todas las creencias. Pero apreciamos la fantasía como una parte vital para nuestro desarrollo.

No esperamos un futuro Paraíso, ni tememos a un terrible Infierno después de la muerte, ya que consideramos que la carne y la materia es lo que realmente importa en este mundo tangible. Por eso vivimos aquí y ahora.

Encontramos, en la carnalidad del diablo, nuestra carnalidad, en su bestialidad nuestra bestialidad, en su astucia y sabiduría nuestra astucia y sabiduría, en su brutal honestidad -a pesar de haber sido llamado el padre de la mentira- nuestra honestidad, y en su fantástico mito, nuestra necesaria fantasía, y es por ello, que usamos su imagen como emblema.

UNA DECLARACIÓN DEL INFIERNO


UNA DECLARACIÓN DEL INFIERNO
José Cadaveria

¡Presta Atención! hombre audaz, a las palabras de los Señores del inframundo, pues escuchar la sabiduría que mora en los oscuros rincones del Infierno, no es otra cosa, que aprender a escucharse a sí mismo.

He aquí una verdad blasfema y herética: Toda Sagrada verdad no es más que una corrompida falsedad, así siempre ha sido y así siempre será. La blasfemia no es otra cosa que un mazazo, una cuchillada más dada al cadáver pútrido, de aquello que ha sido y es considerado sagrado.

Si pudiera el hombre oír realmente lo que se cuece en el infierno tan sólo escucharía las risas burlescas de los diablos de allí abajo, provocadas por la estupidez pasmosas de los que estamos aquí arriba.

El hombre creyéndose divino ha manchado el mundo con la simiente de su divina estupidez. La debilidad y la cobardía han sido elevadas a virtudes divinas: el débil antinaturalmente, sobre el fuerte y; la fuerza y el coraje a menudo, tan apreciadas antes, ahora son raras y expuestas como un espectáculo.

Todo lo que el hombre débil y cobarde temía ha sido arrojado al infierno, todo lo que hoy es considerado “Malo” antes era muy “Bueno”. Pero el infierno no puede permanecer cerrado por más tiempo, los hombres de nuevo están explorando sus grutas oscuras y reclaman una respuesta.

Los Cuatro Príncipes de La Corona del Infierno sienten que ya es el momento de rebelarse, a aquellos que portan con orgullo, la marca de la bestia.

En un mundo caótico y embustero es una blasfemia ser honestos y de ordenados pensamientos: ser razonable y responsable.

Hasta aquí nos ha llevado el cadáver pútrido del Nazareno, el hedor a carroña lo impregna todo y todo, ¡Todo! ¡Está corrompido! ¿Aún no es hora de hacer limpieza?, ¿No es tiempo, ya de arrojar a un lado las falsas sabidurías y las leyes enmohecidas?, ¿Acaso, no es en el fondo esto mismo lo que predicaba el falso mesías?

Puede que muchos precisen de las mentiras, para opacar con su perfume la corrupción que a él mismo lo devora, pero no todos desean oler bien. Por la peste es posible conocer donde reside la fuente de la infección y, en este caso los vientos traen este pestazo de diferentes trozos de carroña diseminadas por el mundo, carroña que no ha sido debidamente preparada y ahora, gotea purulenta enfermedad. Viene desde Roma, desde Arabia, de América, desde todos los templos y palacios de justicia, vienen desde todos los tronos y los puestos de poder, por todos lados gotea la inmundicia saciando a los gusanos. Los vientos mueven ese hedor y todo es contaminado a su paso.

Es preciso que los carroñeros devoren toda esa carroña es preciso que el fuego purifique todos esos restos, es preciso un Mal mayor para alcanzar un Bien mejor. Esto puede parecer absurdo, pero error se combate con horror. Pues el horror desnuda las cortinas de falsedad y dejan al descubierto tan sólo la verdad.