SATÁN Y SU IMPERIO


SATÁN Y SU IMPERIO
David R. Ondrejko

Los Satanistas no creen en Satán. Por otra parte, los Satanistas sí creen en Satán. Depende de qué se quiera decir con las palabras “creer” y “Satán”. ¿Creo en una criatura de aspecto gracioso en mallas rojas con cachos y cola? NO. Tampoco creo en la mentira literaria cristiana de que era un Ángel que Jehovah/Yahveh/YHWH arrojó del cielo por ser ambicioso.

Lo que creo es que Satán representa el llamado “lado oscuro” de la humanidad. Representa el egoísmo, la rabia, el deseo, el odio, el orgullo y todas las emociones que se tienen por negativas. Representa tener lo que quieres. No es “real”, en la forma que tú y yo somos reales, o el presidente, o el tipo de la tienda que queda a la vuelta de la esquina. Sin embargo, lo que representa sí es real.

No creo en él de la manera en la que los cristianos creen en su patética deidad. No adoro al Señor Oscuro, ni tampoco busco para que me dé su diabólico sello de aprobación a la forma en como vivo mi vida. YO soy el único ser cuya opinión importa al final. Soy un Satanista porque me place serlo, no porque haya sido amenazado o expulsado de alguna religión.

Satán es tan real como yo mismo lo soy. Es decir, manifiesto un ethos Satánico; Satán se hace real a través de mí. Soy, —y es lo mejor (¿o peor?) que me pasa —la encarnación de Satán mismo.

¿Qué es un ethos Satánico? En su forma más sencilla, es egoísmo puro: total y único cuidado por mí mismo. A veces soy amable con otras personas porque quiero serlo, no porque alguien me esté diciendo que “debería serlo”. Podría lo mismo ser cruel con ellos, y con la misma base moral —fui cruel porque “quise” ser cruel con ellos.

Satán es real porque yo soy real, y somos uno. Su imperio es mi imperio y crece a diario, dándonos gran poder e influencia. La única “adoración” que hago es el darme gusto a mí mismo haciendo lo que quiero hacer.

OZ — LIBER LXXVII


OZ — LIBER LXXVII
Aleister Crowley ©1943

La ley de los fuertes
(Esta es nuestra ley)
y el gozo del mundo


“Haz lo que quieras será toda la Ley”.
“No tenéis ninguna obligación, sino hacer lo que quieras. Haced esto y nadie os dirá que no”.
“Cada hombre y cada mujer es una estrella”.
“No hay más dios que el hombre”.

1. El hombre tiene derecho a vivir según su propia ley.
A vivir de la manera que quiera hacerlo.
A trabajar como quiera.
A jugar con quien quiera.
A descansar con quien quiera.
A morir cuando y como quiera.

2. El hombre tiene el derecho de comer lo que quiera.
A beber lo que quiera.
A vivir donde quiera.
A moverse como quiera sobre la faz de la tierra.

3. El hombre tiene el derecho de pensar lo que quiera.
A hablar lo que quiera.
A escribir lo que quiera.
A dibujar, pintar, tallar, hacer aguafuertes, moldear, construir lo que quiera.
A vestir como quiera.

4. El hombre tiene el derecho de amar como quiera.
Tomar todo lo que desee del amor.
Cuando, donde y con quien desee.

5. El hombre tiene el derecho de matar a quienes le contraríen estos derechos.
“Los esclavos servirán”.
“El amor es la ley, el amor sujeto a la voluntad”.


— Resumen de la Doctrina de Thelema —
Transcrito por Aleister Crowley en una tarjeta postal, c. 1943.

MI OSCURO AMOR SATÁNICO




MI OSCURO AMOR SATÁNICO
Peggy Nadramia ©1993

Veo una puerta roja y quiero pintarla de negro. Soy de las cosas que en la noche hace ¡Bump! Soy Satanista de nacimiento. Soy un flan y no puedes clavarme a ninguna pared; de hecho, arrancaría ésos clavos y te los arrojaría de vuelta. Dime cuán negativa soy, dime cuán llena de odio estoy. No sólo serias estúpido, estarías equivocado.

Drácula amaba a sus novias. El Dr. Frankestein amaba a su criatura. Mi amor Satánico arde ferozmente; es perfecto y sin compromisos.

Primera y necesariamente, me amo a mí misma. Después de todo soy mi propio Dios, y no tengo ningún otro sobre Mí. Soy lo más importante en mi mente; siempre me traigo flores. Algunas veces me doy cuenta que pude haber hecho algo mejor; a veces cometo errores. Es maravilloso como aprendo de éstas cosas; es excitante tener una oportunidad para ser un mejor Yo. Aun cuando me niego algo a mí misma, sin gratificación alguna, siempre es para disfrutar de algo aún más satisfactorio y que a largo plazo, sea más valioso. Por esto odio de forma tan pura e irrevocable cualquier cosa que sea un desperdicio de mi tiempo, energía y atención.

Junto conmigo, amo a aquel que no soy yo, es decir, mi esposo. Él es, en cierta forma, la conciencia en la cual veo un maravilloso reflejo de mi propio Dios; de mí misma. Su amor por mí lo califica con el mejor de los gustos y el mejor discernimiento, después de todo; obviamente sabe qué es lo mejor para Mí. Mis células responden a sus feromonas, y estar alrededor de él, me proporciona un sentimiento elevado de felicidad y bienestar. La forma de su rostro es la visión más querida para mí en éste mundo. Él es mi mentor, mi maestro, mi mejor amigo; he puesto mi entera confianza en él, y la acepta sólo como puede hacerlo un hombre de verdad. Sus esperanzas, sueños y metas también son los míos y por esto odio cualquier cosa que lo angustie o se interponga en su camino. Este odio, es también negro y puro, y como la pólvora puede arder tan brillante y febrilmente como mi amor.

Después, amo a mi tribu, a mi gente, aquellos que son como yo. Pueden ser amigos o familia, pero en mi corazón son mi tribu, y la Llama Negra arde en su interior. Iluminan mis días y me dan alegría con sus logros y sus éxitos; hacen del mundo un lugar más interesante y sólo un Satanista sabe lo que vale éste don. A veces están lo bastante cerca para compartir alimentos, calor o simplemente compañía; a veces están lejos, con su voz en la línea telefónica, o sus palabras en una hoja de papel. Pero siempre están aquí, son parte de mí, son mi gente. No puedo sentir indiferencia hacia los que afligen a mi tribu. Aquel que los ataca, me ataca; el que pone obstáculos en su camino se gana mi ira, mi enemistad, mi odio.

Como una Satanista por naturaleza, estoy felizmente libre del prejuicio judeo-cristiano-islámico contra los animales no-humanos y así es como nunca he dudado que lo que siento y he sentido por mis mascotas es y simple y puro amor. Las amo más de lo que amo a muchas personas; valoro sus vidas mucho más. La Llama Negra de Satán arde oscura y suave en los animales, en su forma más pura y profunda. Me erizo e irrito ante las leyes que otorgan a niños destructivos, indeseados y horribles más derechos de los que tiene mi perra. Ella es mi propiedad y sólo yo puedo protegerla como tal. Un producto de miles de generaciones de procrear para domesticarlos, para convivir con los humanos, no está ni un pelo alejada de su instinto salvaje. Así como aprecio su vida, igualmente desencadeno mi odio en aquellos que serían crueles con ella. Les pelo mis colmillos.

Amo todo lo que me pertenece, todas mis cosas. Amo mis libros, mi música, mi vajilla china, mi cafetera, mi impermeable, mi vieja y suave blusa verde. Odio a cualquiera que robe, destruya o desordene mis cosas; ¿Por qué no habría de hacerlo? ¿Qué valor podría darle a semejante escoria que excediera el que le tengo a mi mug de porcelana, o a mi perfecta bolsa de cuero?

En contingencia con todo esto, amo al mundo. Es tan hermoso, un escenario perfecto para mi Dios, es decir, Yo. Amo las montañas, el mar, los acres de árboles sin una sola casa, las hileras de casas antiguas y encantadoras, los museos, la niebla, mi delicioso alimento, las tardes apacibles, las noches estrelladas. Si tan sólo no existieran todos éstos bastardos anti-vida que quieren joderlo todo, que se odian tanto a sí mismos que tienen que destruir la fuente de su propio sustento. Los odio. Sólo en las profundidades de la Llama Negra en mi corazón se puede saber cuánto los odio y lo que le han hecho al mundo, estos quemadores de libros, esos abusadores de niños, ésta gente que como Charlie dijo, matan cosas que son mejores que ellos. Cuando preguntan por qué odiamos a los cristianos; ¿Podrían entender la respuesta si no aman como lo hacemos nosotros, con éste oscuro y Satánico amor por la vida y el ser?

The Black Flame, Volumen 4, Números 3 & 4, XXVIII A.S.

LOS 21 PUNTOS DE SATÁNICOS


Conrad Robury
The Black Book of Satan

  1. Respeto, no lástima o debilidad, ya que son una enfermedad que hace que los enfermos sean más fuertes.
  2. Prueba siempre su fuerza, de ahí radica el éxito.
  3. Busca alegría en la victoria - pero nunca en la paz.
  4. Gozar de un descanso corto, es mejor que uno largo.
  5. Ser como un segador, pues así se siembra.
  6. Nunca amar tanto alguna cosa que puedas ver morir.
  7. Construir sobre la roca, no sobre la arena y construir, no para hoy o ayer, sino para todos los tiempos.
  8. Lucha siempre por más, la conquista no termina nunca.
  9. Y morir antes que someterse.
  10. Fragua no obras de arte, sino espadas de muerte, de ahí radica el gran arte.
  11. Aprender a elevarte por encima de ti mismo, para poder triunfar sobre todos.
  12. La sangre de los vivos un buen fertilizante para las semillas de lo nuevo.
  13. El que está en lo más alto de la pirámide de cráneos puede ver más lejos.
  14. Desecha lo no amado y trátalo como a un impostor, de lo contrario, esto no acabaría.
  15. Todo lo que es grande está construido sobre tristeza.
  16. Esforzarse no sólo hacia adelante, sino hacia arriba, la grandeza reside en las alturas.
  17. Ven como un firme viento fresco  que rompe, sin embargo crea también.
  18. Permitir que el amor de tu vida sea un objetivo, pero que TU meta más alta sea la grandeza.
  19. Nada es hermoso salvo el hombre, pero más hermoso de todos es la mujer.
  20. Rechaza todas las ilusiones y las mentiras, porque obstaculizan a los fuertes.
  21. Lo que no mata, hace más fuerte.