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ACERCA DEL CONCEPTO DE LA METAFÍSICA

 

Por lo «metafísicamente dado», nos referimos a cualquier hecho inherente a la realidad como tal, aparte de una acción humana (ya sea mental o física), en contraposición a los «hechos producidos por el hombre», es decir, objetos, instituciones, prácticas o reglas de conducta que son de origen humano.

El intento de alterar la naturaleza de lo metafísicamente dado lo describe Ayn Rand como la falacia de «reescribir la realidad». Quienes la cometen consideran los hechos metafísicos como no siendo absolutos y, por lo tanto, se sienten libres de imaginar una alternativa a ellos.

En el momento en que dices de un hecho metafísicamente dado: «es», aunque sólo digas eso, toda la metafísica Objetivista está implícita. Si el hecho es, es lo que es (la ley de identidad); es lo que es independiente de la consciencia, de los deseos, las esperanzas, los miedos de cualquiera o de todos (la primacía de la existencia); y es legítimo, es inherente a las identidades de las entidades relevantes (la ley de causalidad). Dadas las circunstancias implicadas, tal hecho es necesario; tenía que ser; cualquier alternativa habría implicado una contradicción. En breve, una vez que dices sobre un hecho metafísico: «es», eso significa que, dentro de las circunstancias relevantes, es inmutable, inexorable, ineludible y absoluto. «Absoluto» en este contexto significa que es necesitado por la naturaleza de la existencia y, por lo tanto, inmutable por cualquier acción humana (o cualquier otra) . . .

El intento de alterar la naturaleza de lo metafísicamente dado lo describe Ayn Rand como la falacia de «reescribir la realidad». Quienes la cometen consideran los hechos metafísicos como no siendo absolutos y, por lo tanto, se sienten libres de imaginar una alternativa a ellos. En efecto, consideran el universo como si fuera simplemente un primer borrador de la realidad, que cualquiera puede decidir reescribir como le venga en gana.

Un ejemplo muy común nos lo proporcionan quienes condenan la vida en la Tierra porque el hombre es capaz de tener fracasos, frustraciones y sufrimientos; son quienes anhelan en vez de eso un mundo en el que el hombre no conoce más que la felicidad. Pero si la posibilidad de fracaso existe, entonces necesariamente existe (es inherente al hecho de que lograr un valor depende de un curso de acción específico, y que el hombre no es ni omnisciente ni omnipotente en cuanto a tal acción). Cualquiera que mantenga el contexto completo —que tenga en cuenta la identidad de todas las entidades relevantes— sería incapaz de imaginar ni siquiera una alternativa a los hechos tal como son; las contradicciones que tal proyección implicaría lo aniquilarían. Los que reescriben, sin embargo, no tienen en cuenta la identidad; ellos son especialistas en suspirar, fuera de contexto, por un «cielo» que es lo antónimo de lo metafísicamente dado.

-  “La filosofía de Objetivismo”, Cátedra por Leonard Peikoff


SOBRE LA INCERTIDUMBRE DE LA EXISTENCIA DE DIOS

 

Si en una sala llena de gente usted preguntase “¿Cuántos aquí creen en la existencia de Dios?”, dudosamente recibirá una respuesta homogénea. Descubrirá que algunos creen, otros no, y otros no estarán del todo seguros. Si, en cambio, usted preguntase “¿Cuántos aquí creen en la existencia de un fruto llamado banana?”, la respuesta será unánime. Cualquier persona, no importa si nivel cultural, sabrá lo que es una banana. Incluso si nos encontrásemos con el insólito caso de que alguien no conoce lo que es una banana, sería muy fácil demostrarle y explicarle su existencia. De lo cual se concluye que existe más evidencia de la existencia de bananas que de Dios.

Un sacerdote que haya decidido dedicar su vida a Dios, ha decidido dedicar su vida a algo que la Humanidad en su conjunto jamás definió si realmente existe. Su vida tendría más sentido si la hubiese dedicado a adorar bananas, pues nadie duda que éstas son reales.

Malgasta su tiempo quien lo dedica a algo improbable. Quienes se entusiasman con quimeras invisibles tarde o temprano se tropiezan con la brutalidad del mundo material. Quienes buscan una vida de provecho, la dedican a lo tangible y visible. Muchos dudan del espíritu. La carne, en cambio, es real e inapelable.


YO... YO... YO...

 Yo soy. Yo pienso. Yo quiero. 

Mis manos. Mi cuerpo. Mis pensamientos. Mi corazón. Mi cielo. Mi selva. 

Esta tierra es mía. 

Mía... mía... 

Yo soy. Yo pienso. Yo quiero.

 ¿Qué he de decir, después de estas palabras? ¿Las otras son inútiles y sin significado? Este es el Fin y la Respuesta. Este es el sacramento y la santidad de todas las santidades. Este el sello que el hombre ha impreso a través de los cielos del universo. 

Yo soy. Yo pienso. Yo quiero. Estoy aquí, en la cumbre de la montaña. Levanto la cabeza y alargo los brazos. Este mi cuerpo y este mi espíritu en mi cuerpo, son el fin de todas las interrogantes, y el objeto y la gloria. ¡Eso es! Yo soy la meta y la razón de todas las cosas. Pero no me hacen falta razones para vivir y ni siquiera palabras que sancionen mi vida. Yo soy la razón y la sanción. Yo, mi cuerpo y mi espíritu. 

Son mis ojos los que ven, y la mirada de mis ojos confiere belleza a la tierra. Todas las cosas llegan a mi juicio y yo peso todas las cosas y les doy validez con mis “Sí” o con mi “No”. Así nació la Verdad, y sus ramas y sus hojas, esta es la fuente y el océano de toda la Verdad, esta es la base y el vértice de toda la Verdad. Yo soy el juez. Yo soy el que mide y pesa. Yo soy el principio de toda la verdad. Yo soy su fin.

Mi vida es oscura, pero la estrella que me guía está dentro de mí. La estrella que me guía es la brújula con la barrita imantada que me indica el camino. Lo indica para toda la eternidad, pero en una sola dirección. Me lo indica a mí. 

Yo pienso. Mi pensamiento es el camino, la ruta y el viajero. Mi pensamiento es mi templo y mi fortaleza. Mi pensamiento es mi dios y el sacerdote y el guerrero. Mi pensamiento es mi altar y la espada en mi mano. No lucho más que con mi mano y mi espada. 

Donde yo voy va, antes que yo, mi voluntad. Mi voluntad que elige y ordena y crea. Mi voluntad, la dueña que no conoce dueños. Mi voluntad, la liberadora y conquistadora. Mi voluntad que es una llama sutil, firme y santa, en el relicario de mi cuerpo que es el relicario de mi cuerpo que es el relicario de mi voluntad.

 Muchas palabras me han sido concedidas, y algunas son sabias y otras falsas, pero sólo tres son sagradas: ¡Yo lo quiero!


SOBRE LOS TRABAJOS DEL SENDERO IZQUIERDO

Usualmente cuando leo de aquellos quienes no están inmersos dentro del sendero izquierdo, comentan que "¿cómo uno puede alcanzar la "iluminación" si en lugar de ir "arriba", se quedan "abajo"?", "¿cómo pueden alcanzar iluminarse con la oscuridad?", "¿cómo puede un practicante del sendero izquierdo, trascender la muerte con dioses de oscuridad?"


Entiendo que no logren comprender cómo es que en la "oscuridad" se puede encontrar sabiduría. Desde luego, es algo que uno debe vivir y atravesar para poder entenderlo. 

Desde luego y es pertinente aclarar antes de continuar que hablo a título personal y no bajo la denominación de alguna corriente esotérica en particular. Es un camino y la experiencia que he tenido en mi trabajo dentro del sendero siniestro. Es por ello que no puedo hablar por todos y tampoco negar que hay quienes, como en todos lados, caen en el fanatismo, la irreverencia, la locura y la esquizofrenia. 

Para empezar, uno debe transgredir y rebelarse ante los dogmas y la moral; no se trata de "ir hacia la luz", sino de "ir hacia uno mismo". Cuando referimos a "bajar hasta lo más hondo", no se refiere a bajar a un pozo sin fondo o hasta los confines del universo (ya que este no tiene pues constantemente se sigue expandiendo). No, esta filosofía va mucho más allá de una simple analogía de "blanco" o "negro".

A saber, la oscuridad representa la matriz cósmica, el centro cósmico y las aguas primordiales de donde surge todo. Ahí, en donde ha devenido la existencia, se puede encontrar una forma de volver a "acceder" a las capacidades y potencias como si de una propiedad "totipotencial", como poseen las plantas, fuera así análoga en nuestro Ser.

¿A qué me refiero? 
Cuando uno hace meditación, lo hace para dos cosas: para ir a dentro de uno mismo y liberarse de condicionamientos. Esta forma de entrar en uno mismo, dentro de la oscuridad nos permite llegar a un estado en donde podemos atravesar estas fuerzas caóticas que muchos no se atreven a engullirse, y que en lugar de meterse a la boca del dragón o a la cueva de las serpientes, buscan sacarle la vuelta y esperar a que, eventualmente, puedan obtener dichas fuerzas para su lucha. No, el sendero izquierdo no es así. 
Nosotros como seres en consciencia activa y en desarrollo, sabemos que las capacidades latentes en desarrollarlas, están única y exclusivamente en nosotros. Así lo llames tolerancia, resistencia o virtud, todo eso lo podemos encontrar en nosotros mismos utilizando técnicas o herramientas que nos enfrenten a las circunstancias que nos harán enfrentarnos a nosotros mismos, como bien lo he dicho muchas veces, al calor de las brasas. 

No se trata de "descender" y quedarnos ahí. No, se trata de "ir hacia lo más profundo e interior de nosotros" para, desde ahí, comenzar nuevamente el desarrollo y progreso como una deconstrucción, como un desaprendizaje para un nuevo aprendizaje. Esta forma de auto-terapia, lo que busca es que el individuo se ponga en contacto gracias a los dioses, seres o entidades oscuras que nos permiten enfrentarnos a nuestros infiernos y a los "susurros" del propio Ego (Eliphas Levi). 

Pero, ¿por qué alguien cuerdo quisiera enfrentarse a los demonios?
Porque los demonios, de una forma metafórica y metafísica, no son únicamente una energía externa que puede ser evocado o invocada; son una analogía a nuestros "demonios internos", que bien deben ser dominados antes de que estos nos dominen a nosotros. No hablo de un acto de posesión, sino de auto-dominio en donde se les hace frente, pero no como enemigos a destruir, sino como una forma de nosotros para equilibrar e integrar y poder aprovechar. Bien lo decía Carl Jung sobre la sombra, como un aspecto inconsciente de nuestra personalidad que no "reconocemos", pero que ahí están, y que una vez hecho conscientes, podemos convivir con nuestra luz y nuestra oscuridad y, además, poder usarla. 

¿Qué la perspectiva es diferente a los senderos de luz?
Claro que si. Es eso lo que lo hace propia y única y no pretendemos usar sus mismos códigos, herramientas o formas de trabajo. Tenemos otros, los nuestros, los que desarrollamos y trabajamos en lo personal como en lo privado, como ustedes y como todos los tenemos. No busco una separación ni etiquetar como contrarios o enemigos, más bien, como compañeros de otros senderos. Sin más, sin lucha de egos ni vanidades. Al final del día, la noche y de la vida, solo nosotros responderemos por nosotros mismos. Así que “estos dioses oscuros”, son otra forma de trabajar mi propia divinidad. Tal vez no te guste y choque con lo convencional, pero estamos conscientes que no debemos darle gusto a nadie. Es eso, lo que nos hace ser auténticos y rebeldes.

En las mitologías, los dioses sabían sus capacidades, sus poderes y sus habilidades. Pocos eran los dioses quienes no conocieran sus propias fuerzas, inclusive cuando se llenaban de alguna como de la ira o de la venganza, eran capaces de sorprenderse a sí mismos. No obstante, nosotros quienes vemos el potencial de un dios en nosotros mismos, como seres "cósmicos" y en consciencia en desarrollo, debemos también reconocer estas fuerzas internas y dejarnos llenar para controlarlas. No por nada Nietzsche lo decía: "¿cómo podrías renacer sin haberte convertido en cenizas?".

Así como en la cábala se habla de una simpatía, de una sincronicidad con las fuerzas teúrgicas y "mágicas", así en el sendero izquierdo hablamos de estos estados que podemos alcanzar para conectar con estas fuerzas internas, ya sea si las ves desde una forma filosófica o mágica, son y residen dentro de nosotros porque, si somos capaces de entenderlas, también podemos ejecutarlas. La diferencia, sin embargo, depende 100% de nuestro trabajo personal, individual, constante y diario que tenemos que hacer.

Del mismo modo en cómo un practicante del "sendero derecho" se tardaría en conectar con tal o cuál deidad, así nosotros también tenemos nuestro tiempo y nuestro momento para poder acercarnos a estas fuerzas. Desde luego, en algunos casos toma años porque la deconstrucción del individuo no es algo con lo cual natamente sepamos como hacerlo progresivamente como si de una técnica ya estandarizada para todos se pudiese copiar. Existen rituales, existen meditaciones, prácticas esotéricas y mágicas que nos permiten llegar a ello y, a diferencia de la "disolución" en el todo o en el Dios externo, la idea de nosotros es la exaltación y divinización de nuestro Ser; es decir, de alcanzar un estado en donde no tengamos que obedecer a una "causa superior" porque nosotros SOMOS esa causa superior. 

Muchos dirán que esta pretensión es imposible y que lo único que logrará será crearnos un Karma que nos desterrará para siempre de la "unidad" completa del Ser. Claro, eso mismo dice la iglesia y su dogma cristiano, el talmud, la tora, todas las corrientes judeo-cristianas. Personalmente no tengo problema con ello, por la simple razón de ser una anti-religión, pero no en su sentido "diabólico" de querer destruirlas como lo hacen los extremistas del islam o los fanáticos religiosos realizan con su sincretismo. 

No, esta amenaza, no es nueva. Los practicantes del sendero izquierdo buscan su propia espiritualidad y su propio camino, a su modo y a sus enseñanzas. Me queda claro que tantos años con sus enseñanzas deba estar bien cimentado y fundamentado con todo su egregor y con todas sus energías bien explicadas y justificadas, pero, así como empezaron de la "nada" y descubrieron su "verdad", así nosotros los caminantes del sendero oscuro es lo que buscamos del mismo modo. 

No es un camino fácil ni tampoco sencillo, sin embargo, es reconfortante cuando logras ver tus avances propios y que, cuando se te presentan vicisitudes, por ti mismo las puedes superar, y ver que ya no necesitas de un rezo, de un mantra, de pedir a los dioses porque tú mismo has logrado obtener una fuerza como un dios y salir avante de la vicisitud. Claro está que debemos comprender que no se trata de soluciones mágicas e instantáneas. Que infantil es pretender que así es como opera el sendero izquierdo, como lo mismo opera para los conocedores del otro sendero.

Tampoco quiero que se dé a entender que son caminos completamente "antagónicos" porque, así como la luz necesita de la oscuridad para existir, así la oscuridad, en cierto modo, necesita de la luz para "existir". Ya que, por ejemplo, si viviéramos en la única "oscuridad", le llamaríamos de otra forma y no "oscuridad" porque no hay una "contra-parte" aún sabida. 

De cierto modo, este camino busca también llegar a una madurez en donde se entienda que no se puede vivir sin sombra y sin oscuridad. Un caminante sabe que no puede hacer a un lado los sentimientos de la ira, el rencor o la venganza, pero entiende que es responsable de saber cómo usarlo, cómo canalizarlo y como evitarlo. Si es un desgaste absurdo y algunas veces tonto el desperdiciarlo, será entonces de alta consciencia simplemente "hacerse a un lado" o "liberarlo" de una forma en que no le afecte a él ni a otro. Por eso es que el sendero de la mano izquierda requiere madurez, no para enaltecer el ego ni la soberbia, sino para hacer un trabajo en solitario y responsabilizarse de sí mismo, de cada acto, de cada pensamiento y de cada sensación. 

Este libre albedrío se obtiene única y exclusivamente a través del conocimiento, y a mayor conocimiento de uno mismo más libre es. Este poder sobre mi propia existencia me otorga la capacidad de ser un creador de mi realidad, por diversas herramientas y formas y, del mismo modo, construir (filosóficamente), mi propio universo. Pretender ser un Dios y crear un "sol de la nada" es por demás ridículo y absurdo porque ni ellos mismos puede hacerlo, y desprestigiar este camino como desprestigiar el otro, solo demuestra una completa ignorancia e ineptitud por parte del practicante, porque bien sabe que el trabajo del individuo siempre debe ser integral, debe trabajar y reconocer tanto su luz como su oscuridad y, eventualmente y si así lo desea, poder trabajar la forma que mejor le parezca. Es por ello que puede ser intrusivo, grotesco y amenazante para muchos, pero para quienes ya hemos vivido este infierno y esta oscuridad, la muerte y otros seres son solo otros guías y “maestros” más.

Desde luego el resultado siempre ha sido, es y será, un trabajo propio y personal, y aunque puedan existir órdenes con distintas corrientes y con distintas deidades guías, siguen siendo únicamente conductores de almas que, conscientes o inconscientes, mueven el mundo de los adeptos. 

¿Cuál es nuestro fin? 
Dejar de someternos ante los condicionamientos culturales, religiosos, morales y éticos de otros para, formar nuestro propio camino libre, que se llene de sí mismo de cultura, moral y propia ética. 

Explorar esta oscuridad, entonces, no es ir hacia "abajo", es ir "hacia lo profundo" de nosotros mismos, y entre más profundo entremos, más conoceremos de nosotros mismos y ya no será el "dios externo", "suprema consciencia" o como gusten llamarle, el "único" que conocerá "cuántos cabellos tenemos sobre la cabeza". 

Ya, por último, no todas las corrientes dentro del SMI son iguales y mucho menos persiguen lo mismo, que aunque parecido, algunos resaltan ciertos aspectos más que otros, como la gnosis, un sentido de auto-supervivencia o bien de la auto-empoderación. Pensar que negamos la luz por ser luz es absurdo, porque nosotros la encontramos en otra fuente, que es la de nosotros mismos.

¡FUERA EN EL NOMBRE DE JESÚS!

Así que fue como cuando tenía alrededor de 15 años cuando un evangelista que mencioné en trabajos anteriores había convencido a mi madre de que, de hecho, estaba poseído. Entonces, un miércoles por la tarde, fui llevado a la iglesia temprano para que rezara por mí (aparentemente esto consiste en un hombre adulto parado sobre mí con las manos extendidas, murmurando en voz alta en un galimatías medio-oriental). Entonces, siendo yo el bromista que era, decidí meter la mitad de un alka seltzer -que llevé por momentos en los que me podría hacer espuma de la boca... ya sabes, cosas normales de adolescentes- en mi boca.  Miro hacia atrás y caigo al suelo, todo mientras hago mi mejor impresión de respiración agonal (una inhalación fuerte y grave de Death Detal) y destrozo toda su oficina. Cuando destrocé sus cosas, su fervor religioso se hizo cada vez más fuerte, mientras "oraba en lenguas".


Cuando finalmente me quedé sin efervescencia, volví a la silla, mis ojos se volvieron hacia adelante y con una mirada inocente y confusa le pregunté, "¿qué acaba de pasar?".

Ahora, sí, esto podría ser considerado como nada más que una broma infantil por alguien que no me conoce lo suficiente, después de todo, tenía 15 años, pero aprendí algunas lecciones valiosas de este pequeño juego sobre cuán lejos conducirá la fe a algunas personas: a) hacen algunas cosas espeluznantes y abusivas a los niños, y B) conducen a una persona a él tan asustada por la broma de un niño como para realizar todo tipo de rituales tontos sobre ellos con la esperanza de asustar al hombre del saco. Más o menos me dejó tranquilo después de eso, salvo por un encuentro más que mencionaré en otro trabajo.

¿Realmente podría ser? ¿Era eso todo lo que sería necesario para que se fuera? ¡Si por supuesto que no! Aunque mantuvo su distancia de mí personalmente, no le impidió clavar sus garras más profundamente en mi familia por medio de mi madre. Con mucho, el daño más grande y más duradero que causó fue crear una brecha entre mí y el único padre que realmente tuve en la vida. Quiero decir, mientras escribo esto, me acerco a mi 35 cumpleaños, y todavía hay una gran división entre las realidades que mi madre y yo experimentamos, todo por cortesía del adoctrinamiento religioso. Así que ya ves, ¡no es el satanismo el responsable de mi desdén por él, sino el comportamiento de los religiosos mismos! De hecho, ni Anton LaVey ni ningún otro satanista que valga la pena han alentado mi odio hacia los profundamente religiosos. Más bien me han animado a sacarlo de mi mente, en el que este pequeño ensayo es un intento. Así que deja que esto sirva como una purga para mí, y una historia de advertencia para todos los demás, para que no te permitas ser presa de los sin espinas.

Daniel Joseph

SER SATANISTA

SER SATANISTA

Ser Satanista no es el cliché de vestir de negro, portal cruces invertidas y escuchar Black Metal. Esto no nos representa, aunque es cierto que los Satanistas compartimos en ocasiones ciertas afinidades en cuanto a nuestras preferencias y gustos, pero no todos los Satanistas se representan con un modelo en específico, de hecho, como dice Peter Gilmore, hay buenas piezas de música clásica que encajan en el arte satánico.


Ser Satanista trasciende a este estereotipo, no son los rituales lo que te hace ser un Satanista, no es el Black Metal, no es vestir de negro, no es asistir a un apretado club social o grotto Satánico.

Hay muchos Satanistas quizá al lado tuyo, el vecino de enfrente quizá, quizá el compañero que ahora mismo trabajan al lado tuyo en la oficina, en el taller, en un hospital, una escuela, atendiendo un negocio propio quizá, o trabajando en cualquier sitio aportando cada vez más a la construcción de una sociedad productiva y responsable; haciendo más por la sociedad que el párroco del templo del crucificado o que el tonto que se cree piadoso por rezar a veinte santos diferentes por veinte causas diferentes.

El hecho es que ser Satanista no se reduce a un estereotipo de persona, sino que lo que mejor representa a un Satanista es su proceder en la vida, su filosofía, su manera de pensar.
Ser Satanista también es un estilo de vida.


¡NO HABLARÁS A MENOS QUE SE TE HABLE!

¡NO HABLARÁS A MENOS QUE SE TE HABLE!

Sé que la regla número uno de las Once Reglas Satánicas de la Tierra dice que un satanista no debe "dar sus opiniones o consejos a menos que se le pregunte". Sin embargo, dado que usted, querido lector, está leyendo este ensayo, voy a suponer que ahora ha dado su consentimiento a mi opinión, así que aquí va.


He tenido que aprender de la manera difícil sobre la importancia de la regla anterior.

Sí, esta ha sido una de las reglas más difíciles que debo seguir. Para dar una idea de cuánto luché con esto mientras crecía, parafraseando a uno de mis maestros de secundaria, "el niño de opinión con un alto coeficiente intelectual". Desarrollé la costumbre de decir siempre lo que pensaba, muchos disgustos de mi madre y otras personas. Si tenía una idea, por lo general la emitiría, y con poca o ninguna consideración sobre si me ayudase a largo plazo. Si pensaba que era verdad, se decía. Esta fue la fuente de muchos problemas para mí y, a veces, atrajo a los matones. No fue hasta que descubrí ese pequeño libro negro tan especial que este mal hábito (en su mayor parte) se rompió en un millón de fragmentos irreparables. A veces surge ese deseo de dejar salir mi opinión, pero luego pienso en los principios de la magia menor como se describe en La Biblia satánica.

La sabiduría que imparte la primera regla es que guardar silencio es una herramienta esencial en la magia menor. La habilidad de saber cuándo hablar, y de reconocer cuándo permanecer callado, es clave para que los que lo rodean adivinen. Si, como dice el adagio, el conocimiento es poder, entonces ¿por qué le darías fuerza a tus enemigos al impartirles el conocimiento acerca de ti mismo? ¡Es como darles un arma para usar contra ti! Al mantener a tus enemigos en la oscuridad, ahora puedes atacar cuando sea necesario para que puedas salir victorioso. Tal vez, si conociera los escritos del Dr. Lavey durante mis años de formación académica, podría haberme salvado de la omnipresente swirly, o (insensiblemente llamada) quemadura india.

Además, como me gustan los viejos refranes, concluiré mi pequeño ensayo parafraseando uno: "¡Mantengan a sus amigos cerca y sus enemigos adivinando!"

ACERCA DE LA ELECCIÓN DE DEMOSTRAR


ACERCA DE LA ELECCIÓN DE DEMOSTRAR O NO DEMOSTRAR 
LA INEXISTENCIA DE DIOSES
Alberto A F. Reyes

No es tarea del Satanista demostrar la inexistencia de dioses diosas o santos de la religión que sea. Esta emancipación es de carácter personal, en este sentido guárdese usted de cometer estos errores en la medida que le sean posibles no obstante la estupidez teísta sea irritable, en ocasiones es totalmente comprensible su grado de irritabilidad, pero aun así hay dos razones para guardarse de esto.

La primera, no es correcto influir en las libertades de otros, incluso en su libertad de creer cualquier cosa o en cualquier cosa por boba que sea.

La segunda, no ganará nada y en cambio gastará energía y tiempo en tratar de ilustrar a quien no desea ser ilustrado, (tenga en cuenta que la verdad es subjetiva). Esa es una gran pérdida sustancial ya que ese tiempo precioso que pudiese haber ocupado de cualquier otra forma (incluso holgazaneando) es desperdiciado y ese es un bien irrecuperable.

Usted debe saber lo irritable que es una actitud fanatista de cualquier clase, guárdese por tanto de crear una mala imagen a su persona pues lo podrían acusar de esto aun cuando se esté lejos de pretender serlo.

El proceso de emancipación, de cualquier idea, dogma, o principio equívoco debe ser personal en términos de que el individuo conozca lo que le conviene.

Si es que no se ha sido toda la vida atea puede ser complicado este proceso por la serie de dogmas aprendidos en la infancia, como dice Karl Jung "No es posible despertar a la conciencia sin dolor. La gente es capaz de hacer cualquier cosa, por absurda que sea, para evitar enfrentarse a su propia alma". Reconozco que es difícil enfrentar a la realidad cuando se tienen una serie de principios cultivados erróneamente en la infancia. Ese proceso por el que este tipo de ateo pasa por eso suele ser complicado por el conflicto emocional que trae con sigo. Suele ser más sencillo para quien toda la vida ha sido ateo por que se ha criado como librepensador sin necesidad de dogmas.

El Satanismo es una corriente Filosófica egoísta, no es para todos pero está al alcance de todos, incluso se puede ser Satanista sin siquiera tener idea de serlo porque el verdadero Satanista es un -ateo responsable- en toda la extensión de esa afirmación. Se puede ser Satanista y no tener idea de lo que positivizó LaVey en sus ensayos por qué ser Satanista es un estilo de vida, y ha existido desde siempre, sin nombre o con otros nombres.

DEDICACIÓN A SATÁN


DEDICACIÓN A SATÁN
Para vender tu alma en un ritual individual
Lady Moria ©1998

Un ritual es un medio poderoso para construir un puente entre una situación ya pasada y una nueva; entre muchas personas que hasta hace muy poco se han dado cuenta que son Satanistas, y que casi siempre carecen de experiencia en el campo de la magia, han expresado su deseo de realizar un ritual individual para confirmar y ratificar su alianza con Satán. Lo que sigue a continuación es solo un ejemplo, cada individuo puede realizarlo como quiera.

Ya que no todos los “principiantes” tienen a su disposición un altar completamente equipado, he tratado de hacer un ritual con tan pocos elementos como me fue posible.

Primero has de encontrar un lugar donde realizar tu ritual, sea externo o interno, donde tengas la seguridad de que no vas a ser interrumpido. Se recomienda una oscuridad absoluta. A continuación planeas la hora en la que vas a llevar a cabo tu ritual, y el tiempo que te vas a tomar; asegúrate de tener algo de tiempo libre antes del mismo, para que te prepares físicamente.

ARTÍCULOS RECOMENDADOS PARA EL RITUAL.
Por lo menos una vela negra.
Una imagen del Baphomet, La Cabra de Mendes o un pentagrama "inverso".
Una mesa pequeña, un mantel o algo que haga las veces de altar.

Puedes decorarlo con una tela negra, parte de la cual puedes extender en el suelo. Posiblemente tengas otros objetos que puedan serte útiles, como por ejemplo algún ornamento craneal, una bonita daga, una campana, un cáliz... Si no conoces la dirección de los vientos, cómprate una brújula, no es muy cara y puede serte útil. Construye el altar en el lugar que has elegido. No enciendas la vela todavía.

Si realizas el ritual al aire libre, éste será el segundo paso.

VÍSTETE PARA EL RITUAL.
Elige la ropa que creas que expresará mejor el ambiente y la solemnidad de la ocasión. Tal vez desees comparecer desnudo ante Satán. Tienes que ser tú mismo. Puede que quieras ayunar antes —no hasta quedar exánime —o bien quieras bañarte, untarte algo de colonia, si eres mujer algo de maquillaje. No comiences el ritual si antes has estado bebiendo licor.

AHORA ESTÁS LISTO PARA COMENZAR.
Entra a la estancia, enciende la vela con un fósforo y si tienes una campana, que suene nueve veces. Si no tienes campana, puede que la reemplazes con un trozo de cristal y una cuchara (de plata). Puedes tomar la posición que desees y concentrarte tanto tiempo como creas necesario para aislarte del mundo y estar en el aquí y el ahora para el poder que estás a punto de invocar.

Comienzas con la Invocación:

In Nomine Dei Nostri Satanas Luciferi Excelsi!

En el nombre de Satán, Señor de la Tierra,
Rey del Mundo, ordeno a las fuerzas de la
oscuridad que viertan su poder Infernal sobre mí!
Abrid las puertas del Infierno de par en par
y salid del abismo para recibirme como su
hermano y amigo!

Concedédme las indulgencias de las que hablo!

He tomado tu nombre para que haga parte de mi!
Vivo como las bestias del campo, regocijándome
en la vida carnal! Favorezco al justo y maldigo lo podrido!

Por todos los Dioses del Averno, ordeno que lo que digo ha de suceder!

Salid y responded a vuestros nombres, manifestando mis deseos!

Oh, escuchad los nombres!

(volteas hacia el sur)
Satán!
(volteas hacia el este)
Lucifer!
(volteas hacia el norte)
Belial!
(volteas hacia el oeste)
Leviatán!

Los Cuatro príncipes de la Corona del Infierno corresponden respectivamente a los elementos de fuego, aire, tierra y agua. Puedes saludarlos personalmente o expresar tu afiliación con los elementos respectivos. Si utilizas una daga o espada, señalas hacia los cuatro puntos cardinales, como si fuese una extensión de ti mismo.

A continuación sigue tu parte, la razón por la cual estás ahí. Lo que sigue a continuación es una vez más, nada más que un ejemplo. Puedes quedate de pie, o sentarte en el suelo, como mejor te parezca. Tu y satán tienen todo el tiempo del mundo. Por lo tanto, tómate ese tiempo para exponer lo más profundo que hay en ti, y expresar tus pensamientos y sentimientos. No te guardes nada. Si notas la más mínima señal de miedo inherente a lo que estás haciendo, expresa ese temor y tu deseo de librarte de él. Sé honesto en todos los aspectos. No puedes y no necesitas engañar a los Poderes de la Oscuridad.

Poderoso Satán, antiguo Señor del Mundo,
esta noche estoy ante Ti para declarar y confirmar
mi alianza contigo.
Verdaderamente he tomado Tu nombre como
parte de mí mismo.
Siempre ha sido así, pero he vivido mucho tiempo
ignorante de mi naturaleza.
Estoy agradecido de saber quién y qué es lo que soy.
Estoy orgulloso de llamarme Satanista!

Poderoso Satán, estoy ante Ti con todo lo que tengo.
Te ofrezco mis dones y aptitudes, mis talentos y
capacidades, mis habilidades, mi vida.
(nombra tus talentos y lo que quieras, y puedas,
ofrecer en el nombre de Satán).
Y aún así no tengo nada que ofrecer que no haya sido
Tuyo desde el principio, sólo con esta diferencia,
que ahora soy consciente de Ti.

Gracias por la paciencia que has tenido conmigo
hasta ahora, estuve alejado todo el tiempo.

Arrojo de mí todas las mentiras y los falsos dioses
en los cuales creí alguna vez y te pido que me muestres
la verdad, Abre mis ojos, Satán, mis oídos, mi boca,
mi corazón y mi cerebro, y usa lo que tengo para
beneficio de Tu mundo.
Dame el coraje y la fuerza para representarte y
no me dejes inclinar otra vez a los valores del rebaño
y los pecados heredados.
Dame inteligencia y razón Satánica.
Enséñame cómo vivir en la plenitud de la carne,
disfrutando todo lo que es Tuyo.
Guíame, Oh Satán, al Sendero Siniestro.
Quédate conmigo en todo lo que haga.
Abre las puertas de la magia y enséñame la
Sabiduría Antigua.

Te agradezco por llamarme.
Te agradezco por ser digno de Tu presencia.
Todos mis días hasta el último que me quede,
buscaré trabajar por la perfección de mi
relación y mis lazos contigo.

Shemhamforash!

Salve Satán!

Salve Lucifer!

Salve Belial!

Salve Leviatán!

Salve, todos los espíritus con nombre o sin nombre,
de las profundidades del Abismo, que están conmigo.

Si quieres, puedes leer una ClaveEnoquiana (las encontarás en La Biblia Satánica de Anton Szandor LaVey). Haz la invocación con ganas, con todo tu corazón y toda tu alma. Siente los efectos del sonido que hay en ti y en el espacio que te rodea, y disfrútalo; ésta es tu realidad más profunda!
Para éste ritual te resultarán muy útiles la Segunda y la Decimoctava de las Claves Enoquianas.
Ahora guarda silencio por el tiempo que creas conveniente; porque ahora estarás en presencia de Satán!

Por último, concluye tu ritual con las palabras:

¡Así será!

...Y de la misma forma que iniciaste, puedes agradecer y despedir las Fuerzas que evocaste, dirigiéndote a cada punto cardinal, desde el oeste hasta el sur, expresando tu gratitud y apreciación personales a cada punto.

Extingue la llama de la vela y abandona la estancia. Toma un descanso antes de volver a tu estado inicial.

©1998 Lady Moria

LAS ONCE REGLAS SATÁNICAS DE LA TIERRA




Anton Szandor LaVey ©1967

I. No des tu opinión o consejo a menos que te sea pedido.
II. No cuentes tus problemas a otras personas, a menos que estés seguro que quieran oírlos.
III. Cuando estés en el hábitat de otra persona, muestra respeto o mejor no vayas allí.
IV. Si un invitado en tu hogar te enfada, trátalo cruelmente y sin piedad.
V. No hagas avances sexuales a menos que te sea dada una señal de apareamiento.
VI. No tomes lo que no te pertenezca a menos que sea una carga para la otra persona y esté clamando por ser liberada de la misma.
VII. Reconoce el poder de la magia si la has utilizado con éxito para lograr tus deseos. Si niegas el poder de la magia después de haberla utilizado con éxito, perderás todo lo que has conseguido.
VIII. No te quejes sobre algo que no tenga relación contigo.
IX. No hieras niños pequeños.
X. No mates animales no-humanos a menos que sea en defensa propia, o para alimentarte.
XII. Cuando camines en territorio abierto, no molestes a nadie. Si alguien te molesta, pídele que se detenga. Si no lo hace, destrúyelo.