LA INQUISICIÓN OBRANDO


LA INQUISICIÓN OBRANDO

En pleno siglo XXI, aún hay imbéciles sometidos. Han pasado muchos años desde que La Santa Inquisición dejó de actuar directamente. Sin embargo, vemos cómo la sociedad sigue siendo el juguete preferido de la iglesia cristiana, en cualquiera de sus múltiples tentáculos. Es absolutamente ridículo, cómo las personas, en este caso, se quedan cortos al momento que este ser deshumanizado ataca con violencia a un indefenso bebé, ¡en frente de sus padres!


Es claramente visible como este sujeto poseído por un demonio (que no es Satán, por supuesto), estrangula, atormenta, golpea y tortura a la indefensa criatura, a los ojos mansos de sus padres y otros testigos, sin que alguien devuelva este ataque, de la forma que lo haría un satanista, no es cuestión de atacar porque sí, es defender la familia, los seres queridos, la manada, el circulo interno. No se puede esperar más de un mancillado cristiano, que aún se somete a las palabras escritas en viejos y mohosos libros evangélicos, inspirados en seres imaginarios, propios de la creatividad de un adicto al LSD.


Si analizamos esta situación desde el punto de vista satánico, tomando como base Las Once Reglas Satánicas, podemos darnos una idea de lo ridículo que es no haber hecho algo para afrontar este asqueroso acto:

"No des tu opinión o consejo a menos que te sea pedido".
La dama de la chaqueta negra que se acerca al inquisidor, le dice algo, no me importa qué dijo, lo que queda claro, es que fue ignorada por los presentes.

"No cuentes tus problemas a otras personas, a menos que estés seguro de que quieran oírlos".
Al inquisidor no le preocupa en los más mínimo lo piensen los demás, su misión es sencillamente torturar.

"Cuando estés en el hábitat de otra persona, muestra respeto o mejor no vayas allí".
Aún si no van a reaccionar en frente al criminal ataque, todos se quedan en el sitio de torturas, como si nada hubiera pasado y continúan con el ritual.

"Si un invitado en tu hogar te enfada, trátalo cruelmente y sin piedad".
Debo admitir, que este punto lo cumple perfectamente el inquisidor de turno.

"No hieras niños pequeños".
Esto no necesita explicación.

"Cuando camines en territorio abierto, no molestes a nadie. Si alguien te molesta, pídele que se detenga. Si no lo hace, destrúyelo".
Este último punto, se explica por si solo, no es necesario decir más.

No pretendo que estas palabras generen más repudio por el cristianismo, pero queda claro que las diferencias son amplias frente al satanismo, ¿es necesario pedir respeto? No, es parte de lo que nos hace especiales. Es lo que nos hace sensatos. Lo único que me alegra de toda esta situación, es que ese pobre bebé, cuando crezca, será un satanista de corazón. Gracias cristo por darnos a los más leales satanistas.

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