LA CLAVÍCULA DE SALOMÓN
Por siglos La Clavícula
de Salomón ha cautivado las mentes de los ocultistas. Se cree que el mismo rey
Salomón fue quien la escribió, dando en el libro las claves para invocar
espíritus y controlar demonios, además de cosas tan secretas como la forma de
adquirir invisibilidad temporal o armar poderosos talismanes.
QUÉ ES Y CUÁLES SON SUS CONTENIDOS
La Clavícula de Salomón (llamado también “Las Clavículas de Salomón”) es un grimorio cuya autor supuestamente sería el mismísimo rey Salomón. En él se nos muestran múltiples hechizos que requieren de objetos, materiales y condiciones muy particulares, talismanes muy difíciles de construir pero capaces de brindar grandes beneficios a sus portadores, rituales complejos para obtener amor, dinero, suerte, poder o incluso cosas tan extrañas como la invisibilidad y, más que todo, sellos para invocar ángeles y demonios.
La Clavícula de Salomón (llamado también “Las Clavículas de Salomón”) es un grimorio cuya autor supuestamente sería el mismísimo rey Salomón. En él se nos muestran múltiples hechizos que requieren de objetos, materiales y condiciones muy particulares, talismanes muy difíciles de construir pero capaces de brindar grandes beneficios a sus portadores, rituales complejos para obtener amor, dinero, suerte, poder o incluso cosas tan extrañas como la invisibilidad y, más que todo, sellos para invocar ángeles y demonios.
Durante siglos ésta ha sido una
obra de referencia en el campo del Ocultismo, un libro que ha suscitado muchas
controversias sobre sus verdaderas raíces y que, aún en la actualidad, guarda
cierto grado de incertidumbre en relación a si realmente Salomón tuvo o no algo
que ver en la elaboración de los contenidos de este libro que, lamentablemente,
por ser tan deseado ha llegado a tener abundantes ediciones en las que no
han estado ausentes la manipulación, la confusión de conceptos y otros
elementos y, por ende, la baja credibilidad de la edición en cuestión. Por
ello, a pesar de que probablemente se haya plasmado algo de la mente de Salomón
en unas pocas ediciones, La Clavícula de Salomón es ya un
libro en que, como en tantos otros puntales del Ocultismo, la fantasía se ha
hecho presente a pesar de los numerosos practicantes que ingenuamente siguen
promulgando la idea del libro que entrega de forma transparente verdades sobre
las vías que existen para contactar con las fuerzas y los habitantes del mundo
espiritual.
En cuanto a la estructura
temática del libro, en primer lugar éste se divide en dos tomos. En el primer
tomo hay maldiciones, conjuros, invocaciones y sellos para llamar y controlar a
espíritus demoníacos o solicitar el favor de espíritus de luz, logrando
mediante procesos bien definidos que estas entidades cedan a la voluntad del
conjurador; también hay revelaciones sobre métodos ocultos para hallar objetos
robados y tesoros, para encontrar el amor o hasta para lograr la
invisibilidad. Por su parte, el segundo tomo nos indica cómo realizar
exorcismos, cómo elaborar y construir objetos mágicos y qué tipo de animales o
cosas se deben sacrificar a los espíritus.
Al igual que otros libros de su
tipo elaborados en la misma época, La Clavícula de Salomón invoca
siempre a Dios y solicita su protección; e, inclusive, en ciertos conjuros
indica que, tras acabar, se deben confesar los pecados. Así mismo el grimorio
usa en muchos de sus signos el Transitus Fluvii (un alfabeto
oculto) y presenta cierto sincretismo ya que suele usar nombres barbáricos,
nombres arábigos y hasta nombres derivados de textos mágicos del oriente
próximo a Israel.
ORIGEN
Según muchos estudiosos, el
verdadero autor de La Clavícula de Salomón fue un mago
veneciano llamado Antonio del Rabino, mismo individuo a quien también se le
atribuye la autoría del Gran Grimorio. No obstante es seguro que,
al menos en su mayoría, Antonio del Rabino no inventó el texto, lo cual es así
ya que hay muchos datos que respaldan la veracidad de su afirmación según la
cual él redactó la obra basándose en textos autógrafos del rey Salomón. Con
esto no se quiere decir que en efecto aquellos textos que Antonio menciona
fueron realmente escritos por Salomón: simplemente se precisa que no hubo
voluntad de engaño por parte de Antonio del Rabino y que, cuando él redactó La
Clavícula de Salomón, estaba firmemente convencido de que sus fuentes eran
obra del sabio rey.
Remontándonos al pasado, vemos
que quizá Antonio del Rabino estaba equivocado ya que, según el profesor
Marinus Gout de la Universidad de Deft (Holanda), Salomón no solo que no
escribió ningún libro del Antiguo Testamento sino que tampoco
escribió el famoso Testamento del rey Salomón (libro escribo
en el siglo I. a. C.) o, peor aún, La Clavícula de Salomón. Y es
que, para Marinos Gout, La Clavícula de Salomón fue escrita por
primera vez en el siglo I a.c.
Respaldando a Marinus Gout está
el famoso historiador Flavio Josefo, quien nos cuenta que en la época de
Vespasiano (siglo I d. C.) ya estaba en circulación un grimorio que, entre
otras cosas, hablaba de evocaciones a demonios, un grimorio que estaba
atribuido a Salomón y que, según Josefo, era usado por el judío Eleazar (quien
tenía uno de los pocos ejemplares) para exorcizar a los endemoniados en
presencia de nada más y nada menos que el gran emperador romano Vespasiano.
Según cuenta Josefo, la forma en que Eleazar realizaba esos exorcismos era con
un anillo que les ponía en la nariz, un anillo que tenía atada una raíz muy
especial; y, claro está, todas estas cosas eran indicaciones supuestamente
dadas por Salomón en el grimorio que tenía Eleazar. En resumidas cuentas, el
punto es que, para muchos estudiosos, el grimorio de Eleazar era muy
probablemente el mismo texto que para Marinus Gout se habría compuesto en el
siglo I antes de Cristo. Lo cierto es que siguen cabiendo muchas dudas sobre si
en realidad el texto que tenía Eleazar fue un producto de la mente de
Salomón o el producto de algún ocultista que, para que su trabajo
obtuviera mayor importancia, arrebató hábilmente el nombre del monarca. Pese a
todo hay algo que sorprende profundamente y es que, según indican las palabras
del propio Flavio Josefo (quien estaba convencido de que el grimorio era obra
de Salomón), en realidad los exorcismos sí funcionaban…Cito a Antigüedades
8.2.5: ‹‹Dios también permitió que Salomón aprendiera la habilidad
de expulsar demonios, que es una ciencia útil y que devuelve la salud a las
personas. Salomón también componía encantamientos para aliviar la destemplanza.
Y dejó técnicas de realizar exorcismos para expulsar demonios de forma que no
vuelvan, y este método de cura sigue teniendo una gran vigencia: porque yo he
visto a uno de mi propio país, que se llamaba Eleazar, que liberaba a los
endemoniados en presencia de Vespasiano, y sus hijos, y sus capitanes, y toda
la multitud de soldados. La forma de cura era la siguiente: Ponía un anillo que
contenía una raíz de las que mencionaba Salomón en las fosas nasales del
poseso, tras lo cual sacaba al demonio por la nariz del paciente; y cuando éste
caía al suelo inmediatamente, conjuraba al demonio para que no volviera,
mencionando a Salomón y recitando los encantamientos que él compuso. Y cuando
Eleazar quería convencer y persuadir a la audiencia de que tenía tal poder,
colocaba a cierta distancia una palangana o un cacharro de agua, y mandaba al
demonio que no volviera, para que el público supiera que había salido de la
persona: y de esta manera se mostraba manifiestamente la habilidad y la
sabiduría de Salomón››. Tras lo visto algunos podrían pensar que en
realidad lo que ocurría era que la supuesta posesión demoníaca era en realidad
los síntomas de la epilepsia o alguna otra enfermedad desconocida para la
época, actuando entonces la raíz como una cura natural. Ante eso cabe recordar
que Flavio Josefo contó que, ante los que dudaban, Eleazar tumbaba un cubo de
agua a la distancia sin fuerza natural visible para realizar tal operación:
esto, de ser cierto, no tendría explicación científica aparente y no fuera nada
descabellado atribuirlo a la magia de Eleazar. Ahora, sabemos que es
mínimamente probable que un historiador como Josefo mienta y hasta dónde se
sabe sus textos no han sufrido alteraciones, por ende resulta muy probable que
lo del cubo sea verdadero y que en consecuencia haya habido algo de
sobrenatural en torno a lo que hacía Eleazar; aunque, si algunas de las
supuestas posesiones fueron verdaderas posesiones, entonces el elemento
sobrenatural era aún mucho mayor.
Algo que no se sabe mucho (porque
fue descubierto hace poco tiempo) es que existe un manuscrito que sería la
versión en hebreo masorético de La Clavícula de Salomón, un texto
cuyo nombre es Mafteah Shelomah, lo cual traducido al español es
“Claves de Salomón”. Este texto, de confirmarse la fecha (900 d. C.) que se le
atribuye, sería el grimorio más antiguo conocido hasta la actualidad. Podemos
así sospechar —digo “sospechar” porque no se ha conocido ejemplar alguno del
grimorio de Eleazar—que muchos (o casi todos) elementos del grimorio de Eleazar
podrían estar presentes en el Mafteah Shelomah, manuscrito éste
último que nos permite ver que en verdad Antonio del Rabino si partió de serias
fuentes anteriores ya que muchas cosas del Mafteah Shelomah se
encuentran en La Clavícula de Salomón. Finalmente, el Mafteah
Shelomah nos ayuda a comprender de dónde pudo haber salido el enorme
grimorio llamado Libro de Salomón, el cual fue quemado por orden
del papa Inocencio VI en 1350: en otras palabras, es bastante probable que el Libro
de Salomón haya sido una traducción del Mafteah Shelomah.
LA LEYENDA DEL REY MAGO
Según la leyenda, La Clavícula de Salomón tuvo su origen en la visita que un ángel le hizo a Salomón. En aquella visita se cuenta que el ángel le dio a Salomón toda clase de conocimientos mágicos (incluidos los necesarios para dominar demonios), conocimientos que, ya en sus últimos días, Salomón compiló en algunos libros para transmitírselos a su hijo Roboan. Desgraciadamente un incendio acabó con todos esos libros excepto con dos: el Testamento de Salomón y la Clavícula de Salomón.
Según la leyenda, La Clavícula de Salomón tuvo su origen en la visita que un ángel le hizo a Salomón. En aquella visita se cuenta que el ángel le dio a Salomón toda clase de conocimientos mágicos (incluidos los necesarios para dominar demonios), conocimientos que, ya en sus últimos días, Salomón compiló en algunos libros para transmitírselos a su hijo Roboan. Desgraciadamente un incendio acabó con todos esos libros excepto con dos: el Testamento de Salomón y la Clavícula de Salomón.
La leyenda anterior se puede ver
en la introducción a un ejemplar original de una edición (muy estudiada y
editada por datar de 1641) de la Clavícula de Salomón. Este
ejemplar, presente en la Biblioteca Nacional de París, dice así en su
introducción: ‹‹Todo el Universo ha sabido, hasta hoy, que, desde
tiempo inmemorial, Salomón estaba en posesión de todas las ciencias infundidas
a través de los sabios preceptos y de las enseñanzas de un ángel, al cual
pareció estar tan sumiso y obediente que, además del don de sabiduría que le
pidiera, obtuvo, y no sin admiración, toda otra suerte de virtudes. Todo lo
cual hizo que, llegando Salomón al término de sus días, él mismo estableciese
que su hijo Roboam, por sucesión, hiciérase cargo de un testamento que contenía
todas las ciencias de las que él usare y disfrutare hasta el día de su muerte.
Los Rabinos que, después de él, procuraron guardar celosamente este testamento,
nombraron a éste último las Clavículas de Salomón, nombre con el cual hicieron
grabar un libro hecho de cortezas de cedro, y en donde los pentáculos aparecían
en caracteres hebreos y sobre planchas de cobre, a fin de poder ser conservados
para la posteridad…››
Por último, dos factores que
hicieron crecer la leyenda de Salomón como mago fueron los siguientes: 1. El
Sutra XXVII del Corán, el cual cuenta cómo de niño Salomón aprendió el “idioma
de los pájaros” de su padre el rey David. 2. Las referencias de Flavio Josefo a
Salomón como un rey que dominaba la magia y había plasmado en obras sus
conocimientos.
“LA LLAVE MENOR DE SALOMÓN” Y “LA GOETIA”, SU HUELLA MÁS ACTUAL
La Clavícula de Salomón dio
origen a La llave menor de Salomón o Lemegeton, el
cual era un grimorio anónimo del siglo XVII y llegó a convertirse en uno de los
puntales de la Demonología. Al igual que La Clavícula de Salomón,
este libro se autoproclama como escrito por el rey Salomón más, contra su
propósito, delata de forma crasa la falsedad de aquello al presentar alabanzas
a Jesús y a la Santísima Trinidad, además de títulos de demonios que no
existían (los títulos, y algunos demonios también…) en la época de Salomón. En
cuanto a sus contenidos, La llave menor de Salomón es en
esencia (difiere en ciertos detalles y aspectos) lo mismo que La
Clavícula de Salomón.
Finalmente, ya en las puertas del
siglo XX Samuel Mathers y el famoso satanista Aleister Crowley hicieron que la
magia salomónica renazca al traducir parcialmente La llave menor de
Salomón en 1904 y dar así nacimiento a Goetia, la llave menor
del Rey Salomón (Clavicula Salomonis Regis), obra que prácticamente fue un
instructivo dividido en cinco partes a través de las cuáles se exponía todo lo
referente a invocar a los 72 espíritus que supuestamente Salomón aprisionó en
una vasija.