IMPERATIVOS DE LA MORAL RELIGIOSA


IMPERATIVOS DE LA MORAL RELIGIOSA

Se dice que los religiosos no son malos y pueden lograr a ser personas buenas. Ahora bien, cualquier individuo puede ser bueno o malo, según los valores morales que escoja, dado que la moralidad no está determinada en el ser, sino se basa en un proceso volitivo. 

Ciertos valores no están exentos de cualquier influencia externa, adquiridos mediante la persuasión hasta el adoctrinamiento, sin embargo, es virtud del hombre elegir conscientemente los valores que desea practicar, identificando sus certezas o sus contradicciones. La religión por otra parte solo posee una naturaleza: mantener imperativos morales llenos de contradicciones no identificadas que socavan la moral del hombre y por consiguiente su vida. El hombre que deja entrar antivalores a su vida sea mediante religión, comunismo, anarquismo, fascismo, socialismo, feminismo, entre otros tipos de subjetivismos éticos, pierde el poder de reconocimiento de los valores morales objetivos que necesita para desarrollarse, valores que son provenientes de la razón.

Los resultados de adquirir la ética de una religión conllevan a lo siguiente: supresión de la individualidad a favor del altruismo religioso colectivista, represión, deshumanización, desagrado por la vida para el agrado de dios o los demás, el uso de la autoridad en vez del conocimiento voluntario, la aceptación del conocimiento mediante fe y no por la razón, adoctrinamiento, uso de la fuerza para imponer la fe, etc., siendo contraproducente para el individuo y la sociedad en sí. No es posible hablar de un individuo moralmente sano, un ser psicológicamente estable y consecuente con sus razonamientos cuando se guía por imperativos de moral religiosa, ausentes de razón.

Una persona religiosa, dependiendo el grado de religiosidad, anula constantemente el juicio (voluntariamente), para dar paso a la fe como método de conocimiento, y solo es una cuestión de tiempo que tal subjetivismo ético tome parte de sus acciones que destruyan no solo su moral sino su vida y libertad, así como la de los demás. Desde el momento que un individuo acepta algo por fe, cualquier arbitrariedad puede formarse en su mente, abriendo paso a inmoralidades o deformaciones de la moral, abominaciones donde el hombre es un ser sacrificable hacia la gracia de Dios o los demás, buscando asimismo el constante sacrificio de otros.

Los resultados resaltan en ejemplos históricos: mediante la religión en la antigüedad se han llevado a cabo torturas, purgas, quema de brujas, condenas de muerte por paganismo, condenas de muerte por rechazar las creencias de la iglesia, la conversión forzosa de infieles, etc., por el simple hecho de no identificar las contradicciones de la moral religiosa, tomándolas al pie de la letra -esto no quiere decir que se tenga que interpretar la doctrina religiosa de forma moderada bajo hermenéutica, dado que cualquier intermedio de moral siempre va a dar como resultado mayores contradicciones, mucho de los cuales posee la religión cristiana, anulando el uso de una objetivo-racional. La única forma de hacer que la fe sea un arma poderosa y letal es mediante la fuerza que sería la concreción en la realidad de las deformaciones morales de sus doctrinas.

En el siglo XX, hasta hace poco, en plena II Guerra Mundial, el catolicismo extremista de los Ustasha (ultranacionalismo religioso de Croacia) cometió aberraciones y masacres en nombre de Dios, actos indescriptibles y desagradables, de los cuales los mismos clérigos de Roma tenían conocimiento y hacían de la vista gorda.

A nivel político, la no separación entre política (leyes mediante la razón) y religión, por medio del laicismo de Estado, abre las puertas a cualquier fundamentalismo dentro del gobierno, que no dudará en usar un cuchillo para someter al hombre a la "ética" y doctrina religiosa. Esto es lo que vivimos en el mundo mediante el islam: conversión forzosa, decapitaciones, torturas, etc., sea mediante terrorismo yihadista o mediante Estados teocráticos. Esto es lo que nos pasaría si tomamos la religión como una guía moral y en mayor instancia, la aplicamos al gobierno. Si no elegimos una moral bajo la razón, solo veremos cómo la religión destruirá poco a poco nuestra individualidad y nuestra civilización, cayendo a merced del oscurantismo.

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