¡VIVA LA OBJETIFICACIÓN SEXUAL!


¡VIVA LA OBJETIFICACIÓN SEXUAL!
Matt G. Paradise

Cualquier satanista que salga de su zona de confort no puede evitar ser atacado por los incontables productos de una cultura semi-neutra —o semi-castrada, si lo prefieren. Parece que los proselitistas de la doctrina militante anti-sexo de los 90's, ya sean los carnalmente frustrados por el derecho religioso o los inquisidores masculinos de los Juicios de Salem de las sectas "feministas" más extremas, se han enraizado ocasionalmente en los años posteriores a la Iglesia de Satán (es decir, después de 1966). A lo largo de estas décadas, hemos apoyado firmemente, e incluso glorificado, el uso productivo de los instintos manipulativos naturales de la mujer para mejorar sus condiciones; y evidentemente, la fórmula funciona a menudo, como nos muestran los casos de Pamela Anderson Lee, Anna Nicole Smith, y por supuesto esa mujer que nos mostró a todos cómo estar en "boga" (vogue —juego de palabras que hace el autor refiriéndose a Madonna y al video de su canción "Vogue") Sin duda, los detractores de la objetificación sexual —voluntariamente enceguece a quién tiene realmente las cartas en sus manos —verían en nuestro intento de fortalecer a la hembra, una forma indirecta de control masculino sobre el género femenino, o bien como algo "sexista".

Nada más opuesto a la verdad, y me alegra. Un par de piernas, DE BUENAS PIERNAS, podría derrumbar una civilización (y probablemente ya lo haya hecho). Un set de cosméticos puede transformar un casi-garabato en un terrón de azúcar más rápido de lo que se tarda en decir "Revlon". Y no querrían saber lo que una boca perfecta puede provocar en este su servidor. (¡Que se oiga un "Shemhamforash!" de las damas satanistas presentes en el público esta noche!)

En el más satanista de los términos, el hecho de apoyar o no la objetificación sexual como algo productivo y beneficioso, depende bastante de si usted es de los que les gusta o no.

En el número abrumadoramente inmenso de casos, quienes gritan más fuerte contra la imagen de la mujer (o hasta de los hombres, aunque en estos días no vemos muchos protestando contra eso, ¿verdad?) como objetos sexuales, particularmente aquéllos ofrecidos por los medios, son normalmente los especímenes menos dotados por la naturaleza. Es una afirmación brutal, pero es la razón por la que Madonna no grita "¡Injusticia!" y por la que Andrea Dworkin tiene bastante que ver con el hecho de que una persona no solo sea sexualmente bien dotada, sino que haya aprendido a utilizar sus atributos en beneficio propio, mientras que otras personas no tienen la mínima posibilidad de lograr semejante cosa. Así, en lugar de estar seguros de sí mismos y encontrar otra manera de tener éxito en el mundo (por ejemplo, a través de medios intelectuales) o mejorando la parte de su cuerpo que más les plazca (y esto no se limita a perder peso y una cirugía estética), han emprendido una Guerra Santa contra quienes son considerados sexy por el solo hecho de ser recursivos con sus atributos deseables; un crimen odioso en éstos tiempos de igualitarismo estúpido (Como tema relacionado, la delgada modelo Kate Moss es atacada frecuentemente por "quienes-no-tienen" por promover pornografía infantil o estar "sexualizando" niños, por fotografiarse el cuerpo que, según numerosas entrevistas y testimonios, posee por naturaleza. Hablando de proyección de desviación reprimida de masas. ¿Dónde está Freud cuando lo necesitas?).

¿Acaso el pretencioso papel de víctima no es algo demasiado grande como para tragárselo? (Los satanistas pueden sentirse libres de tomarlo como una pregunta retórica). ¿O será que algunos detractores del sexo (y los anti-objetificación-sexual son un ejemplo) desean una posición de dominación social —predicando a los hombres lo que se les permite disfrutar y mirar, y dictando a las mujeres lo que pueden y no pueden llevar (para no mencionar la razón de por qué deben llevarlo)? Si los anti-explotadores dejarán que el humo se despejase y vieran la futileza de su campaña: que lo que proponen es rabiosamente antinatural y es imposible amordazar o regular la conducta sexual natural de cualquier género cuando está bastante lejos de su alcance. El esfuerzo demuestra que los anti-objetificadores son inseguros, estúpidos, e inconscientes de lo que en verdad están haciendo. La misma trampa que el cristianismo.

La hipocresía de algunos de los grupos más conocidos que se denominan a sí mismos "defensores de la libertad de expresión", "en pro-de-la-mujer" y la "Primera Enmienda", prácticamente están compitiendo por la prohibición y censura de imágenes de personas sexualmente-objetificadas (¿o es sólo de mujeres?) no sólo están jugando al juego de su enemigo correspondiente, sino a una turbación sincera. A estos tipos, la libertad para que una mujer opte abortar un feto que está en su propio cuerpo está bien, pero la libertad para aprovecharse de ese mismo cuerpo está mal. Algunas personas deberían decidirse de una vez.

Yo digo SÍ a la objetifización sexual. Ataca la represión sexual. Y las personas exigen tal estímulo voyerista; de lo contrario Calvin Klein, Playboy, Hugh Hefner y la industria del porno, no sería los negocios de miles de millones de dólares que son. La objetificación sexual vende, y vende bien (nada anti-satánico de su parte); un claro indicio que hay algo en ello, un llamado a un importante y penetrante deseo humano. Muchas mujeres tienen ese don diabólicamente maravilloso de ser capaces de desarrollar su atractivo sexual y al utilizarlo, se muestran como seres muy poderosos, fuertes y autocontrolados. Tiene más sentido el llamarle a esto feminismo que lo que se tiene hoy en día como tal; y ciertamente no soy el primero que lo dice.

Mi falacia favorita acerca de los efectos de la imaginería supuestamente "violenta" de las mujeres objetificadas, es que esto influye regularmente en los hombres para que salgan y protesten. Difícilmente son la mayoría de los hombres. Pensar esto es sobre-intelectualizar la sencillez de la situación. Si tomas al hombre promedio y se pone delante de él una foto de una mujer desnuda y aceitada, en cuatro patas, con un collar de perro alrededor de su cuello, la mano de un hombre sosteniendo el lazo y con un guante negro contra su cara para que lo huela, nuestro Juan Pérez dará un vistazo, y dirá algo así como a "¡Eh, buena pose!". Objetificación (o quizá simple calentura), sí. Exagerando la nota, posiblemente se sentirá violentamente ofendido.

La objetificación sexual está profundamente arraigada en nuestros impulsos; en especial los que son estimulados viendo algo o alguien atractivo. Somos criaturas visuales, a pesar de que las religiones teístas y los esclavos "políticamente-correctos" traten de ignorarlo o trivializarlo. Nosotros (especialmente, aunque no solo los hombres) tenemos una inclinación natural a ser sexualmente estimulados visualmente. Los poderes de los que no pueden quisieran hacernos creer que es "malo" o cualquier sinónimo.

Me enferma escuchar cómo debería sentirme atraído hacia alguien por su mente. Qué montón de basura apologista. Vaya no-tener-ismo. Mi mejor amigo también tiene una mente maravillosa, pero mi pene es predeciblemente indiferente hacia él. ¿Se preguntan por qué? Su cerebro es igual de inteligente, gris y abollado como la mente de cualquier mujer de su mismo nivel. ¿No debo encontrarlo igualmente erótico y por extensión, que me provoque una erección? ¿Qué les parece un "NO"?

Sin que se entrometa la retórica consoladora y populista con sus puntos de vista, como siempre lo hace, me refiero a la monserga de “mente antes de cuerpo” (también conocida como “pero ella tiene una personalidad muy bonita”) es solo una forma para sancionar a aquéllos menos afortunados un fin reservado para tener un coito. Un cerebro intelectualmente superior, aunque útil en casi cualquier otro aspecto de la vida humana, no es un requisito realmente previo para una fornicación o siquiera una mamada de verga decente. Por lo tanto, vayan y tengan algo de sexo bien desaforado y salvaje.

Sin embargo, esto no es lo mismo que decir qué, a la larga, cuerpo y mente no sean una ecuación mucho más eficaz. Cuando tenga razón, la va a tener. Las mujeres que tienen el plumaje físico para atraer, generalmente les va mejor si tienen el cerebro suficiente para sacar provecho de su condición por un largo periodo de tiempo. De nuevo, la combinación las feas y estúpidas de las filas femeninas casi siempre basta para resentir el ejemplo anterior y lo hacen con el pretexto transparente del que muchos humanos hacen gala. Cosas de la supervivencia.

Decir que la objetificación sexual es "mala" es decir que el acto de ser atraído físicamente por otra persona también es "malo." Es hipócrita y proyectual, por no decir tonto. Ya sea que se saque o no dinero de ello, el arquetipo del objeto sexual permanecerá de pie orgullosamente tanto como testimonio de nuestra productiva naturaleza animal como un capataz para corregir la negación colectiva que hace el rebaño de la atracción pura. 

Not Like Most #4. ©1998.

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