EL ÁRBOL CABALÍSTICO Y EL SIGNIFICADO FINAL DE BAPHOMET



Stone in the Convento de Cristo in Tomar (Portugal)
El Baphomet tiene su origen en el diagrama del Árbol de la Vida cabalístico y este es la representación del nombre o fórmula de Dios: el IHVH. El Árbol Cabalístico se divide en 3 trinidades, la Superior, la Media y la Inferior, los cuales son semblantes o Rostros de la deidad. El primero e ininteligible para nosotros, simples humanos, es el Macroprosopus, éste es el AIK ANPIN o rostro mayor, representado por Kether, la Corona, su valor gemátrico es 222, al igual que IHVH = 26 + ITzVTz, su llave, 196, todo = 222, definiéndose el primer 6, se define también sumando el número de las 3 sephiras de este Rostro, 1+2+3= 6.


Este primer rostro trinitario se compone de: i H 

Kether, la Corona, la inteligencia superior, se representa como andrógino, de allí la imagen hermafrodita del Baphomet de Eliphas Levi., es AB, 3, 1, 8, y es además el punto sobre la i. 

Chokmah, El Rey, la Sabiduría, el Padre del Microprosopus, se representada por el falo o lingam, y corresponde al principio masculino se le representa también como el Padre del Microprosopus y se asocia con IHVH, o Jehová, de esta fórmula es la I. 

Binah, La Reina, el Entendimiento, es la Madre superior, y representa el principio femenino, su asociación obvia es lo redondo, la vulva, etc., es la H. 

Este rostro es el Macroprosopus y el IHVH, es el logos para su imposible entendimiento, pero al menos es su vínculo místico, en lenguaje cabalístico el Universo fue creado de la unión del Rey y la Reina bajo la Corona 

Este rostro se representa con el triángulo superior del árbol, el cual es la Caput del mismo diagrama

MICROPROSOPUS Y EL BAPHOMET 

Baphomet según Eliphas Lévi
De acuerdo a la Cábala, la antítesis del Macroprosopus son los 6 sephirot restantes 4, 5, 6, 7, 8, y 9 y corresponden al Microprosopus, es el segundo 6, el ZOIR ANPIN o Semblante Menor y es el Rey, se representa como la V, del nombre divino, finalmente la letra H inferior corresponde a Malkuth, décima sephira, conocida como el Reino y como la esposa del Microprosopus.

La palabra BAPHOMET, es en griego y hebreo, BP V MT, 2, 8, 6, 4, 9, todo= 11, la octava sephira que no es. 

Es evidente, BAPHOMET, es sencillamente la representación del logos del Conocimiento. 

Como vemos, la analogía del diagrama con el humano define una visión antropométrica del Universo, si representamos al Árbol de la Vida sin la Corona incognoscible, el Microprosopus o Semblante Menor se vería como la figura anterior, o sea un cuerpo sin cabeza, sin inteligencia, sin sabiduría y sin entendimiento, de tal forma que este diagrama micromúndico sería vacuo y primitivo, de esta problemática nace el concepto de Baphomet. 

EL CONOCIMIENTO 

Ante esta situación nace la onceava Sephira que no es Sephira, así la define la Cábala, esta sephira es Doth, se le denomina también la Octava Cabeza del Dragón Inclinado, elevado cuando el árbol de la vida fue destrozado y el Macroprosopus puso a los Querubines en contra del Microprosopus, representa el fruto prohibido del Árbol primordial, el conocimiento, y este es la serpiente del génesis, esta sephira se le conoce como el doble rostro, ya que une al 5 o sea el Macroprosopus con el 6 o Microprosopus, al Rey y al Reina, 5 + 6 = 11. 

Ahora bien, los senderos que unen esta sephira “artificial” con el Macroprosopus son las denominadas 3 letras padre o 3 códigos perdidos, el conocimiento de estas 3 llaves es el objeto de toda ciencia oculta.  Así nace el Pentáculo invertido el cual añora la gracia del Macroprosopus y se representa como el pentáculo inverso 

De esta figura nace Baphomet como el logos entre ambas dimensiones, y este ídolo se levanta para destruir el Microprosopus “falso” IHVH, considerando que el mismo ídolo es solo un medio. 

Esta cabeza o Caput emergente y necesaria es Baphomet cuya clave es ShVPIA, sabiduría. 

En este diagrama se nota claramente esta relación elemental 

Baphomet es pues el Dios de la Luz, el que permite que se lleve a cabo el rito de iniciación, es el vínculo entre el Macro y el Microprosopus, dándole al hombre la oportunidad de convertirse en el Dios mismo. 

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