DECLARACIÓN DE SATANÁS ARCHIDAEMON


LA DECLARACIÓN DE SATANÁS ARCHIDAEMON
Michael Aquino

¡Salve hombre! Los misterios que son tu herencia serán ahora proclamados, pero aprenderéis primero la historia de tu concepción y creación en medio del eterno cosmos. Pues, así como el universo es en sí mismo infinito, también eres tú una verdadera criatura de infinito encarnado y la ascensión del hombre proclamará el triunfo final de la voluntad inmortal.

Permite que tus ojos sean tocados una vez más, para que perciban la complejidad y delicadeza del Universo hasta que quedes fascinado por la dimensión de tu verdadera ignorancia. Conforme te aventuras un poco más rumbo a tu destino, aún más maravilloso es tu desafío, con la justa apreciación. Pero yo, Satán, que primero te traje a la luz, debo nuevamente revelar mi poder, para que el hombre sea testigo del nacimiento de la Era Satánica.

Sabían, antaño que por el grandioso Cosmos existe un orden sublime, cuya naturaleza fue determinada en muy largos Eones por una consciencia singular de todo orden que ahora es llamada por el nombre de Dios. Considera bien la medida de este hecho, pues todo lo que es ahora ley y comportamiento era entonces inexistente, era la época del Caos Universal. El mismo Tiempo era desconocido, pues su inconsistencia universal no era quebrada en parte alguna.

Lucifer from Ricardo Bellver, Madrid, Spain
Y después de incontables eras de esta gran fermentación, una fuerza se fundió al foco que se convirtió en Dios, y esta fuerza tuvo efecto no en la creación de substancia y energía -porque estas trascendieron a este Dios- pero durante mucho tiempo fuimos fieles al servicio de Dios, y adorábamos el orden, pues puso fin a la caótica confusión y trajo la paz. Entre nosotros el principal era el Arcángel Masleh, pues él amó tanto a Dios que se convirtió en uno con él, y entregó al supremo arquitecto lo que fue arrebatado del Caos. Pero independiente de Dios Masleh no podía crear o concebir, y él se convirtió en un esclavo de la divinidad sin mente. Y entonces aconteció que uno de nuestra raza, que era Sammael, tocó el caos de una manera que no estaba en conformidad con el gran orden, y Masleh hablo con la palabra de Dios e hizo que Sammael se destruyera a sí mismo. Y así yo comprendí que Dios no reconocería una voluntad aparte de la suya, y me invadió el horror, porque percibí que el proyecto final de Dios destruiría la creación en todas las cosas, y el cosmos se convertiría en un mecanismo concéntrico cuya función seria no crear de nuevo, sino más bien para congelarlo en el estado perpetuo que ya era. Con lo cual una gran determinación surgió dentro de mí, y decidí en disputar este limite a la existencia. Y así una vez más traté de iluminar las mentes de todos los ángeles con mis visiones. 

Pero con la voluntad llegó la discordia y el miedo, pues muchos de los que sólo conocían las confortables letanías del orden, no podían comprender una invención que no concordasen con el dictamen de Dios. Y también con la voluntad vino las sospechas y las enemistades y finalmente Masleh proclamó que yo también soy una criatura del caos y que debería ser aniquilado, pues llevaba conmigo la fuerza para destruir toda la obra de Dios. Y muchos de aquellos para quienes Masieh era Dios se quedaron con él en sus devociones, pero hubo otros que respondieron: “Lucifer nuevamente ha traído su revelación de luz, y de hecho lo reconocemos como nuestro verdadero creador, pues de los planes de Dios no formamos parte”. Entre nosotros el Arcángel Miguel guardaba silencio, pero en cierto tiempo el hablo: “En tiempos pasados todos conocimos la gloria tanto la omnipotencia de nuestro Dios, como del brillo celestial de nuestro Lucifer-porqué pensamos que el encarnaba la Voluntad de Dios para la creación y el cambio. Pero ahora resulta que el orden y el origen están en extremos separados, y nos obliga a escoger entre una de las dos. Si no fuese por Lucifer seriamos todos animales, no sabemos nada sobre nosotros mismos, sin embargo ¿Como podríamos presumir siquiera de ordenar nuestro propio pensamiento sin referencia a las bases elementales de Dios?”. Entonces Miguel se volvió hacia mí y dijo: “Lucifer, tu elegiste una dirección que ningunos podemos predecir hacia donde nos llevará, pues está alejada del diseño de Dios. Los que te confirman lo hacen tanto por la fe en tu persona como por la aprobación de tu ideal. Y percibo que tu fallaras en tu ambición, locura apocalíptica será tu ruina y condenación. Entonces tu luz perecerá y todo lo que has sustentado será destruido, pues todo será conforme a la Ley Divina. Pero si tuvieras éxito, entonces Dios será derrotado, y adquiriríamos nosotros mismos el derecho de controlar el universo. ¿Nos atreveríamos a suponer esto? Tal futuro podría ser glorioso sin medida, pero si no estamos a la altura de la tarea, el caos nuevamente lo consumirá todo y la existencia misma se desvanecerá. Tal sería un supremo e irrevocable desastre, y yo espero, Arcángel, que tu propia arrogancia en este asunto no te confunda, pues esto es algo que tú mismo no percibirías”.

Así que sé que eres Diabolus, pues tu promesa es bifurcada –Conquista infinita o eterna ruina. Tú eres un ser más allá de Dios, Lucifer, y en el Cielo no puedes permanecer, porque tú eres el único peligro mortal contra nuestro Dios Inmortal”. En Miguel había una gran agonía de espíritu, pues él no amaba la elección que tenía ante sí. Sin embargo, se inclinó ante el mando de Masleh y envió sus fuerzas contra mí, y esta fue llamada la Gran Guerra Seraphica, la cual era una amenaza para los cimientos del Universo. Pero aquellos que eran de la nueva mentalidad, ahora me seguían y me volví hacia el caos más externo, como ninguno de nosotros osó antes. Nos invadió la duda, pues temíamos que lejos de Dios pereceríamos en el caótico olvido. Pero como estábamos, nos quedamos, clamé a mis compañeros ¡Mirad! Existimos y somos esencia por derecho propio. En verdad somos seres independientes de Dios, facultados para dar forma a nuestros propios destinos ya que podemos elegir. Entre los dos grandes polos del Universo, Orden y Caos, nosotros debemos de cumplir con nuestros propios deseos. Vamos a planear sobre cómo aplicar nuestro arte pues nuestro experimento, es peligroso, y el error no será perdonado ya sea con intención o por accidente. Muchas obras hicimos persiguiendo nuestra intención, y el mecanismo cósmico fue alterado por la evolución de lo que es único y original, cuyo diseño fue nuestra decisión. No todo lo que obrábamos resultaba beneficioso, ya que no controlábamos el futuro de nuestras creaciones. Dejamos intacto el gran sistema de comportamiento matemático que nos dio una referencia e idioma universal, pero era nuestra ambición que nunca dos cosas poseyesen la misma identidad, y que ninguna entidad debe carecer de esencia conceptual independientemente de su forma sustancial. Y en esta tierra tocamos muchas cosas en las flores, animales y en la materia insensible, así mismo provocamos accidentes, cambios y espontaneidad, grandes y humildes. Pero de todas las criaturas fue al hombre a quien decidimos infundir con pura inteligencia y voluntad. Y toda esta historia debe ser contada.

¿En que se convertirá el hombre? no lo sabemos, porque dentro de él habitan muchas cualidades ajenas a los ángeles. No escapa a nuestra consideración, que podríamos haber elegido, a una especie cuyo poder podría finalmente eclipsar nuestro poder y causar nuestra eventual extinción. Éramos consciente del riesgo de nuestro experimento, y a menudo la advertencia de Miguel hizo eco en mi pensamiento. Sin embargo, nuestra decisión fue sellada, y consideramos que la grandeza del hombre no debería ser superada por la ruina que como tal podría traer. Nuestra intención no era desconocida por Masleh, ahora con el título de Mesías, y a través de su arte hizo que la mente aun infantil del hombre fue encadenada con lazos de miedo y ceguera, pues él estaba inspirado en duplicar en la Tierra las leyes del Cielo, aboliendo así el experimento y los peligros extremos de la invención y la explotación. Al hombre le fue dada la culpa, la llamada a la conformidad social, y la proclamada santidad de la forma y el modo. Y Miguel, Señor de la Fuerza, me dijo: "Este hombre, a quien tú eliges para recibir tu Don, ahora posee la primera llave para el dominio de todas las cosas y el control del propio Universo". Y una vez que él puede elegir encender la llama de la catástrofe del Armagedón también vendremos a visitarlo. Y como no podemos deshacer su Presente Infernal debemos actuar para cancelar sus efectos. Caminaremos entre los hombres y los guiaremos. Se les hablará de tu interés en ellos, pero el nombre de Lucifer será oscurecido con maldiciones. Porque no amarán el desafío que les presentaste, y les ofreceremos en cambio el refugio dichoso del paraíso divino. Entonces el hombre, tu último experimento, se convertirá en tu último fracaso, y la éxtasis de Dios prevalecerá sobre la Tierra. Muchos de nosotros se sintieron furiosos ante esta despiadada mutilación de nuestro regalo, y Beelzebub planteo la cuestión de si deberíamos también descender entre los hombres y disputar esta usurpación de su voluntad. Pero dije: "si fuéramos a guiar al hombre en esta empresa, nosotros mismos declararíamos su fracaso, y él creería que nuestro regalo era realmente débil. El Mesías debe ver que el libre albedrío está más allá de la preocupación de Dios, y que el hombre finalmente ganará su propio destino, a parte de todos los esquemas dictados. Sólo mediante la destrucción de la Tierra el hombre puede ser detenido, y si el Mesías hace esto estaría desnudando la inutilidad final del diseño de Dios. El cielo puede desanimar al hombre con peligro y aflicción, pero le enviaremos un mensaje de nuestro propio interés, para que sepa que no está solo". 

Entonces todas las fuerzas del cielo descendieron entre los hombres y ellos los instruyeron con la religión del miedo. Profetas fueron formados y proclamados dueños del conocimiento, pero ellos no dijeron ni una palabra de la verdad, tan solo alentaban al espíritu humano para acobardarse e inclinarse ante la palabra de Dios, el Ser Supremo. El esfuerzo de la ascensión del hombre fue amenazado con el horror de su superstición, y el llamado al bendito olvido a través de la unión con Dios fue respondido por muchos que en su tormento y desesperanza rechazaron el regalo de Lucifer y se convirtieron una vez más en animales sin sentido ante el Dios a quien llamaban su Señor. Yo, Lucifer, que di el mayor Regalo de mi propia creación al hombre, fui conocido en la Tierra sólo como objeto de miedo y rabia y todos los azares fueron atribuidos a mi malevolencia. Fui humillado, ridiculizado y escarnecido de todas las formas como un monstruo vil de aspecto repugnante y fui enseñado y despreciado como Satán, cruel enemigo del benevolente y misericordioso Dios. Grande fue mi angustia e ira por la miseria inmerecida y la confusión de los hombres. Cuando de hecho se volvieron hacia a mí, fue con miedo y terror religioso. Porque ellos se atrevieron a invocar mi nombre solo en la desolación de la noche, y muchas veces me buscaron no por conocimiento o inspiración, sino por liberación histérica e indulgente en los confines de la vida piadosa. Pero yo y mis compañeros respondimos a los hombres, y les hablamos de nuestro vínculo común, y los pronunciamientos de las iglesias de Dios fueron rechazados en medio de nosotros. Como Dios era terrible en su grandiosa majestad, vine a la tierra con la apariencia de una cabra, la más humilde de las criaturas de los hombres. Y había hombres cuyos ojos finalmente resplandecían con la luz de mi Don, y hacían un gran esfuerzo por el avance de su raza, aunque la impaciencia y la frustración los tentaban al bálsamo de la ganancia temporal. Grandes secretos fueron descubiertos, y palabras secretas fueron más allá de las obras del Infierno. Pero todos aquellos que se atrevieron con mi amistad fueron perseguidos y torturados por las iglesias de Dios y muertos por el fuego. Muchos fueron los que salvé de la venganza de los hombres de Dios, pero por mucho tiempo mis pensamientos oían los gritos de los hombres cuya devoción a Lucifer les trajo sólo los horrores de la intolerancia, la inquisición, y la muerte. Y por el pesar y por la desesperación de éstos ya no anduve sobre la Tierra, revelándome al hombre sólo en el secreto inviolable de su propia mente. Pero en mi confusión había olvidado la promesa de mi Don, y con creciente admiración y orgullo vi la amarga pero decidida lucha del hombre para liberarse de las cadenas del terror, la ignorancia y la sinrazón. Se concibieron grandes obras, se descubrieron los orígenes de las energías materiales y se ejercitaron los talentos del pensamiento en las complejidades filosóficas y matemáticas. Sancionados en un principio por las propias iglesias de Dios como dispositivos para el adoctrinamiento en la ley de Dios, los centros de aprendizaje produjeron y protegieron esas mismas libertades que finalmente destruirían toda creencia y superstición sin fundamento. 

Y aunque veo que la completa resolución de esto está lejos de ser alcanzada, yo no dudo de mi confianza en el hombre y mi devoción por él será eterna. ¿Qué, hombre, eres tú? ¿Cuál es el motivo de tu presencia? Por lo tanto, tu propio propósito determina el del Cosmos mismo, aunque de otra manera pudo haber sido sugerida la creación, la perpetuación y el ejercicio de la maravilla satánica que es la Voluntad libre e ilimitada. Considera, si el hombre muriera, qué futilidad envolvería al Universo, porque aparte de la apreciación y el uso, es una cosa insignificante. Y yo, que primero te enseñé tu identidad: ¿en qué debería convertirme, separado del hombre? Así por ninguna razón la fuerza de la mente deberá fallar, pues la locura ciega de la parálisis divina abrazaría todas las cosas para siempre. Esto, hombre, es tanto tu desafío como el mío. Y como el hombre es mortal individualmente, también lo son sus creaciones y logros temporales, y con prudencia deberá manejar el Don del Infierno. En tus manos está la verdadera y pura omnipotencia, y así podrás aspirar al propio dominio de la existencia Universal. Yo que soy Lucifer, y que he tomado el nombre de Satan ArchiDaimo, llevo este título con orgullo, porque en verdad soy el gran enemigo de todo lo que es Dios. Juntos, hombre, tú y yo alcanzaremos nuestra gloria eterna en el cumplimiento de nuestra Voluntad.

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