OPINIONES DE UN SATANISTA SOBRE SEXO, DROGAS Y ROCK AND ROLL.
Robert Lorenz ©1997
Como lo sabe casi todo Satanista bien informado, la Iglesia de Satán no aprueba, en su
mayoría, la música Heavy Metal. Hay buenas razones para ello. Muchas de las
bandas de finales de los 70 y principios de los 80 decían ser “satánicas”, o abogaban la adoración y/o
glorificación del Diablo cristiano y sus
ideales (o por lo menos, tal como los cristoides
entendían Sus ideas). Venom, Slayer, Iron Maiden, y Black Sabbath
son algunas bandas calificadas por el público en general, como “música del demonio” o “satánica”.
¿Qué define exactamente las cualidades de la “verdadera” música Satánica? Los primeros
temas de Slayer eran sobre guerras
religiosas, el poder de la magia, el potencial ilimitado de quienes desafiaban
a Dios, y la corrupción de la sociedad (en especial de la iglesia y el
gobierno). Ninguno de los miembros de la banda dijeron adorar al Diablo, así como los guionistas y
directores de películas como El Primer
Poder y El Abogado del Diablo
jamás han dicho algo semejante. Aunque la música de Slayer es, en mi opinión, Satánica, no es precisamente lo que se me
viene a la mente cuando pienso en “música
del demonio”.
Como Satanista, la verdad no me importa cómo catalogue la
sociedad a estas bandas. Si me gustan la música, y algo sus letras, la escucho.
Para Mí, el aspecto más importante del Satanismo es tener la libertad de
escoger como fuente de placer lo que se me antoje sin tener que preocuparme por
ALGUNA autoridad superior,
incluyendo otros Satanistas o incluso la misma Iglesia de Satán.
Otra cosa que no es alentada por (o hasta a veces no es
permitida por) la Iglesia de Satán es el consumo de drogas. Una vez más, hay
buenas razones para ello. Muchas veces un adolescente desilusionado,
influenciado en gran parte por las presiones de su entorno y de sus semejantes,
se ha volcado al consumo de drogas como una forma de escape.
La mayoría sabe que las drogas no ayudaran a resolver o librarse
de sus problemas, sin embargo sienten que cuando están intoxicados hasta el
punto de olvidarlos, la vida será un poco mejor (aunque sea por un par de
horas). Mientras más las usan, menos tendrán que pensar en sus problemas. El
permitirte a ti mismo que caigas en este ciclo es altamente contraproducente
para una vida mejor y un ego saludable ––de allí que sea “anti-satánico”.
Ahora bien, el mismo problema existe con el alcohol, pero
acaso la Iglesia de Satán “condena”
el beber? No, no lo hace. La razón principal para esto es que el alcohol es
legal. Todo el mundo sabe que las drogas son ilegales, pero también lo es el
manejar a alta velocidad. La gente gusta de la velocidad, y sin embargo a la
mayoría no las detienen ni las arrestan. El manejar a altas velocidades tiene
el potencial de matar... mucho más que las drogas de la calle —definitivamente
mucho más que la marihuana —pero ni los “parámetros
sociales” ni mucho menos la Iglesia de Satán “condenan” a quien maneja rápido. ¿Por qué?
A medida que socializo con otros Satanistas, he aprendido
que se cree que las drogas distorsionan y atrofian la imaginación y el
intelecto. Si bien es cierto que el consumo diario de Marihuana causa daños a largo plazo en el cerebro, pérdida de
memoria a corto plazo, retraso de la transmisión de información entre neuronas
—retrasando procesos como la percepción, por ejemplo —ciertas dificultades con
la memoria a largo plazo, y dificultad para concentrarse/prestar atención–, el
consumo suave de la Marihuana —por
aquello de ser “droga social” —causa
muchísimo menos daño que fumarse un cigarrillo.
Las drogas “duras”
(como la Metanfetamina y la Cocaína) son altamente adictivas, y una
vez pasa el efecto, dan al consumidor cierta sensación de cansancio físico y
mental. Para algunos, su naturaleza química es de por sí dañina, pero en
realidad, solo los peores efectos son los más conocidos. Por ejemplo, es un
hecho poco conocido que la Metanfetamina
aumenta el Coeficiente Intelectual en más 20 puntos mientras el consumidor se
halla bajo sus efectos. Cualquier cosa que sea aprendida o entendida por el
sujeto durante este periodo es retenido tan bien como, (e incluso mejor que) si
estuviese sobrio. Tanto la Metanfetamina
como la Cocaína estimulan el cuerpo
y la mente —incrementando la sensibilidad y la respuesta de los sistemas
nerviosos —y aumenta los reflejos y los sentidos.
Las drogas Psicodélicas, por otra parte, hacen poco si se
trata de mejorar las cualidades físicas o mentales del cuerpo. El LSD, la Psilocibina, la Mescalina,
y la Fencicladina, si bien difieren
en sus efectos generales, se asemejan en el efecto que tienen sobre la mente.
La Fencicladina, la más peligrosa,
tiene una alta posibilidad —relativamente —de causar trastornos mentales, y
mientras el consumidor está “elevado”
puede llegar a un estado de tal violencia mental que la persona se hiere a sí
misma, y a quien se cruce en su camino.
Si bien el LSD
tiene el potencial de afectar al consumidor de la misma manera, las
probabilidades son mucho menores. Lo más común es que la persona experimente
alucinaciones mentales (visuales, auditivas y somáticas) así como una respuesta
emocional exagerada. Aunque existe la posibilidad de una disfunción cerebral
permanente, es poco corriente que ocurra.
Volviendo a lo que significa para mí el Satanismo, si he
de aceptar los riesgos —legales y psicológicos —y consumo drogas de manera
responsable —considerando el factor de equilibrio, el tiempo/espacio, y mi
juicio personal), quién puede, lógica y responsablemente, decirme que estoy
equivocado? ¿Hay una persona en esta Tierra, aparte de mí mismo, que pueda
definir qué es lo que me da o lo que no me da placer? “Me aparto de todos los convencionalismos que no me lleven al éxito y a
la FELICIDAD en la Tierra...” —AntonLaVey, La Biblia Satánica: “Diatriba
Infernal”
Por último, la parte por la que probablemente todos
estaban esperando —el Sexo. El Satanismo es la filosofía/religión más
sexualmente liberada que conozco (por lo menos de las serias). En La Biblia
Satánica, Anton LaVey dice que “El Satanismo aprueba cualquier tipo de
actividad sexual que tienda a satisfacer adecuadamente nuestros deseos
individuales, ya seamos heterosexuales, homosexuales, bisexuales e incluso
asexuales, si es por eso por lo que optamos. El Satanismo aprueba también
cualquier fetichismo o desviación que acreciente la calidad de nuestra vida
sexual, siempre que en ello no se vea inaplicado alguien que no lo desee”.
Esto significa que si tú y tu pareja quieren chuparse
mutuamente los pulgares de los pies y sodomizarse con objetos blandos y
pequeños mientras se masturban con mermelada y ven una película, mejor para
ustedes! No parece haber ninguna especificación o excepción a esto... por lo
menos, no, si no lo piensas por un momento.
Supongamos que eres una atractiva jovencita,
perfectamente normal y alguien aceptable —y aceptada —por los parámetros
sociales (excepto por el hecho de ser Satanista), que comenzó su vida sexual
cuando aún era una adolescente. Supongamos que sentías algo por chicos más
jóvenes, y a medida que vivías tu vida adolescente siempre salías con los
muchachos más jóvenes que encontrabas. Ahora que ya estás algo crecidita, debes
esconder tu deseo y preferencias por esos mismos chicos, o te enfrentarías a un
mundo de problemas legales.
Pero ¿qué pasaría si conocieses a un caballero joven y
tentador, digamos de unos trece años, que parece estar bastante fascinado por
tus atributos femeninos tan maravillosamente desarrollados? Volviendo a cuando
tenías trece años, sabrás que este jovencito no es tan inocente como le gusta hacer
creer a los demás. Para ti es obvio que él te desea, y es obvio para él que tú
lo sabes.
Si tuvieses la oportunidad de llevarte al muchacho a tu
cama y mostrarle lo buena maestra que es la Madre Naturaleza, ¿lo harías?
¿Deberías hacerlo? Después de todo, el joven ya está cercano a la adultez y no
es incapaz de razonar. Al fin y al cabo, el joven ha alcanzado una etapa en su
vida en la que comienzan a arder en él las llamas de su carnalidad. ¿Hay algún
problema en que tú y él compartan la pasión y el deseo que sienten el uno por
el otro? (aparte, claro está, de los obvios problemas con los padres y con la
ley)
La respuesta es: tal vez. Cuando Anton LaVey escribió el capítulo sobre “Sexualidad Satánica”, la única cosa que tuvo que haber añadido es “Haz buen uso de tu capacidad de juicio,
teniendo siempre en mente qué es lo mejor para las partes correspondientes”.
En el ejemplo, la chica de 19 años y el jovencito de 13
comparten un fuerte deseo por el otro, pero la diferencia de edades podría
llamar la atención hacia la pareja y por ende causarles a ambos serios
problemas sociales. ¿Qué pensaría la familia de ella? ¿Qué pasa si la policía
se entromete? ¿Qué pasa si los padres de él la acusan de “acoso sexual” y “abuso y/o
corrupción de menores” o “pedofilia”
o “pornografía infantil”? ¿No valdría
la pena, verdad? Pero ese mismo riesgo se ve en todo. En nuestros días, existe
el peligro de que el tipo que está parado frente al locker de al lado saque un arma y comience a dispararle a sus
ex-novias, sus nuevos novios, y de paso a quien se interponga. Si has sopesado
los pros y los contras, y tienes en mente qué es lo que les conviene a ambos,
entonces tu mente (que por cierto, si estás leyendo esto, ha de ser “satánica”... ya sabes, una de esas
mentes abiertas, dinámicas, de la élite) debería ser capaz de hallar una
solución a cualquier situación cuyos resultados podrían ser contraproducentes.
Todavía hay mucho placer allá afuera y a veces está en un lugar donde es difícil
alcanzarlo, pero el hecho que sea algo tabú no significa que tengas que seguir
la tradición.
Mi objetivo al escribir esto es recordarle al adepto del
Satanismo que La Biblia Satánica no está escrita en piedra. Todo detalle es
subjetivo, y ningún dogma es incuestionable. El tomar el título de “Satanista” es desprenderse de todos los
parámetros éticos y morales que han estado grabándolos en tu mente durante toda
tu vida... y comenzar una nueva. El Satanista verdadero duda de su propia duda,
y cuestiona su propia lógica. Explora mentalmente toda opción posible, toda
contingencia, toda posibilidad, hasta que confíes en tu juicio, y cuestiones tu
decisión. No dejes que alguien piense por ti, no importa qué tanta o qué tan
poca influencia tenga en tu vida, y sobre todo recuerda que ERES UN SATANISTA, LA FORMA MÁS ELEVADA DE
EXISTENCIA!
Hail Satan!
Robert Dennis Lorenz ©1997