LA IMPORTANCIA DE GUARDAR UN SECRETO
Anton Szandor LaVey
Los secretos representan poder. Cuando divulgamos un secreto, nosotros cambiamos el poder potencial de nuestro conocimiento oculto, por una efímera estimulación del ego que llega con esta revelación. Es un impulso natural querer impresionar a otros descubriendo algo que se piensa es de gran valor, sobre todo cuando la autoestima es débil o descolorida. La revelación hace que uno se situé por encima de otros.
Hay cuatro clases de secretos. La primera clase asegura al revelador su continúa aplicación sin ofrecer el ingenio. Un famoso pianista de conciertos puede revelar, con una seguridad relativa, los secretos de su técnica sobre el teclado a un hombre que nunca haya tocado un piano. Sin embargo, si el mismo pianista confía una revelación a un niño de nueve años, el mayor conocimiento ineficaz de pronto ejerce poder sobre él. Esta última revelación, es la segunda clase de secretos, es “el secreto mejor guardado” que a menudo le permite a uno ejercer un poder sobre otro, sin tener en cuenta las diferencias sociales, mentales o económicas. Cuando se emplea para obtener ganancias financieras, esto constituye una extorsión. Utilizado como un medio para controlar, resulta meramente una auto sustentación vampírica.
Desgraciadamente, un principio defendido es a menudo utilizado por personas de escasos logros, de ahí la estricta seguridad mantenida por los innovadores e inventores. Esta es la tercera clase de secretos. Al contrario que la segunda variedad, la revelación por la cual se puede debilitar la posición de quien la revela, la tercera permitirá que cualquier principiante reproduzca aquello que anteriormente estaba limitado a los inventores. El individuo que encuentra un método por el cual puede doblar el metrónomo de su automóvil dejando caer una pequeña capsula en su tanque de gas, es un ejemplo clásico.
Invariablemente, estos procedimientos son descubiertos en lugar de ser compartidos. Probablemente una fórmula simple está mucho más lejos de ser revelada que una compleja. Pero las fórmulas más simples normalmente son las más escurridizas. La cuarta variedad de secretos es aquella empleada en la interrogación policial y en las técnicas de espionaje; la “revelación” de una pieza inútil de información con el objetivo de obtener un descubrimiento válido. En otros términos, un intercambio de artículos sin valor para obtener uno que sea genuino.
Para resumir lo anterior: La clase de secretos que resultan seguros para revelar, pero mejor aún para ocultar. La segunda clase, ciertamente debilita al sujeto debido a su revelación. La tercera variedad le permitirá al receptor reproducir lo que el revelador ha hecho. La cuarta es un truco menor o manipulación mágica, alimentándose de una naturaleza lasciva o latrocinante.
El poseedor de un secreto válido posee un artículo tangible y viable, por consiguiente, maneja un dominio superior sobre aquellos que ignoran su conocimiento. El conocimiento de este tesoro le dará una fuerza y confianza que proyectará hacia otros. Aun cuando él no emplee el “secreto”, su inmediata accesibilidad contribuirá a su seguridad. Los niños encuentran enseguida que pueden obtener atención (e incluso un caramelo) de otros niños anunciando: “¡Tengo un secreto!”.
Algunos métodos para asegurar que un secreto sea guardado:
EL MIEDO
La amenaza de horribles consecuencias si el secreto es revelado, es el medio más utilizado. Un método fino, salvo para las muchas leyes que las personas hicieron para romper y los secretos cuyo significado debe ser divulgado. Una persona autodestructiva encontrará un patio de recreo fecundo para sus tendencias masoquistas revelando sus secretos, porque él se coloca en una posición incierta a la espera del castigo de otros. Él induce ambos; hostilidad y rechazo; mientras recibe la autosatisfacción que acompaña a una gran revelación. Él se posiciona como un héroe, modificando así su potencial castigo como martirio. He observado este tipo de conducta en las monjas, que se escapan de un convento sólo para esperar la penitencia que le impondrán una vez que hayan regresado.
Histéricos que se unieron a la Iglesia de Satán, desertaron, revelando lo que ellos supusieron que eran secretos, esperando temblorosamente a que una limusina los rapte y los lleve a una guarida donde tendrían que soportar feroces y deliciosos castigos.
Sólo el miedo al castigo es probablemente el disuasivo más eficaz. Los juramentos tomados en iniciaciones fraternales y ocultas, implican que el candidato se partirá en dos si divulga los secretos que virtualmente no tienen valor desde el momento en que se asume que tal mutilación criminal realmente no ocurrirá. La más honorable y respetada organización presenta la menor validez en estos juramentos. Normalmente las órdenes fraternales dependen de una categoría superior, a pesar de sus juramentos de sangre.
EL OSTRACISMO
El Ostracismo es una amenaza muy real. Para ejecutarlo, el guardián de un secreto no debe poner ni siquiera una pequeña porción de dependencia en el compañerismo que sus camaradas le proporcionan. Los grupos fraternales emplean este disuasivo, sobre todo en comunidades donde el ostracismo puede significar una pérdida comercial además del rechazo social.
Algunas órdenes secretas imponen una clase de “estatuto de limitación” como resultado de las indiscreciones. Esto significa que, si se encuentra una falta de honradez en el candidato, este se encontrará limitado a un nivel inferior dentro del grupo en donde el material clasificado no es conocido. Una vez que el conocimiento del secreto se ha generalizado, el proceso de separación comienza, cualquiera con visión hacia su avance tendrá discreción.
La desventaja obvia del ostracismo es que su efectividad se limita a un ambiente social. Un miembro podría ser un parangón de discreción, mientras que esté residiendo donde él sea dependiente de un miembro para obtener una seguridad emocional o económica. Sin embargo, si él debe marcharse sin pensar en volver, a menudo descubrirá el pastel allí donde vaya para adquirir un renovado reconocimiento.
EL RIDÍCULO
Si un secreto es exagerado o encubierto con necias bufonadas se lo pensarán dos veces antes de revelarlo, por miedo a que sus oyentes agachen la cabeza por su locura. De ahí que muchos secretos válidos han sido rodeados con adornos de una naturaleza aparentemente risible. Muchos miembros de logias, sobre todo aquellos de una conducta muy metódica y respetable, dudarían en revelar los rituales en los que tuvieron que vestirse como mujeres, montar una cabra, orinar en el suelo, acostarse en ataúdes, etc. Tales bufonadas, dentro del contexto, tienen un significado simbólico, pero una explicación casual garantizaría de algún modo que ellos todavía se salgan de contexto.
EL SILENCIO
La manera más eficaz de asegurar un secreto no será divulgarlo en primer lugar. Los más grandes secretos mágicos son aquellos que, si son dichos, unirían al oyente de quien lo ha dicho. Si un mago respetara a un estudiante lo bastante como para divulgar estos secretos, él no desearía dicha unión. Por consiguiente, tales secretos jamás se revelan; estos sólo se descubren. El hecho de que el descubrimiento sea una deseable ocurrencia humana, asegura un uso ideado como medio de explotación y control.
The Devil's Notebook ©1992