¿QUÉ ES EL SATANISMO?
Ordo Templi Satanas
Debo recordar que las Nueve Declaraciones Satánicas son extremadamente significantes para
entender la filosofía del Satanismo moderno. Satán representa
varios aspectos en las Declaraciones, pero es la idea de que Satán
representa estas cosas —y no la de ser una entidad material —la
que forma una de las piedras angulares del Satanismo. Los Satanistas
no creen en un Satán, literalmente hablando. Usan a Satán como un
símbolo conveniente, como un arquetipo, si se quiere, representando
todo aquello en lo que creen los Satanistas. Entre las principales
están la curiosidad intelectual, libertad de acción personal e
indulgencia física.
Es en el aspecto de Prometeo
donde más fácil ven representada la primera meta del Satanismo, la
curiosidad intelectual. Fue Prometeo quien, según el mito griego,
robó el fuego a los dioses y se lo dio a la humanidad. Por éste
acto, fue encadenado a una gran roca, y allí una gigantesca ave de
rapiña le devoraba el hígado, el cual crecía instantáneamente.
Esta es una representación de la sospecha y desconfianza inherentes
con las que la ciencia en particular, y el cambio en general, son
vistos por las masas. Las masas quieren que las cosas permanezcan tal
como están. Las masas se deleitan en lo cómodo, lo familiar, lo
fácil. Es el Satanista el que se esfuerza por un mejoramiento de las
condiciones, y nunca está satisfecho con el status quo. El
estancamiento es anatema para el Satanista, el cambio es bastante
temido por las masas. Ahí yacen las bases del creciente temor con
que es vista la figura de Satán; el cambio es visto como un gran
mal, como también son vistos aquellos que luchan por un cambio y los
ejemplos abundan a través de la historia.
El término “libertad personal”
ha tenido muchas connotaciones en los últimos años; política,
social y económica. El Satanista debería de verlas como lo que son,
tres facetas de una misma gema. La más simple definición de
libertad personal significa que el individuo debe ser responsable
para llevar su propia vida, y que debe hacerlo cuidando de no
interferir con otras personas sin su consentimiento. Esta norma, que
a simple vista parece tan simple y superficial, en realidad está
llena de peligros. El más grande de éstos, por irónico que
parezca, es el menos mencionado en éstos tiempos modernos; las masas
en realidad no son lo suficientemente responsables de llevar su
propia vida! Siendo el rebaño que son, han probado una y otra vez
que no desean cargar con el peso de su propio gobierno. Prefieren
obedecer y seguir en lugar de liderar. Y lo que es más irónico, a
la vez que anhelan y exigen alguien de voluntad fuerte que les dé
dirección y significado a su vida, se preocupan y se lamentan por la
falta de control que ejercen sobre sus propias vidas! La razón para
esto es muy sencilla y demuestra que las masa siempre caen en los
nueve comportamientos listados como pecados satánicos. En otras
palabras, se hallan inmersos en una campaña de auto-engaño.
Mientras anhelan conscientemente que se les dé autonomía y control
sobre sí mismos, inconscientemente desean que alguien piense y actúe
por ellos, que les diga lo que tienen que hacer, y a quien culpar por
sus errores!
Se ha dicho que la mayoría de los
grandes líderes de la historia, aquellos que influyeron en el
devenir de la historia, son satanistas en todo —menos de nombre.
Esto es una extensión de los impulsos Satanistas de controlar el
destino de uno mismo. Lo que sucede es que la forma más fácil de
hacer tal cosa, es controlando el de los demás. El poder, en el
sentido de tener control ya sea sobre un individuo o sobre un imperio
que abarque varios continentes, no debe ser un fin. El Poder, en el
sentido de hacer que otros sigan tu Voluntad, es un medio para
alcanzar la segunda meta del Satanismo: libertad personal.
Puede ser una actitud egoísta, y de
hecho lo es. Recordemos que un Satanista no desperdicia compasión ni
simpatía en aquellos que no lo merecen. Si las masas pueden ser
efectiva y eficientemente utilizadas como una herramienta, pues que
así sea. Es más, se les está haciendo un favor al darles la guía
de una Voluntad fuerte que tanto anhelan! Este egoísmo debería ser
visto como una virtud, no como un vicio.
Finalmente, el Satanista ve en la
indulgencia física, la gratificación carnal, como una de sus tres
metas en la vida. Las razones para esto son muchas, pero cuando se
trata de evaluarla, la ven como lo buena que es. De acuerdo con el
paradigma Darwiniano de evolución, las formas de vida superiores —a
falta de un término mejor —han desarrollado mecanismos para
condicionar su propio comportamiento; estimulación de los centros de
dolor cerebrales por medio de acciones que son auto-destructivas y
estimulación de los centros de placer cerebrales por medio de
acciones que llevan al beneficio de la especie o del individuo.
Buscando actividades que le sean placenteras, los Satanistas actúan
de acuerdo a nuestra naturaleza material, siguiendo las órdenes
dadas por la evolución natural.
Este concepto de indulgencia física
puede incluir no sólo los placeres físicos, como las relaciones
sexuales estimulantes, degustar buenas comidas, y cosas por el
estilo, sino también los placeres psicológicos de la vida. Están
aquellos para los que la creación de una pieza de arte es una
experiencia placentera en sí y por sí misma, tanto como para otros
puede ser el sexo. El acto de creación satisfaría su sentido del
placer.
Obviamente, habrá ocasiones en que los
intereses de dos personas choquen entre sí. Por ejemplo, dos
personas sentadas en una mesa, enfrente de un pedazo de pastel. Lo
ideal sería que lo dividieran, pero no en todos los casos es posible
esto. Es aquí cuando entra en juego la Lex Talionis, la Ley
de la Jungla. Significa que cada desacuerdo en la vida cotidiana debe
ser resuelto basándose en violencia física? No! Hay otras formas de
solucionar conflictos, que son utilizadas con más frecuencia en
nuestro mundo. Siguiendo con el ejemplo del pastel, los individuos
podrían rogar, solicitar, pedir, convencer, apelar a los
sentimientos de culpa del otro, seducir, a fuerza de argumentos,
tretas, etc. Es más cuestión de astucia. Cualquiera de éstos
métodos, físicos o mentales, demuestran la habilidad del individuo
para obtener lo que quiere, y en eso se consiste la ley del
talión: conseguir lo que quieres.
Habrá quienes digan que tal actitud,
asumida por la población de un país, lo llevaría a una anarquía
destructiva. Probablemente tengan razón. Pero esto me lleva a la
idea antes expuestas: las masas no son capaces de asumir la
responsabilidad de controlar sus propias vidas, a pesar de que digan
lo contrario. Es sólo el Satanista —de nombre o de hecho —quien
posee esta habilidad. El Satanista poseerá el auto control, la
dirección de su propia Voluntad, para saber qué tan lejos puede
llegar. Es más, hasta puede dejar a alguien ganar una serie de
pequeñas batallas de voluntad, habilidad, dejando algo para usar
contra ese individuo después.
De lo anterior se puede colegir que hay
un velo entre dos segmentos de la población. La gran mayoría
pertenece a las masas, son los seguidores, los zánganos. También
hay una minoría, pero es ésta la que es responsable de la
creatividad, el logro y el avance de la cultura. Son hacedores. Se
apartan del rebaño.