¿EL SATANISMO ES PELIGROSO?

Por supuesto que lo es, y de hecho no es recomendable para todo el mundo, no todos pueden ser Satanistas no todos tienen la capacidad de serlo, el Satanismo es peligroso para las mentes cerradas, para aquellos que necesitan subyugar su existencia a dios o a los hombres, para aquellos que prefieren relegar la responsabilidad sobre sí mismos al antojo de dios o del destino, para aquellos que hacen la voluntad de dios o de  los hombres antes de hacer lo que les dé la gana por elección propia. 

El Satanismo es especialmente peligroso para los corderos de dios; su peligrosidad concretamente consiste en que el Satanismo necesariamente exige el uso de razonamientos objetivos basados en la realidad antes que, en el dogma, y en el axioma "responsabilidad para el responsable" que básicamente atiende al principio de responsabilidad sobre el proceder propio sin culpar por nuestros actos a la suerte, o al diablo, o de nuestras proezas a dios, al destino, o a los hombres.

Y al igual que cualquier forma de herejía en la historia el Satanismo es un potencial peligro para cualquier religión que tenga por objeto subyugar la mente del hombre a cualquier principio que se presente como la verdad incuestionable impuesta por una naturaleza divina. El Satanismo es peligroso especialmente para las religiones teístas pues desde el punto religioso nadie les había hecho frente cuestionando esa verdad impuesta, y es por consecuencia el Satanismo el antagonista del gran fraude que representan las religiones tradicionales.

Es evidente cuan peligroso puede ser el Satanismo pues la razón siempre es peligrosa cuando derrumba al dogma, quienes han hecho fortuna a costa del engaño saben cuan peligrosa es cualquier forma de herejía a la religión predominante: el ateísmo, la ciencia, la razón etc. Pues todas estas son potenciales destructores de la mentira. 

El Satanismo también lo es, Satán metafóricamente es el acusador, el que cuestiona, nosotros como Satanistas somos en sí una potencial amenaza sólo por el hecho de abanderar nuestra filosofía con el nombre del diablo, y así como los hombres de mentes cerradas son vulnerables al diablo porque le temen sólo con escucharle mencionar, también lo es para las instituciones religiosas que temen ser cuestionadas y exhibidas como el fraude que representan.  

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