En lo profundo de la noche, donde las sombras se entrelazan como hilos mágicos, y el viento murmura secretos ancestrales, pronuncio las palabras olvidadas que despiertan al coloso de la tierra. ¡Oh, Behemot, guardián de los abismos y señor de la tierra ancestral!
Bajo el resplandor de las estrellas titilantes, invoco tu esencia primordial. Desde las raíces de las montañas hasta los oscuros abismos donde yace tu poder, te llamo, oh Behemot, criatura de leyendas entrelazadas.
Que tu fuerza se manifieste como la tierra que sostiene los cielos y que tus rugidos resuenen como el eco de los tiempos antiguos. Surgido de la esencia de la creación, camina con pasos titánicos, con ojos que conocen los misterios ocultos de la existencia.
Bajo la luna llena, donde la magia fluye como un río inagotable, te invoco, oh Behemot, para que tus poderes colosales se despierten. Que la tierra misma se estremezca ante tu presencia, y que tu sombra proyecte el dominio de la antigüedad sobre el mundo.
Behemot, criatura de la tierra y la fuerza indomable, ven a nosotros como un guardián eterno. En este acto, sellamos nuestra conexión con los elementos primordiales y abrimos las puertas a la grandeza que yace en las profundidades de la fantasía. ¡Que así sea!