Si sigues la escritura mágica moderna, probablemente te hayas topado con el término "magiak" que aparentemente se usa en lugar de "magia". De hecho, muchas personas usan las palabras indistintamente. Pero, agregar la "K" a "magia" no es meramente una afectación. Más bien, es una forma de discriminar entre el entretenimiento escénico conocido por sacar a los conejos de los sombreros (magia) y las técnicas para utilizar las fuerzas energéticas naturales internas y externas que nos rodean para producir cambios (Magiak).
La magiak es neutral, ni buena ni mala. El practicante decide cómo le gustaría enfocar esta energía.
Me gusta definir las diferencias simplemente como "La magia es un intento de imitar la magiak, por medios artificiales, como parte del entretenimiento". Aunque la ortografía con la "K" tiene una larga historia (hubo un tiempo en que a los copistas de manuscritos se les pagaba por letra, lo que resultaba en muchas palabras con letras dobles y múltiples innecesarias), fue Aleister Crowley a quien se le atribuye el uso de la “K” en la década de 1900 para marcar esta diferencia. Crowley no eligió esta ortografía al azar. Expandió una palabra de cinco letras a una palabra de seis letras, lo que tiene un significado numérico. Los hexagramas, que son formas de seis lados, también son prominentes en sus escritos. “K” es la undécima letra del alfabeto, que también tenía un significado para Crowley.
La verdadera magia(k) no es ni una ilusión ni una fantasía, sino una extensión de la imaginación, la emoción y la voluntad utilizadas para el arte de la transformación (ya sea material o espiritual).