AMOR SATÁNICO

 Tenía una extraña fuerza para hacerme caer en los excesos. A lastimarme con tanta facilidad, hacerme tan vulnerable a ella. 


Olor a paraíso hasta los huesos y gotitas de cielo en su aureola. Ella me quería, sí, me quería. Pero sólo en soledad, cuando no hallaba cómo calmar sus pensamientos, cuando su corazón inconcluso recordaba que no podía sanar. Me quería ahí, debajo de las nubes o junto a ella bajo la tormenta. Me quería en sus muñecas desgastadas y en sus uñas acabadas por la ansiedad.

Me quería cuando recordaba que estaba rota y sentía su fragilidad entre las sienes. Me quería porque me necesitaba, y no sabe cuán triste es eso. Ver sufrir alguien que amas y sólo estar ahí para ella, no poder hacer más o esperar más que estar ahí en el presente. En la incertidumbre de que hoy esté y mañana su espíritu no resista más.

Pero no me rindo, no puedo dejarlo así.

Si lo único que puedo hacer es calmar sus ansias con mis caricias, las daré, si lo único que puedo hacer es calmar su dolor abrazándola y dándole mi fuerza, lo daré. 

Si lo único que puedo hacer es darle la compañía y fortaleza que necesita con mis abrazos y besos, se lo daré.

Hasta el fin de los tiempos. Sin esperar nada más que verla tranquila al dormir y cuidar de su descanso. Hasta que esta vida nos dé el último aliento, continuando nuevamente la búsqueda de volverla a encontrar en la siguiente vida.

Cómo en esta... Cómo hace dos vidas, complicado, siempre, pero nos reencontraremos.


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