Satán contempló orgulloso a sus huestes, y con diabólica elocuencia cuestionó los diez mandamientos de Dios y dicto para los suyos las diez recomendaciones diabólicas:
I. “Amaras a Dios sobre todas las cosas”. ¿Acaso es tan inseguro Dios que debe ser amado sobre todas las cosas para sentirse importante? Yo os digo: Te amaras a ti mismo sobre todas las cosas, pues el amor ha de comenzar por uno mismo.
II. “No tomarás el nombre de Dios en vano”. Otro símbolo de débil inseguridad y una gran contradicción. ¿Si antepones a Dios (lo amas) sobre todas las cosas, no sería justo el jurar sobre su sagrado nombre? Yo os digo: No prometas lo que no puede ser cumplido, ni jures sobre algo que no depende de ti. Ya que haciendo eso, sólo sembrarás la desconfianza en tu palabra.
III. “Santificarás las fiestas”. Otra forma de decir: no disfrutes, a no ser que sea en el nombre de Dios. Yo os digo: Disfruta de la fiesta de la vida y trata de ser dichoso, pues solo tienes esta vida.
IV. “Honrarás a tu padre y a tu madre”. ¿Cómo puedes honrar a unos padres que quieren a Dios sobre todas las cosas? Ya que, si quieren a Dios sobre todas las cosas, los hijos pasan a un segundo plano, de esta forma ellos [los hijos] sin duda serán desatendidos por sus padres, así pues ¿Quién puede honrar, a unos padres que lo desatendieron de pequeño? Yo os digo: serás justo, cariñoso y harás todo lo posible por tus hijos, y estos deberán corresponder a sus padres llenándolos de orgullo y de cariño. Pues el hijo honrará a sus padres si estos honraron antes a su hijo.
V. “No matarás” ¿Salvo que sea, a un enemigo del Dios que amas tanto? No en vano, las mayores guerras han sido en nombre de Dios. Yo os digo: Defenderás tú vida y la de los tuyos, pues no hay nada más valioso.
VI. “No cometerás actos impuros” ¿Qué es más impuro que el no servir a la Naturaleza? Yo os digo: No hay nada impuro en la Naturaleza.
VII. “No robarás” Este es un hermoso mandamiento que debería ser seguido por el clero, pues si los sacerdotes no trabajan ¿de dónde procede, la riqueza de su Iglesia? Yo os digo: Respeta los bienes ajenos, siempre y cuando no pidan a gritos ser despojados de ellos.
VIII. “No dirás falso testimonio ni mentirás”. Y entonces ¿De qué otra cosa, está formado el libro de Dios? ¿Quién escucho hablar una serpiente?, ¿Cómo pudo ser toda la tierra inundada por un gran diluvio? ¡Mentiras, mentiras, mentiras! Yo os digo: No creas.
IX. “No consentirás pensamientos o deseos impuros”. O lo que es lo mismo no tendrás fantasías y mucho menos imaginación. Yo os digo: Deléitate en tus impuras fantasías. Pues, en tu mente encontraras el Paraíso.
X. “No codiciarás los bienes ajenos”. Justamente lo que ha hecho el cristianismo y otras religiones al intentar usurpar las “Tierras Santas”. Yo os Digo: Codicia todo aquello que es bueno para ti, ya que esto, es un importante motor para que progreses en esta vida y logres lo que ningún otro.
No sean ingenuos: no corran como tontos a creer en lo que sea, sin antes cuestionarlo. Pues el fraude es vendido en forma de parcelas paradisíacas. Bien aventurados los destructores de las falsas esperanzas y promesas, pues ellos serán los auténticos Mesías.
¡Palabra de Satán!
José Cadaveria: Fragmento del libro “Cultus Infernalis”
