LUCHA CONTRA LA REBELIÓN DEL ÁNGEL DE LUZ

Poco se ha hablado acerca del porqué estar del lado del opositor, el adversario, el "engañador" y algunos otros calificativos que se refieren a Satán; principalmente por las dudosas referencias bíblicas en contra de él, y sucesivamente por la avalancha de desinformación mediática acerca del Diablo y su culto.


El dios bíblico en la primera parte de su libro es un tipo sanguinario, psicópata, caprichoso, vengativo e intolerante, todo el perfil de un megalómano. En la segunda parte del libro se le describe como alguien que después de haber perdido poderes y control sobre la gente intenta redimir a la humanidad con un sacrificio engañoso, trucado y con un peso moral bastante dudoso.

El Satanás bíblico es un ser de orígenes algo oscuros, velados y/o poco claros, pocas son las apariciones personales y las referencias a él son escasas, aparte incluso de la difamación y la calumnia que emanan de cada referencia, ya que siendo un texto tendencioso se le niega el derecho de réplica o defensa. El cristianismo ocupa tales referencias judaicas convenientemente para continuar el desprestigio de la figura de Satán; básicamente el judaísmo planteaba que lo que no era judaico era perverso, infame y detestable, prácticamente todas las culturas que circundaban al pueblo israelita eran de origen profano, inmundo, de costumbres insanas y no aptas para el pueblo "elegido".

Culturas con adoraciones a Astaroth (o Astarté), Beelzebu (Baal), Lucifer y muchas otras deidades fueron tachadas de malditas por el dios y el pueblo israelita, contrayendo así una especie de lepra religiosa que ha perdurado hasta nuestros días.

Pero los cultos, las costumbres no cesaron; y es a partir de la llegada al poder de la religión cristiana que fueron relegadas a la clandestinidad y castigadas con matanzas, despojo y desprecio popular (justo los mismos métodos judíos, cosa que nunca han dejado de hacer).

Satán y su rebelión se muestran en contra de un poder oligarca con un criterio único, restricciones a placeres comunes, negativa a costumbres absurdas y apertura a nuevas experiencias, diferentes a las establecidas. El satanismo se presenta como la aceptación de la naturaleza humana y un constante estudio de sí mismo.

Queda en cada uno elegir el lado del escarnio con su consecuente estancamiento espiritual y mental, desinformación y servilismo; o elegir la apertura de ideas, la aceptación de tu propio ser, el desarrollo de la consciencia y la certeza de vivir más como a ti te plazca y no como alguien quiere que vivas.

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