LEY DE ATRACCIÓN Y MAGIA SATÁNICA


La ley de la atracción es la creencia de que los pensamientos (conscientes o inconscientes) influyen sobre las vidas de las personas, argumentando que son unidades energéticas que devolverán a la persona una onda similar.

  La frase "ley de la atracción" ha sido utilizada por algunos escritores, aunque el sentido con el que se usa actualmente es diferente del original. La mayoría de los autores asocian a la ley de la atracción con la frase "te conviertes en lo que piensas", usualmente aplicado al estado mental del ser humano: Según los partidarios de dicha ley, esto significa que los pensamientos que una persona posee provocan las emociones, las creencias y consecuencias, es decir, los pensamientos son la causa y los sentimientos los efectos. A este proceso se lo describe como "vibraciones armoniosas de la ley de la atracción”, o "tú obtienes las cosas que piensas; tus pensamientos determinan tu experiencia".

  Con nuestros pensamientos creamos el mundo", esta es la frase que se considera idónea para describir por completo esta magia. Y es que nuestra mente domina la materia, es capaz de cosas que no podéis siquiera imaginar. Nuestra magia, la divinidad del ser humano va más allá de cualquier concepto que seamos capaces de concebir, nuestro poder es ilimitado. Pero no sabemos usarlo, tenemos ahí la virtud, pero no el conocimiento de cómo usarla.

  Cuando pensamos en algo, creamos energías negativas o positivas, según la índole de dicho pensamiento. Por ello existe algo llamado mal de ojo: esta es una habilidad que todos poseemos, inconscientemente podemos producirle dicha maldición a alguien, tan solo con profesar odio hacia esa persona. Si amamos mucho a otra y queremos que todo le marche correctamente, nuestras vibraciones positivas le llegarán y harán que le influencien, adquiriendo ese nivel energético y atrayendo situaciones positivas.

  La ley de atracción es la base de la magia satánica. Es la autosugestión, tanto propia como ajena. Cuando nos adentramos en el mundo de la magia tenemos que comprender que no existe la dualidad, no existe mal y bien, ni blanco y negro, no hay nada que pueda dañarnos por nuestros actos, no nos será devuelto el mal hecho. Hemos de comprender algo MUY importante de esta magia, que es causada por tu mente. Si tú crees que has hecho algo malo, si sientes culpabilidad, obviamente serás castigado, pero por ti mismo. Por tu propia mente.

  El karma de las nuevas magias es una total hipocresía, no existe ni una entidad abstracta ni un Dios que nos vigile, que decida castigar a los malvados y recompensar a los buenos. Si eso fuera así todos viviríamos felices. Es tu mente tu enemiga, los prejuicios arraigados, los dogmas aceptados, las virtudes negadas a causa de habladurías y el miedo. Hemos de tener claro que pase lo que pase, nada malo nos puede pasar por pedir un deseo, si tú mismo comienzas con inseguridades en un principio no te saldrá bien. Tu mente te tenderá una trampa. No existe cielo ni infierno, así que no te preocupes, el daño que hagas no se te devolverá por tres ni sandeces de este calibre.


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