RECIPROCIDAD Y EGOÍSMO RACIONAL

RECIPROCIDAD Y EGOÍSMO RACIONAL
Alberto A F. Reyes



La reciprocidad consiste en dar a los otros en medida proporcional los valores o bienes que recibes de ellos, o recibir los valores o bienes que das a los otros en un intercambio justo del objeto de cohesión, ya sean valores físicos o emocionales u objetos a los que nos referimos como bienes.

Nuestros juicios de valor se basan en la premisa: bueno es todo aquello que me construye de forma positiva, malo lo que se le opone; con base a esta premisa generamos nuestros juicios de valor para determinar que le corresponde a cada cosa o situación.

El Satanismo no considera como medida de virtud dar a los otros algo que no se han ganado o que no
se merecen, sino que postula la reciprocidad como un medio justo de intercambios interpersonales en todas las esferas de la vida.

El intercambio de valores emocionales como los sentimientos también deben ser sometidos a la reciprocidad, no es sano para un sujeto dar cariño de quien no lo recibe o amor de quien no lo recibe, así también los objetos de nuestro desprecio deben ser merecedores de ese desprecio.

Nosotros, quienes seguimos esta filosofía consideramos que nuestros juicios de valor hacia los demás se basan en el intercambio justo de valores, de esta manera tratamos a los otros de la misma forma en que deseamos ser tratados, y el trato que recibimos de los otros es proporcional al trato que devolvemos.

No consideramos tampoco a la caridad como una medida de virtud sino como una medida que fomenta el conformismo y la mediocridad, una virtud parasitaria en la sociedad, siendo que el sujeto se acostumbra a recibir, por caridad, valores, bienes y servicios inmerecidos, o que no ha ganado o generado, en cambio consideramos que todo lo que se da debe ser ganado como producto del esfuerzo personal de los individuos y del intercambio justo comercial o de valores, dar valor por valor, bien por bien o bien por valor según sea el caso.

La reciprocidad es la base también de la verdadera fraternidad, cuando se es recíproco en dar y recibir valor por valor generas grandes amistades que trascienden al tiempo.

Apelar al egoísmo racional antes que a la buena voluntad es por excelencia una medida justa de intercambios interpersonales con los sujetos al rededor nuestro; cuando pides ayuda a alguien lo hará con mayor gusto si en ello ve una empresa que genera alguna ganancia, generando a la vez interés en que la empresa salga lo mejor posible.

Ayudar a otros es bueno, al ayudar creas el sentimiento de agradecimiento en los otros, y de profundo respeto, es bueno tener una posición de esta naturaleza, y en el juego del poder también es necesario hacerse imprescindible para los otros, pero no es regalando valores, bienes, o servicios como se gana esta posición, es demostrado que vale más apelar al egoísmo racional de ambas partes que a la buena voluntad de una de las partes. En realidad, ayudar es bueno siempre que se cumpla de forma cabal la regla "hoy por ti y mañana por mí", pero son pocas personas las que te encontrarás en la vida que cumplan con estas expectativas de reciprocidad por lo que vale más apelar al egoísmo racional pagando y haciéndose pagar por el servicio o el bien adquirido.


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